Tostón, uno de tantos, de eso que se llamó Nouvelle Vague, la cual, pese a su enorme prestigio en su época y más allá, con el tiempo se ha demostrado que fue absolutamente sobrevalorada, pese a sus innovaciones. Esto es muy personal, pero del cine francés "de antes", sin duda me quedo con el extraordinario Melville, y con Clouzot o Malle (quien siendo Nouvelle Vague no era tan plomo).

Ya en el comienzo te temes lo peor, con imágenes auténticas de Hiroshima y sus habitantes después de la explosión de la bomba atómica aderezadas con conversaciones "trascendentales" entre la francesa y el japonés. Además la francesita habla como declamando, es como escuchar poesía, que no está mal pero personalmente pienso que a la película le falta algo importante para que enganche.

Luego todo ya no remonta, pese a la bonita fotografía en blanco y negro y algún diálogo. Tostonazo. Lo dicho, escucha mejor "Hiroshima" de Barón Rojo (1983), escrita en plena psicosis nuclear.