Las empresas que están en la primera división de la economía, que son barco bandera de su país, cuya facturación representan un tanto por ciento del producto interior bruto considerable de un país, con complejas estructuras, cotización en bolsa, consejos de administración multimillonarios... no tienen espacio para tramas culebroneras y no está bien que se venda el producto telefilm de bajo nivel como algo representativo y genuino de la sociedad del archipiélago.
La verdad es el tema que da para novela histórica mínimo y no es extraña la decepción porque lo rebajan a un nivel de paletismo importante.

Si lo que se quiere es entretener sin más aspiraciones se necesita algo más que un argumento que se puede resumir en: "se halla cadáver en el desierto de almeria de guiri después de 20 años que llegó huyendo de Manchester buscando fortuna a Ibiza y tiene una hermana que quiere investigar la muerte"

Después de soportar estoicamente siete capítulos puedo decir que los autores se debaten entre el que el fallecimiento se produjera por la mala cabeza del chico (siendo amables) o un accidente/homicidio por parte de algún integrantes del clan de poder (meter culebrón a fondo). Pero ya digo yo que al espectador, a los autores mismos de la serie, al reparto y al mundo en general importa poco o nada el desenlace porque esta historia no tiene sustancia para dar más de sí. Poco o nada. De donde no hay hace muy mal sacar, la verdad y cansa mucho. Ni para promoción de los mitificados DJ , insoportables sin estar bajo los efectos de estupefacientes, sirve.

Decía que hay pocos momentos verosímiles. Uno de ellos es cuando la familia hotelera poderosa considera el vender en restauración un plato de gazpacho que cuesta de producir unos céntimos de euro por casí trescientos euros en el restaurante y servicios de un hotel de alto standing.

Pues resulta que eso si que es real. Sucede cotidianamente. Ese entorno es un nivel económico bastante alto y como es fácil de deducir en esas circunstancias son legión los DJ y aspirantes a bohemia dispersos que intentan subirse al carro de la vanidad, con poco más que su juventud. No son ni uno, ni diez, ni mil...Hablamos de decenas o cientos de miles renovándose anualmente cada temporada. Para tener algo de relevancia ahí no se es amateur, se tiene que dominar el circuito del ocio en distintas latitudes además de tener no uno sino varios talentos. La totalidad se quedan en aspirantitos aficionados, como sueño de juventud

El acceso de un individuo humilde a las clases más elitistas es extremadamente difícil porque el circuito que frecuentan excluye con muchos filtros. Y dicho sea de paso suelen mantener el domicilio ,más fiscal que real, en el archipiélago más por un tema de tradición y de identidad que por el pertenecer realmente a su comunidad originaria. Y no es un tema de huida para nada. Tienen domicilios testimoniales utilizados accidentalmente de manera breve, sobretodo en temporada muy alta y el acceso a ellos es muy muy difícil y complejo.