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Voto de Strénliko:
1
Drama Anabel (Susi Sánchez) abandonó a su hija Chiara (Bárbara Lennie) cuando esta apenas tenía ocho años. Treinta y cinco años después, Chiara regresa con una extraña petición para su madre: que pasen diez días juntas. Anabel ve en ese viaje la oportunidad de recuperar a su hija, pero no sabe qué intenciones tiene Chiara. (FILMAFFINITY)
3 de mayo de 2020
7 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unas noches pasaron esta película en La 2. No tenía referencia alguna "La enfermedad del domingo", así que cometí el craso error de sentarme en la butaca más cómoda de mi casa. Había dormido esa tarde la siesta, por lo tanto creí que me vería libre de cualquier cabezada o caída involuntaria de párpados. Me equivoqué sobre esto último porque pasada la primera media hora comencé a sentir los efectos del sopor. Luché contra él y, no sin un denodado esfuerzo, conseguí llegar hasta el final. ¡Qué estúpido bodriazo, señores!

No obstante, antes de ponerme a escribir esta crítica, en pos de la mayor objetividad posible, le di un repaso en la página de TVE, donde la tenían colgada en la programación a la carta. Lo hice, sobre todo, para escuchar los diálogos con la mejor fidelidad posible a través de los auriculares del ordenador. ¿Por qué? Pues porque a la guapa de Bárbara Lennie cuesta muchísimo entenderla cuando le toca hablar. Creo sinceramente que es una de las actrices con peor dicción. Vale para el cine mudo y con subtítulos, pero no para el sonoro. Su mejor intervención cinematográfica, hasta ahora, sin lugar a dudas es la de "Magical girl"; una extraordinaria cinta en la que, incluso ella, estuvo bien.

Pero este absurdo peñazo de "La enfermedad del domingo" no lo es sólo por ella. El director y guionista es el principal responsable de la calificación de la puntuación de 1 que le otorgo. Se trata de una de esa películas hueras, vacías de contenido que intenta disimular sus carencias envolviéndola en pretenciosos y continuos silencios, supuestamente muy "intensos", "muy significativos", pero que realmente no son más que el reflejo de la incapacidad del director para evitar que el espectador se duerma. Porque "La enfermedad del domingo" -manda huevos con el absurdo título-, entros muchos defectos, tiene un guión con unos diálogos de rebosante sandez.

Si analizamos las escenas, demasiadas de ellas son de perplejidad por lo absurdo. Por ejemplo, ¿a qué vienen esos delirantes minutos de cuando Bárbara Lennie recoge a su perra de la casa del sepulturero y antes de llevársela a la suya la embadurna de barro? O cuando pone como una sopa a su madre con la manguera mientras están lavando al can. O cuando la susodicha madre decide coger un tren y buscar a su anterior marido, que ya tiene una nueva vida en París. Han pasado 30 años desde que lo abandonó y nunca más ha vuelto a saber de él, ¿de dónde obtiene la información precisa para localizar su domicilio y teléfono? O esa otra escena de tremendismo innecesario, incluso gore, del sepulturero vaciando un viejo ataud del que extrae y dobla como a un muñeco de plastilina los restos del cadáver que contiene.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Strénliko
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