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España España · sevilla
Voto de drelles:
10
Drama Un célebre actor español, Julio Arenas, desaparece durante el rodaje de una película. Aunque nunca se llega a encontrar su cadáver, la policía concluye que ha sufrido un accidente al borde del mar. Muchos años después, esta suerte de misterio vuelve a la actualidad a raíz de un programa de televisión que pretende evocar la figura del actor, ofreciendo como primicia imágenes de las últimas escenas en que participó, rodadas por el que fue ... [+]
20 de enero de 2024
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película no puede juzgarse con los mismos criterios que aplicamos a un film convencional. Se trata de una obra única e irrepetible: el testamento fílmico de un gran amante del cine, que lo ha sido en toda su obra conocida, desde su etapa de crítico hasta esta última declaración con la que se despide del arte por excelencia del siglo XX.

Con esta obra Erice hace un ajuste de cuentas consigo mismo, desdoblado en los dos personajes principales, con su escasísima filmografía, mermada por el olvido al que la industria del cine lo ha sometido.

Durante tantos años hemos visto ensalzar toda clase de pegaplanos, mediocridades, "pelis", reflexiones vacuas, efectos especiales, héroes galácticos y plagios de aquí y de allá. Casi todo este material ha sido galardonado con óscares, goyas, globos...y ensalzado en los mil y un festivales que pululan por todo el planeta. Nada para el mejor director español de la historia. Hasta un mediocre esquirol como Fernando Trueba se atrevió a destrozar "El embrujo de Shanghai", la mejor novela de Juan Marsé cuyo frustrado trasplante fílmico pudimos sentir en el espléndido libro con el que Erice se desquitó.

"Cerrar los ojos" es antes que nada amor al cine, capaz de realizar un milagro como el de Ordet. Por ella desfilan sentimientos rescatados de todas sus otras películas en una despedida melancólica, sin odios, llena de sabiduría y que nos redime de tanta nadería acumulada en las pantallas en estos años de ausencia.
Con este final Erice entronca con otros grandes genios expulsados por los mercanchifles: Stroheim, Keaton, Welles.

Gracias, maestro.
drelles
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