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Voto de Spark:
4
28 de diciembre de 2023
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De la mano de Netflix nos llegó en el (aciago) 2020 este largometraje de gran factura audiovisual... y de parquedad argumental. El intérprete David Oyelowo ("12 años de esclavitud" (2013), "Un Reino unido" (2016), "Selma" (2014), "El mayordomo" (2013)) hizo su debut en la dirección con este telefilm que también co-protagoniza, un relato descafeinado de fantasía y drama donde un niño (Lonnie Chavis) es incapaz de afrontar la enfermedad terminal de su madre (Rosario Dawson) por lo que se refugia en una travesía ilusa (e ilusoria) para encontrar una mágica cura para su madre.
Lo cierto es que "El hombre agua" no puede evitar asemejarse a la cinta de Juan Antonio Bayona "Un monstruo viene a verme" (2016), solo que en aquella adaptación de la novela de Patrick Ness había un misterio más recóndito y mimado, así como unos personajes más perfilados (y eso que tampoco era una obra maestra de la fantasía precisamente). De todo esto adolece este largo que se denota un tanto rutinario en su devenir argumental. Pues la parte dramática del asunto se trata con topiquez total (con situaciones vistas en multitud de productos sobre protagonistas con padres enfermos), y el trío familiar nunca se sale del arquetipo impuesto (y algo forzado) por el libreto. Chavis es el adolescente introvertido e incomprendido, Oyelowo el padre que no sabe conectar con el hijo (pero los instantes que nos lega de choque entre ambos son demasiado artificiales, más en spoilers) y Dawson la madre abnegada y amatoria. Las dimensiones de los roles son pues ínfimas, tanto que es difícil que el relato despierte el interés o la conexión del espectador. La parte de odisea fantástica por el bosque sufre de ser tremendamente básica en sus avatares, mucha caminata y algún retal de magia previsible y anecdótica (esto no es "El Señor de los Anillos: La comunidad del Anillo" (2001) ni "Harry Potter y el cáliz de fuego" (2005) en su imaginería de encantamientos y andanzas. Ojalá) con un desenlace tan pronosticable como trillado (más en spoilers).
Es, en definitiva, un argumento que cuenta con mimbres jugosos pero que no los elabora con perspicacia, madurez y complejidad. Más bien con desidia y dejadez. Esto le pesa al metraje... pero más le pesa su parsimonia en la puesta en escena, ya que Oyelowo estira los planos de forma exagerada hasta el hastío (si esto tuviera el guion de "El padrino" (1972), le vendría de maravilla al film ese alongamiento en las escenas. Pero no es el caso y lo único que produce es el tedio de la audiencia).
Una lástima que el producto padezca de una realización pausada y se resigne a un desarrollo argumental pre-establecido y superficial. Porque la fotografía de la cinta es soberbia, el diseño de producción es loable, con un vestuario y unos elementos escénicos de categoría, con una elección de escenarios exteriores magnífica, con un despliegue de paisajes boscosos verdaderamente bello, profuso e inmersivo (de lo poco que conecta con el espectador, son esos parajes entre riachuelos y caminos), que cuentan con una iluminación avispada y lucida. Para más inri el conjunto presume de un sonido franco y competente, y de una cinematografía de impoluta y confortable definición. La banda sonora por su parte es olvidable, mientras que las actuaciones resultan naturales pero nunca rascan nada más allá de lo que el libreto les ofrece a sus personajes (que es poco).
Así pues tenemos una versión sui géneris de "Un monstruo viene a verme". Más bien "El hombre agua" se podría llamar "Un ermitaño viene a verme". Pero en este largometraje no contamos con unas imaginación audiovisual tan espabilada como en aquella, ni con una trama tan resultona (y eso que la cinta de Bayona tampoco es que contara con un ritmo frenético, pero en comparación parece que va a dos velocidades más que "El hombre agua" en su progreso narrativo), ni con unas actuaciones con el carisma de Sigourney Weaver o Felicity Jones. Al final "El hombre agua" hace honor a su estreno en plataforma digital y no en la gran pantalla, solo la recomendaría a los muy muy incondicionales del drama con toques de fantasía (o viceversa)... y aun así es fácil que estén tentados a ver la cinta en la opción de Netflix de velocidad x1,5 (admito que caí en ello, sino hubiera sido intolerable). "El hombre agua" está a años luz de aventuras de fantasía con dramas de por medio como la trilogía de "Las crónicas de Narnia", la trilogía de "El Señor de los Anillos", "Coco" (2017), "La bella y la bestia" (1991), "Soul" (2020) o la saga de "Harry Potter"... y tampoco llega a la altura de disfrutables productos como "Las crónicas de Spiderwick" (2008), "El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares" (2016), La bella y la bestia" (2017), "Mi amigo el gigante" (2016), "Donde viven los monstruos" (2009) o la ya mentada "Un monstruo viene a verme". Más bien está dentro del grupo de "Un pliegue en el tiempo" (2018), "Pan" (2015) o "Los nuevos mutantes" (2020).
Lo mejor: Su fotografía.
Lo cierto es que "El hombre agua" no puede evitar asemejarse a la cinta de Juan Antonio Bayona "Un monstruo viene a verme" (2016), solo que en aquella adaptación de la novela de Patrick Ness había un misterio más recóndito y mimado, así como unos personajes más perfilados (y eso que tampoco era una obra maestra de la fantasía precisamente). De todo esto adolece este largo que se denota un tanto rutinario en su devenir argumental. Pues la parte dramática del asunto se trata con topiquez total (con situaciones vistas en multitud de productos sobre protagonistas con padres enfermos), y el trío familiar nunca se sale del arquetipo impuesto (y algo forzado) por el libreto. Chavis es el adolescente introvertido e incomprendido, Oyelowo el padre que no sabe conectar con el hijo (pero los instantes que nos lega de choque entre ambos son demasiado artificiales, más en spoilers) y Dawson la madre abnegada y amatoria. Las dimensiones de los roles son pues ínfimas, tanto que es difícil que el relato despierte el interés o la conexión del espectador. La parte de odisea fantástica por el bosque sufre de ser tremendamente básica en sus avatares, mucha caminata y algún retal de magia previsible y anecdótica (esto no es "El Señor de los Anillos: La comunidad del Anillo" (2001) ni "Harry Potter y el cáliz de fuego" (2005) en su imaginería de encantamientos y andanzas. Ojalá) con un desenlace tan pronosticable como trillado (más en spoilers).
Es, en definitiva, un argumento que cuenta con mimbres jugosos pero que no los elabora con perspicacia, madurez y complejidad. Más bien con desidia y dejadez. Esto le pesa al metraje... pero más le pesa su parsimonia en la puesta en escena, ya que Oyelowo estira los planos de forma exagerada hasta el hastío (si esto tuviera el guion de "El padrino" (1972), le vendría de maravilla al film ese alongamiento en las escenas. Pero no es el caso y lo único que produce es el tedio de la audiencia).
Una lástima que el producto padezca de una realización pausada y se resigne a un desarrollo argumental pre-establecido y superficial. Porque la fotografía de la cinta es soberbia, el diseño de producción es loable, con un vestuario y unos elementos escénicos de categoría, con una elección de escenarios exteriores magnífica, con un despliegue de paisajes boscosos verdaderamente bello, profuso e inmersivo (de lo poco que conecta con el espectador, son esos parajes entre riachuelos y caminos), que cuentan con una iluminación avispada y lucida. Para más inri el conjunto presume de un sonido franco y competente, y de una cinematografía de impoluta y confortable definición. La banda sonora por su parte es olvidable, mientras que las actuaciones resultan naturales pero nunca rascan nada más allá de lo que el libreto les ofrece a sus personajes (que es poco).
Así pues tenemos una versión sui géneris de "Un monstruo viene a verme". Más bien "El hombre agua" se podría llamar "Un ermitaño viene a verme". Pero en este largometraje no contamos con unas imaginación audiovisual tan espabilada como en aquella, ni con una trama tan resultona (y eso que la cinta de Bayona tampoco es que contara con un ritmo frenético, pero en comparación parece que va a dos velocidades más que "El hombre agua" en su progreso narrativo), ni con unas actuaciones con el carisma de Sigourney Weaver o Felicity Jones. Al final "El hombre agua" hace honor a su estreno en plataforma digital y no en la gran pantalla, solo la recomendaría a los muy muy incondicionales del drama con toques de fantasía (o viceversa)... y aun así es fácil que estén tentados a ver la cinta en la opción de Netflix de velocidad x1,5 (admito que caí en ello, sino hubiera sido intolerable). "El hombre agua" está a años luz de aventuras de fantasía con dramas de por medio como la trilogía de "Las crónicas de Narnia", la trilogía de "El Señor de los Anillos", "Coco" (2017), "La bella y la bestia" (1991), "Soul" (2020) o la saga de "Harry Potter"... y tampoco llega a la altura de disfrutables productos como "Las crónicas de Spiderwick" (2008), "El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares" (2016), La bella y la bestia" (2017), "Mi amigo el gigante" (2016), "Donde viven los monstruos" (2009) o la ya mentada "Un monstruo viene a verme". Más bien está dentro del grupo de "Un pliegue en el tiempo" (2018), "Pan" (2015) o "Los nuevos mutantes" (2020).
Lo mejor: Su fotografía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo peor: ...
... cuando la familia entera se queda parada cuando el padre le alza un momento la voz a su hijo, como si hubiera cometido un pecado mortal imperdonable con el hijo. Se supone que sobre el papel tiene su tópico sentido, pero en la escena queda absurdo. Y el recurso ese de que gran parte de lo vivido forma parte de la imaginación del protagonista... en fin, (OJO QUE HAY SPOILERS DE OTRAS PELÍCULAS. NO SIGAN LEYENDO SI LES GUSTAN ESTE TIPO DE FILMS Y NO HAN VISTO LAS PELÍCULAS ESTANDARTE) desde la obra maestra "El club de la lucha" (1999) hasta la españolada de "Los Serrano" ("Joker" (2019), "La ventana secreta" (2004), "El maquinista" (2004), "Un monstruo viene a verme", "Mulholland Drive" (2001), "Birdman" (2014), "Abre los ojos" (1997), "Cisne negro" (2010), "El secreto de Marrowbone" (2017), etc.), es una salida de lo mas típica y predecible a estas alturas de la historia del cine. Que se lo podían haber currado más dando un resultado más original y franco es una obviedad.
... cuando la familia entera se queda parada cuando el padre le alza un momento la voz a su hijo, como si hubiera cometido un pecado mortal imperdonable con el hijo. Se supone que sobre el papel tiene su tópico sentido, pero en la escena queda absurdo. Y el recurso ese de que gran parte de lo vivido forma parte de la imaginación del protagonista... en fin, (OJO QUE HAY SPOILERS DE OTRAS PELÍCULAS. NO SIGAN LEYENDO SI LES GUSTAN ESTE TIPO DE FILMS Y NO HAN VISTO LAS PELÍCULAS ESTANDARTE) desde la obra maestra "El club de la lucha" (1999) hasta la españolada de "Los Serrano" ("Joker" (2019), "La ventana secreta" (2004), "El maquinista" (2004), "Un monstruo viene a verme", "Mulholland Drive" (2001), "Birdman" (2014), "Abre los ojos" (1997), "Cisne negro" (2010), "El secreto de Marrowbone" (2017), etc.), es una salida de lo mas típica y predecible a estas alturas de la historia del cine. Que se lo podían haber currado más dando un resultado más original y franco es una obviedad.