Yo he visto esta película por Paul Newman, que, creo, es el hombre más hermoso que ha pasado por el cine en toda su historia (la palabra guapo se queda corta para él). Aunque el cine no hubiese dado ni una sola obra maestra, solo por dejar testimonio de que en el mundo existió alguien como Newman, habría valido la pena su invención.
En cuanto a la película en sí, pues, es una de vaqueros, de vaqueros modernos. Llevan las mismas armas, pantalones y sombreros que en Río rojo y podría parecer, a veces, que no ha pasado el tiempo pero no es así.
A pesar de ser de los 60 la cinta es en B/N, así que, nos perdemos el color del sol abrasador del sur. Yo creo que hubiese ganado más. Hubiese sido un poco distinta pero no por ello peor. Supongo que la película es en blanco y negro como lo son los retratos de los personajes. Todo lo bueno que representa el viejo, todo lo malo que representa Hud. No hay concesiones, Paul esta vez no hace de galán, para mi pesar. Con la fiesta a otra parte nos tendremos que ir. Es una peli de hombres, de sus cosas me ha parecido a mí. Es árida, fría, sin romanticismo ni sentimentalismo al uso.
Pero sobre todo es una película sobre la familia, sobre esas familias aparentemente funcionales pero que en realidad están profundamente desestructuradas. Esas familias destructoras de vidas llenas de diálogos con balas de punta hueca. En fin es de esas películas que las ves una vez y reconoces que la calidad y la verdad que contienen es evidente pero que sabes que no te va a apetecer volverlas a ver otra vez nunca más. ¿A quién le apetece echar sal sobre las heridas?