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Voto de Dr Natalio:
4
Terror. Comedia Brooklyn, New York. En los bajos fondos de la ciudad, la violencia entre bandas callejeras es extremadamente salvaje. Dos hermanos luchan por liberarse del acoso de la banda del cruel Bronson que siembra el pánico en las calles. Junto a un grupo de renegados, intentan "limpiar" su territorio. Pero un mortífero y devastador nuevo enemigo les acecha: una fuerza energética capaz de deshacer a sus víctimas en segundos... (FILMAFFINITY)
2 de enero de 2015
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cierto es que tampoco era muy difícil llegar a él, pero el título de esta película no podría ser más acertado. "Street Trash" podría ser perfectamente una de las películas que mejor ha retratado el submundo sucio y miserable de las calles, las cloacas de la sociedad, las alcantarillas socioculturales del hombre moderno, llevado aquí a su extremo más ridículo y grotesco. Viendo esta película uno se acuerda irremediablemente de filmes más célebres como "Los Amos de la Noche" (The Warriors, 1979), "Yo Soy la Justicia" (Deathwish 2, 1982) o "El Justiciero de la Ciudad" (Deathwish, 1974). Como las anteriores, "Street Trash" también está ambientada en Nueva York y retrata más o menos lo mismo, pero, aunque no acaban ahí las similitudes, por presupuesto y cutrez no se encuentra en la misma división que aquellas, sino bastante más abajo.

"Street Trash" es una basurilla de película, una porquería desagradable que es consciente de ello y precisamente por eso se ve con cierto regocijo y con el placer culpable de quien sabe estar viendo mierda cinematográfica. Me atrevería a decir que quien ve este tipo de cine lo hace muy a sabiendas de que se va a encontrar caspa, mugre y restos sanguinolentos. El añadido generalmente suele ser una fuerte dosis de humor, que aquí también se encuentra presente y es una de las bazas de la cinta. Como digo, tenemos todos los ingredientes: los suburbios más abandonados, marginales y degradados de Nueva York (que bien podrían ser los de cualquier gran urbe, aunque generalmente siempre estamos en Nueva York, no sé muy bien por qué), un ambiente asqueroso, desagradable, con cierto aire futurista-postapocalíptico y el elenco de personajes habitual, plagado de vagabundos, pordioseros, perturbados y todo tipo de detritus sociales, chusma, escoria, morralla. De tan paupérrimos y miserables quiere Jim Muro a su reparto que terminan provocando risa y asco, en el mejor de los casos. No me atreveré a llamarlos actores porque sus interpretaciones son tan bochornosas que me resisto a creer que no lo estuvieran haciendo adrede.

El argumento de la película, por otra parte, es el de siempre (despojos sociales organizados en bandas malviviendo entre la chatarra y los neumáticos de un polvoriento desguace de vehículos), con la salvedad adicional de que aparece en la licorería de la zona un extraño licor con terribles propiedades. Como siempre en estos casos, existe un malo malísimo que se ha enseñoreado del chatarrero y sus proximidades, un salvaje y brutal veterano de Vietnam llamado Bronson (¿será casualidad? ;-) que mantiene casi esclavizados al resto de moradores del chatarrero. Cuando uno de los vagabundos se hace por azar con una botella del enigmático licor, pronto empezarán los problemas, la violencia y el caos. Escrito así y para el espectador que aún no la haya visto podría parecer que estamos ante un film no tan lamentable, pero lo cierto es que el aburrimiento, los sinsentidos y la cutrez general reinante echan por tierra una película a la que le sobra metraje y le falta concisión y mayor empleo de la violencia (que cuando aparece es el mayor activo y mejor virtud de la película: su uso desmedido, indiscriminado, arbitrario y brutal). Por desgracia estos momentos no son tantos como debería, y el resto del tiempo todo es soporífero y rutinario, alargándose innecesariamente hasta la hora y media.

Para finalizar, destacaría notablemente el ambiente malsano y miserable de las calles, bastante conseguido, los efectos repugnantes e hilarantes del famoso licor (una explosión de color y efectos para los sentidos) y alguna que otra escena, rescatada no tanto por su calidad o su acabado, sino por lo brutal y políticamente incorrecto. En resumen, sólo para incondicionales de la serie B y la mugre, para echar un rato con los amigos incluso puede servir. Ah, y salen tetas y coños.
Dr Natalio
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