Haz click aquí para copiar la URL
España España · Ciutadella de Menorca
Voto de Joan:
5
Drama. Intriga. Romance Ana (Manuela Vellés) y su mejor amiga Linda (Bebe) comparten el piso que una mecenas de jóvenes talentos tiene en Madrid, y donde también se refugian otros aspirantes a artistas, entre ellos un chico saharaui y un anglosajón. Antes de llegar a la capital, Ana vivía con un padre hippy, en Ibiza, donde trabajaba de camarera. (FILMAFFINITY)
26 de octubre de 2007
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anteayer fui a ver esta película con cuasi nulas expectativas. Tras el onanismo mental de LUCÍA Y EL SEXO –en la que lo único salvable era lo segundo- uno se esperaba un considerable aumento de modernez ininteligible. Y no. Quien esto escribe se llevó una sorpresa de las gratas: era un film interesante, de inteligible ¡oh! modernez, con una protagonista bollycao que recordaba a una joven Emma Suárez, esa honoraria cofrade de la liga de los bollycaos extraordinarios y de la liga de las actrices extraordinarias. Ana –la protagonista- sufre una especie de estigmas espirituales relacionados con femeninas vidas pasadas de trágico final, que se irán desvelando mediante inquietantes sesiones de hipnosis regresiva.

Empero, los estigmas también los sufre el film mismo. Hay personajes secundarios con poca cancha que van y vienen sin lógica. Y la dicción brilla por su ausencia en el personaje de la amiga videoaficionada. Justo es dejar constancia que son cosas que, aunque lastran, no me molestaron demasiado. Al César lo que es del César.

Lo gordo viene al final, pues nos encontramos con un espacio ¿electoral? gratuito. ¡Hombre! No podía faltar el “patrocinador” o, mejor expresado, la inevitable, amén de execrable, marca de fábrica de ese tan pagado de sí mismo cine español: La gratuidad de ciertos elementos, el uso del calzador como alfombra roja al servicio de una entrada triunfal y, paradójicamente, patética de escenas continentes de exhibiciones sin venir a cuento: Una impúdica exhibición política –llorona, pataleante y, por ende, ingenuota e infantiloide- que deviene acorde con la época actual del imperio del buenismo, (que no bondad, ojo): Por querer estigmatizar a los Estados Unidos, la cinta se estigmatiza a sí misma. Y es una lástima. ¡Lástima, lástima! Porque la película no está nada mal. Repito que me sorprendió gratamente, cuando me esperaba algo insoportable, aunque por desgracia la llegada a meta resultó penosa. Al final llegó lo que yo me temía. Debería haber terminado (no desvelo nada) con ese inquietante y escalofriante grito en la soledad del apartamento. Conste que tengo amigos que le darían un hermosote y gordo cero por todo lo expuesto. Pero le asigno un 5, benevolencia y disfrute obliga.

Un diez otorgo a esa chati de mirada, voz y maneras tan carnales, tan proclive al encendido de turbias ideas y desorden cardíaco del prójimo masculino. Ya quisieramos tener los tíos, heteros lógicamente, la patente de corso que ella le da a su hipnotizador, en cuanto a satisfacción de las bajas pulsiones (tan ancestrales y obsesivas) que su fisiología masculina requiera, mientras ella esté hipnotizada pero no cuando esté consciente. ¡Pues vale! ¡Ningún problema! Tamaño y venéreo cheque en blanco de diosa tan dadivosa sería un pecado gordo, una espantosa blasfemia, una soberana estupidez, desperdiciarlo y/o despreciarlo.
Joan
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow