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España España · Asturias
Voto de Choco:
6
Cine negro En los Ángeles de 1949, el gángster “Mickey” Cohen (Sean Penn), nacido en Brooklyn, es el implacable jefe de la mafia; dirige la ciudad a su antojo y todo pasa por él: armas, drogas, prostitutas y cualquier objeto robado. Su clan le protege y le venera, lo consideran su líder. Sus influencias llegan incluso al departamento de policía y algún que otro miembro de la política local. Pero un equipo especial de LAPD, liderado por los ... [+]
5 de marzo de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ví por el maratón de Sean Penn. No me dio más. Mucho tiroteo, algo de truculencia que se realizaba de un modo tan rutinario que hacía que se te contagiara su indiferencia, una ambientación fantástica, mucho tiroteo, un Ryan Gosling maravillosos como siempre, mucho tiroteo, un Sean Penn que no tengo ni idea si actuaba bien o mal, porque la inmensa nariz como de pastelina que le pusieron, no sólo centraba toda la atención cuando aparecía en escena (era imposible mirar a otra parte) sino que incluso daba la sensación de que su gigantesco tamaño le hacía sombra a la cara cual monstruoso parasol, ocultando su interpretación. Pobre Sean! El calor que debió que pasar su auténtica nariz debajo de aquella mole cerosa. Debieron de acabar doliéndole los riñones de compensar al caminar el sobrepeso de tan gigantesco y mal plantado aditamento, sin caer de bruces hacia delante.
Se habrán confundido los de maquillaje de película y querían ir en realidad al set de "Cyrano"?. Dicen que los actores poco generosos roban las escenas a sus compañeros de trabajo. Supongo que en este caso se trataba de una nariz poco generosa, al punto de que en la pelea final, me asombraba lo preciso de una coreografía que permitía al pobre y sobrecargado Penn, simular que se peleaba con su oponente, sin estrellarle la nariz en un ojo, lo que tuvo que entrañar no poca dificultad. Total, que incluso en la pelea final, la nariz les robó la escena.
Me gustan mucho las peleas de gansters y mafias. Pero mucho, mucho. Y no voy a decir que esta no la disfruté en absoluto porque mentiría, pero da la sensación de que no llegó ni de cerca donde pretendía. Porque sí que se la ve con pretensiones. De entretenimiento, sí. Pero de entretenimiento de mayor altura que el que a mi juicio consiguió.
Yo creo que si el malo se hubiera hecho una operación de cirugía estética y le hubieran quitado unos cuantos kg de narizota, su carácter hubiera mejorado varios enteros. Avinagra el carácter a cualquiera ir cargando de por vida con ese trasto.
Choco
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