Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with bastianito
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de bastianito:
9

Voto de bastianito:
9
7.2
168,281
Ciencia ficción. Aventuras. Bélico. Acción. Fantástico. Romance
Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington), un ex-marine condenado a vivir en una silla de ruedas, sigue siendo, a pesar de ello, un auténtico guerrero. Precisamente por ello ha sido designado para ir a Pandora, donde algunas empresas están extrayendo un mineral extraño que podría resolver la crisis energética de la Tierra. Para contrarrestar la toxicidad de la atmósfera de Pandora, se ha creado el programa Avatar, gracias al cual los seres ... [+]
3 de enero de 2010
3 de enero de 2010
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que recuerdo, las películas de este señor siempre me han emocionado. No sé muy bien si se trata de la narración que usa, la cual calificaría de sobria y luminosa. Directa. O si por el contrario es el afán infinito por transportarnos más allá de lo tangible, y llevarnos de paseo por su particular país de Nunca Jamás, ésta vez llamado Pandora.
Pandora es la luz, el color, la magia. El otro lado al que escapamos cuando la realidad que nos rodea es demasiado hostil o difícil de asimilar. Sin embargo, en ese otro lado nos damos cuenta de que no hay nada más real, porque es precisamente donde descubrimos lo que verdaderamente llevamos dentro de nosotros. A partir de ahí, es en ese mundo donde vemos la belleza del cine de Cameron.
Si bien es cierto que la cinta no queda exenta de un puntito ecologista algo más que desgastado en el cine contemporáneo, no lo es menos que la fuerza narrativa unida a una más que evidente riqueza visual hacen que nos olvidemos por completo de lo anteriormente visto y que el tema de la película nos parezca completamente nuevo. La emoción va creciendo progresivamente hasta el final, habilidad que no todos serían capaces de llevar a cabo dentro de una historia tan aparentemente convencional, efectos visuales aparte.
Qué más? Pues el amigo James Horner, habitual colaborador de Cameron en las partituras, que una vez más, ha conseguido con su deliciosa melancolía épica (esta vez en un tono algo más étnico) desbordarme el corazón con lágrimas.
En definitiva, una película de aventuras donde las haya, luminosa, honesta y directa al corazón. Puro fuego. Para dejarse llevar. Para soñar, como una vez soñamos con Abyss, o con Titanic. Y sobre todo, para sentirnos otra vez niños, al descubrir con júbilo algo que sabemos que sólo nos pertenece a nosotros, esa ventana al otro lado.
En ese sentido, y recordando aún con emoción lo que sentí al terminar la película, lo ha vuelto a conseguir.
Lléveme de la mano señor Cameron, que quiero volver una vez más a ese país. A Pandora.
Pandora es la luz, el color, la magia. El otro lado al que escapamos cuando la realidad que nos rodea es demasiado hostil o difícil de asimilar. Sin embargo, en ese otro lado nos damos cuenta de que no hay nada más real, porque es precisamente donde descubrimos lo que verdaderamente llevamos dentro de nosotros. A partir de ahí, es en ese mundo donde vemos la belleza del cine de Cameron.
Si bien es cierto que la cinta no queda exenta de un puntito ecologista algo más que desgastado en el cine contemporáneo, no lo es menos que la fuerza narrativa unida a una más que evidente riqueza visual hacen que nos olvidemos por completo de lo anteriormente visto y que el tema de la película nos parezca completamente nuevo. La emoción va creciendo progresivamente hasta el final, habilidad que no todos serían capaces de llevar a cabo dentro de una historia tan aparentemente convencional, efectos visuales aparte.
Qué más? Pues el amigo James Horner, habitual colaborador de Cameron en las partituras, que una vez más, ha conseguido con su deliciosa melancolía épica (esta vez en un tono algo más étnico) desbordarme el corazón con lágrimas.
En definitiva, una película de aventuras donde las haya, luminosa, honesta y directa al corazón. Puro fuego. Para dejarse llevar. Para soñar, como una vez soñamos con Abyss, o con Titanic. Y sobre todo, para sentirnos otra vez niños, al descubrir con júbilo algo que sabemos que sólo nos pertenece a nosotros, esa ventana al otro lado.
En ese sentido, y recordando aún con emoción lo que sentí al terminar la película, lo ha vuelto a conseguir.
Lléveme de la mano señor Cameron, que quiero volver una vez más a ese país. A Pandora.