Basada en la novela de Gilbert Ralston, nos encontramos a Crispin Glover interpretando a un excéntrico y retraído personaje que responde al nombre de Willard. Un hombre lleno de complejos, alimentados por la hipocondría de su madre, que impide hacer madurar al introvertido Willard.
Humillado a diario por su autoritario jefe Frank Martin: (en la piel del actor que encarnara al sargento toca-pelotas de la Chaqueta Metálica), el apocado Willard, harto de todo y de todos, se hace amigo de una rata blanca, a la que un día salva de una trampa de roedores que había puesto en el desván de su vieja casa victoriana.
Tras observar la despierta inteligencia del animal, se forjará una amistad rata-humano, que pondrá los pelos de punta a todos/as que padezcan musofobia; porque a partir de ese momento saldrán ratas por todos los lados, de todos los tamaños y colores. Viendo su potencial, Willard usara a estos grandes roedores para vengarse de su jefe.

Lo mejor: La interpretación de Crispin Glover y R.Lee Ermey

Lo peor: Si te dan pavor las ratas, esta no es tu película. Mejor mira Mickey Mouse, porque estas ratas dan bastante repelús. Sobre todo si te encuentras frente a la pantalla a la gigantesca rata Big Ben.