Un norteamericano que hizo la II Guerra Mundial en Europa con el grado de capitán, ahora es un ejecutivo de una gran empresa. En la guerra se enamoró de una italiana y se acostó con ella, luego nunca más supo de su vida. Ahora vive con su mujer norteamericana con que ha tenido tres hijo. Pero cuando menos se lo espera volverá a hacerse presente el recuerdo de aquella aventura y las consecuencias de la misma.

Película pasable, pero poco más. Quizás cabe destacar lo poco real de una parte del guión: el máximo jefe de la empresa le pide al hombre del traje gris, ejecutivo recién contratado, que lo acompañe a un viaje, éste responde que no porque debe dedicarse a su familia. El máximo jefe de la empresa se queda atónito pero contesta que lo entiende.

Ja, ja, ja, ja, ja. Esta escena es tan irreal que no parece de este mundo. En nuestro mundo empresarial o del trabajo, el máximo jefe de la empresa le habría dicho a su empleado después de darle un no por respuesta: "Pues bien, quédese en su casa dedicándose a su familia todo el tiempo que quiera, ya que está despedido."