El mundo del modelaje podrá tener gente muy inteligente y culta, pero todos sabemos que se trata de una profesión en la cual, por definición, lo realmente importante es el aspecto físico, la forma de mostrarse a los demás, la competencia por tener más tiempo de cámara, si es necesario recurriendo a escándalos o romances inventados. Toda esa superficialidad merecía una historia que la retratara con humor sarcástico, y esta película lo consigue con creces mediante un salto acrobático en el guión, la principal genialidad de la película: los protagonistas de ese mundo superficial, vano y estúpido no son mujeres (como en la realidad) sino que se presenta una sociedad algo distópica donde los "stars" del modelaje son hombres. Este cambio de perspectiva permite explayarse en un guión profundamente sarcástico sin ofender a nadie. Y realmente lo logra. Si ves esta película y dices "es una estupidez" es que no has entendido nada.