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Voto de hurasima:
2
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6.2
14,989
Terror. Thriller. Fantástico
En una ciudad de Colorado, en los años 70, un enmascarado secuestra a Finney Shaw, un chico tímido e inteligente de 13 años, y le encierra en un sótano insonorizado donde de nada sirven sus gritos. Cuando un teléfono roto y sin conexión empieza a sonar, Finney descubre que a través de él puede oír las voces de las anteriores víctimas, las cuales están decididas a impedir que Finney acabe igual que ellas. (FILMAFFINITY)
24 de diciembre de 2022
24 de diciembre de 2022
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Honestamente, la película es francamente mala. No solo no es original, es poderosamente insustancial y pretenciosa. Intenta combinar a un convencional secuestrador y asesino en serie de niños con el puedo comunicarme con los muertos, y esto no es un spoiler, directamente te lo cuentan al principio, por lo que ya de entrada te han contado toda la película. Batiburrillo de guión pobre, plano y sin giros, absolutamente anodino. No genera terror, no resulta inquietante, no posee un componente psicológico, tampoco genera tensión alguna, y no provoca ni apela a ninguna emoción más allá de una función puramente estética.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El papel de la hermana es meramente testimonial, está ahí pues por estar, y ya, por aparecer, por rellenar metraje. Que la niña reconozca la casa de sus visiones no tiene trascendencia alguna ni aporta ni cambia el desenlace pues este no necesita ni depende de ella porque su hermano convertido en Superman se ha cargado al villano de la historia y ha salido por su propio pie de la casa, y esta vez nadie le persigue. No entiendo que valor tiene o que pretende aportar saber que existen dos casas iguales interconectadas (una como confinamiento y otra como cementerio de niños), no existe ningún evento previo que lo resignifique.
La niña tiene visiones premonitorias y su hermano, el protagonista puede comunicarse con los muertos (a través de un teléfono), porque Joe Hill es muy ingenioso… puesto a comunicarte con los muertos, pues oye, que sea por teléfono (a lo Poltergeist), le da un toque más sofisticado y original (es broma, si ya cuesta digerir el elemento sobrenatural de un relato que pretende ser serio y que tampoco lo es por muchos otros motivos… pues ricemos el rizo.
El relato no profundiza sobre ningún personaje, todo se va sucediendo como estaba planeado, y ya. El asesino es un perturbado, a secas, ya está, no hay más, eso es todo. No trates de entender sus motivaciones, podría no tenerlas, pero ya, eso es todo.
Un bizarro pueblo de Denver donde los críos se zurran a un nivel nunca antes visto, todos muy macarras donde impera la ley del más fuerte, supongo para dar sentido e intensidad al relato interior del protagonista, cosa que tampoco logra.
El hermano del asesino (a quien se intenta débilmente emular a lo Psicosis, sí, existe), es una caricatura para generar algún tipo de impacto que no logra en absoluto, no aporta nada y se torna en comedia por lo irrelevante e inverosímil de su existencia en el relato, y por si fuera poco lo presentan como una especie de pseudo-agente histriónico y altruista con un salón venido a poco menos que un laboratorio de investigación del servicio secreto de los Estados Unidos, (para que todo resulte aún más coherente y poco rebuscado y tal).
El cuerpo de policía no está dispuesto a incorporar como línea de investigación la confianza en los supuestos superpoderes de una niña que toman por chiflada, sin embargo al final de la película pierden el culo por ir en busca de lo que hasta entonces les parecía una broma de mal gusto, muy coherente todo.
El final es un disparate, demasiado conveniente y ventajoso, el asesino es reducido a un mero títere al servicio de un relato cómodo y facilón.
El sótano es como un Escape Room (pero las pistas te las dan los muertos, por teléfono claro, y para ser más ingenioso el director tiene la necesidad de mostrarte a los muertos, debido a su gran capacidad en recursos, porque al parecer la sola idea del teléfono no debía tener suficiente fuerza más allá de emplearse como título y reclamo de la obra). Y como bien sabemos es muy propio de los asesinos en serie acondicionar la habitación de invitados con tantos cachivaches como posibles usos les pueda dar tu imaginación, desde luego un magnífico anfitrión nuestro villano.
La ventana arrancada, no intenta salir, (teniendo una alfombra por la que subir, ya no hablemos de meter el cable y hacer ese malabarismo imposible, para finalmente no utilizarla), no grita, teniendo ya un espacio por donde puede fluir el sonido hacia el exterior, es como si el protagonista conociera el sótano mejor que su propio dueño. ¿Y la puerta con candado?, no se.. ¿no era mejor salir por una ventana o también tenían candado con combinación secreta?. Eran tantas las posibilidades como tantas infructuosas posibilidades ofrece la historia, en fin…
La niña tiene visiones premonitorias y su hermano, el protagonista puede comunicarse con los muertos (a través de un teléfono), porque Joe Hill es muy ingenioso… puesto a comunicarte con los muertos, pues oye, que sea por teléfono (a lo Poltergeist), le da un toque más sofisticado y original (es broma, si ya cuesta digerir el elemento sobrenatural de un relato que pretende ser serio y que tampoco lo es por muchos otros motivos… pues ricemos el rizo.
El relato no profundiza sobre ningún personaje, todo se va sucediendo como estaba planeado, y ya. El asesino es un perturbado, a secas, ya está, no hay más, eso es todo. No trates de entender sus motivaciones, podría no tenerlas, pero ya, eso es todo.
Un bizarro pueblo de Denver donde los críos se zurran a un nivel nunca antes visto, todos muy macarras donde impera la ley del más fuerte, supongo para dar sentido e intensidad al relato interior del protagonista, cosa que tampoco logra.
El hermano del asesino (a quien se intenta débilmente emular a lo Psicosis, sí, existe), es una caricatura para generar algún tipo de impacto que no logra en absoluto, no aporta nada y se torna en comedia por lo irrelevante e inverosímil de su existencia en el relato, y por si fuera poco lo presentan como una especie de pseudo-agente histriónico y altruista con un salón venido a poco menos que un laboratorio de investigación del servicio secreto de los Estados Unidos, (para que todo resulte aún más coherente y poco rebuscado y tal).
El cuerpo de policía no está dispuesto a incorporar como línea de investigación la confianza en los supuestos superpoderes de una niña que toman por chiflada, sin embargo al final de la película pierden el culo por ir en busca de lo que hasta entonces les parecía una broma de mal gusto, muy coherente todo.
El final es un disparate, demasiado conveniente y ventajoso, el asesino es reducido a un mero títere al servicio de un relato cómodo y facilón.
El sótano es como un Escape Room (pero las pistas te las dan los muertos, por teléfono claro, y para ser más ingenioso el director tiene la necesidad de mostrarte a los muertos, debido a su gran capacidad en recursos, porque al parecer la sola idea del teléfono no debía tener suficiente fuerza más allá de emplearse como título y reclamo de la obra). Y como bien sabemos es muy propio de los asesinos en serie acondicionar la habitación de invitados con tantos cachivaches como posibles usos les pueda dar tu imaginación, desde luego un magnífico anfitrión nuestro villano.
La ventana arrancada, no intenta salir, (teniendo una alfombra por la que subir, ya no hablemos de meter el cable y hacer ese malabarismo imposible, para finalmente no utilizarla), no grita, teniendo ya un espacio por donde puede fluir el sonido hacia el exterior, es como si el protagonista conociera el sótano mejor que su propio dueño. ¿Y la puerta con candado?, no se.. ¿no era mejor salir por una ventana o también tenían candado con combinación secreta?. Eran tantas las posibilidades como tantas infructuosas posibilidades ofrece la historia, en fin…