Cojonuda.

No me ha defraudado en absoluto, cumple con creces la misión de ser una secuela como mínimo digna (yo pienso que es mucho más que digna), y lo mejor es que el factor sorpresa, contra todo pronóstico, permanece casi intacto, porque aunque sea el mismo escenario, la secuela tiene identidad propia, ideas nuevas (que no contradicen a las ya mostradas en REC 1, sino que las amplian y las llevan a una nueva y fascinante dirección), sorpresas inesperadas, acertadísimos (y aplaudidísimos) golpes de humor, y un sentido del pánico y de la tensión tan brillante y logrado como el de la primera.

Hacía tiempo que no veia en una sala (abarrotada, REC 2 va a arrasar, como ya sabíamos) un disfrute por parte del público tan palpable, aplausos en varios momentos, y tambien risas (porque la película tiene una salidas de tono que son la p*** caña), y una sensación general de estar asistiendo a un acontecimiento cinematográfico.

REC 2 no es perfecta, no es superior a REC 1 (pero sí es casi tan redonda como aquella), incluso habrá quien se sienta decepcionado por las novedades (polémicas, por arriesgadas) introducidas en la franquícia, pero es MUY grande, es una secuela modélica (que aprendan los americanos), rabiosamente lúdica, atrapante en grado sumo, y proporciona los mejores escalofríos vividos en una sala al menos en los 2 últimos años (mira, justo desde que se estrenó la primera).

La aparición de Manuela Velasco es uno de los momentazos del año, pero no es la única gran escena de una película plagada de momentos memorables, una verdadera montaña rusa de diversión, y con un GRAN final que no va a dejar a nadie indiferente, para bien y para mal.