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España España · MADRID
Voto de Spark:
7
Drama. Romance Año 1851. Ada, que es muda desde niña, acaba de enviudar. Un matrimonio concertado la obliga a dejar su Escocia natal y viajar a Nueva Zelanda, acompañada de su hija y de su piano. Allí conoce a su futuro marido, un próspero granjero que se niega a llevar a casa el piano. Abandonado en la playa, el instrumento será rescatado por un vecino que establece un extraño pacto con Ada: él la dejará usar su piano a cambio de que ella se deje tocar. (FILMAFFINITY) [+]
26 de julio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jane Campion nos ofreció en su tercer largometraje una cinta notable con "El piano". La directora neozelandesa escribió y dirigió este refinado a la par que audaz drama ambientado en la Nueva Zelanda del siglo 19. En él una joven viuda escocesa (Holly Hunter) emprende el viaje junto a su hija (Anna Paquin) a la casa de su nuevo marido (Sam Neill) con el que se ha casado de forma forzosa tras un acuerdo entre su padre y su ahora marido. En su nueva vida se topará con un rudo vecino (Harvey Keitel) que queda fascinado por ella y su talento musical.

Es inequívoco que lo que se nos cuenta en "El piano" toma unos mimbres ya establecidos (el ya resobado triángulo amoroso), pero tras ese punto de partida el film nos muestra mucho más y de forma ciertamente elegante y astuta. Así que "El piano" es mucho más que un amorío de época. Pues los traumas del pasado, la inmadurez infantil, la disparidad entre los valores de cada persona, y las pasiones irrenunciables del alma (en este caso por supuesto se incide en la música) se unen a temáticas como el deseo (sí, la cinta habla de sexo sin tener que mentarlo una sola vez), el romance, el cariño y la rivalidad inherentes en toda cinta romántica que se precie.

Estamos pues ante un buen guión que, sin aportar una minuciosidad asombrosa o unas hondonadas instruídas (Campion aporta un libreto estimable, pero tampoco llega a las cotas de lo sobresaliente (¡vamos, que el guión de "El piano" no es el de "El padrino" (1972), "Lincoln" (2012), "La vida es bella" (1997), "El secreto de sus ojos" (2009) o "Braveheart" (1995)!) y si uno se pone tiquismiquis encontrará lagunas o actitudes (pocas pero las hay) forzadas en el tópico del romance) sabe virar hacia muchas vertientes de forma sensible, copartícipe, sutil, brusca o tácita según lo demande el relato de forma inherente.

Pero donde más resalta el film es en el soberbio uso de su lenguaje cinematográfico. La voz en off se utiliza para dinamizar el relato de forma medida y perfecta, lo mismo se puede decir del moderado Slow-Motion para infundir un suspense crucial y enigmático cuando la trama lo necesita. El uso de los planos detalle (y su apertura...o no) que hace de ciertos objetos unos personajes más es insuperable, los cenitales son de una hermosura loable, los planos amplios conceden unos encuadres enamoradores del arisco a la par que bello paisaje (probablemente en analogía a varios de sus personajes) y ojo a ciertos planos que nos muestran de cintura para abajo la historia cuando ésta lo demanda. Todo en la realización está mimado para casar con el tono de según que secuencias, y ese mimo da un tempo exquisito a la cinta (apenas aburre y casi siempre atrapa) y un resultado triunfal. La película cuenta además con un sonido ambiente completamente envolvente, un diseño artístico gallardo, un vestuario significativo, una banda sonora acomodada cuando la película se traslada a sus tonos más líricos y bucólicos, y unas actuaciones excelentes (no es de extrañar las estatuillas a Hunter y Paquin, mientras que los personajes más arquetípicos en el caso de Neill y limitados en el caso de Keitel hacen todo lo que pueden y logran sacar oro de sus roles haciéndolos difíciles de olvidar).

En definitiva estamos ante una cinta que no llega a ser perfecta (dadas algunas carencias en el guión y a alguna que otra escena alongada) pero que se queda a las puertas, suponiendo toda una grata sorpresa para aquel que solo se espere "un romance de época más" y un disfrute casi continuado a todo cinéfilo más curtido gracias a la extraordinaria labor en la puesta en escena donde todo encaja como un reloj suizo (pulso narrativo, realización audiovisual, interpretaciones, música, atrezzo). Es un deleite de película, llega a traspasar géneros y aguanta varios visionados. Incluso no siendo mi género predilecto me resulta muy recomendable para todo tipo de público adulto (excepto a los más recatados que no quieran ver desnudos/sexo en pantalla aunque la trama lo necesite de forma crucial) e indispensable a todo amante del "period drama" o de sus actores en particular. No llega a las cotas de "Tigre y dragón" (2000), "Brokeback Mountain" (2005), "Carol (2015), "Gladiator" (2000) o "La lista de Schindler" (1993), pero está a la misma notoria altura de "Amadeus" (1984), "Manchester frente al mar" (2016) y "Elizabeth" (1998) (si de dramas de época o de tragedias con amoríos destacados de por medio se trata).

Lo mejor: Me quedo con la dirección de Campion y las actuaciones de Hunter y Paquin.
Lo peor: En su último tercio empieza a renquear en su cadencia narrativa (pero no llega a ensombrecer demasiado al conjunto).
Spark
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