La Joven del Agua, lejos de ser su mejor película, es posiblemente el mejor ejemplo de películas que rueda M. Night Shyamalan. Mientras que los anuncios o las críticas siempre las detallan como de terror, al final resultan ser únicamente cuentos en los que consiguen engañar (y a veces decepcionar) al publico. La Joven del Agua no ha de verse como una película de terror, al igual que el Bosque, pues si solo queremos sustos fáciles, ahí están las películas del tipo Scream o La Matanza de Texas. Estas películas hay que captarlas con el corazón, no como entretenimiento, sino como relatos.
En esta película se nos relata un cuento. Si, un cuento. Y por eso se la califica de decepcionante o de aburrida, porque quien espera ver ninfas que comen humanos o criaturas que despedazan vacas se encuentra con una historia de amor o con un relato donde la gente se ayuda entre si al alcanzar una meta común.
¿Acaso se puede criticar a clásicos como El Rey León o La Historia Interminable porque son cuentos? ¿Se debería odiar la saga Alien porque siempre narra el encuentro de seres alienígenas con la misma mujer? ¿Quizá la gente quiera ver, en lugar de a un grupo de personas ayudar a una indefensa ninfa, a un psicópata con una motosierra despedazar a jóvenes en edad de procrear?
Esta película ha de verse con otros ojos, aquellos que se usaban de pequeños para leer cuentos o para creerse que, de verdad, existía en alguna parte el castillo del Mago de Oz.