Hoy en día la importancia del guión está sobrevalorada.

Si hacemos un ejercicio de sinceridad reconoceremos que no nos pasamos las 24 horas del día con las gafapastas puestas ni haciéndonos el cultureta. De vez en cuando (más de lo que reconoceremos por muy sinceros que nos pongamos) nos apetece apagar los sectores más exigentes del cerebro y dejarnos llevar por sensaciones y emociones sin plantearnos si hay coherencia alguna en ellas. Definitivamente Sucker Punch es la película ideal para esos momentos.

Y es que, si nos dejamos el hemisferio cerebral izquierdo en casa para que no incordie, disfrutaremos de un torrente visual, sonoro y pirotécnico que se echaba de menos en el cine de los últimos meses. Hay de todo: samurais gigantes, ametralladoras gatling, soldados zombis alemanes, biplanos, zeppelines, orcos, dragones, androides de diseño, bombarderos B25, nenas armadas hasta los dientes e incluso un mech...

Con todo lo anterior ¿qué importa el argumento?, ¿es que habría alguno que pudiera mezclar todo lo anterior de una manera mínimamente lógica? la verdad: no lo creo... y de todos modos si a todo friki que se precie le gustan los elementos anteriores por separado ninguno echará de menos al argumento cuando le pongan por delante todo junto dándose tortas sin parar.

Así que ya saben: relájense, avituallense de palomitas (con tanta explosión no molestarán a nadie), apaguen el cerebro y disfruten...