Haz click aquí para copiar la URL
España España · MADRID
Voto de Spark:
6
Ciencia ficción. Acción Cada 5.000 años se abre una puerta entre dos dimensiones. En una dimensión existe el Universo y la vida. En la otra dimensión existe un elemento que no está hecho ni de tierra, ni de fuego, ni de aire, ni de agua, sino que es una anti-energía, la anti-vida: es el quinto elemento. (FILMAFFINITY)
14 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director-productor-guionista Luc Besson ("León, el profesional" (1994), "Nikita" (1990), "Lucy" (2014), "Valerian y la ciudad de los mil planetas" (2017)) nos ofreció en su séptimo largometraje como director una historia sci-fi que no va más allá de su propuesta argumental inicial, pero que se colma de un eficiente sentido del humor y una expresiva estética que la tornan en una cinta estandarte del género a pesar de su superficialidad en la trama.

Un malvado planeta destructor del universos aparece cada cientos de años, y solo un arma especial de ciertos alienígenas es capaz de detenerlo. Ese arma consiste en cuatro elementos con magia y el quinto elemento del título encarnado por Milla Jovovich. Un personaje creado para combatir el mal y que es protegido por el taxista futurista interpretado por Bruce Willis. A la fiesta se unen un villano unidimensional al que Gary Oldman da un tono de parodia y algún que otro secundario arquetípico.

Pero no intenten en "El quinto elemento" buscar un desarrollo argumental de intrigas serpenteantes y recónditas, ni traten de encontrar a personajes multidimensionales, o frases de gran reflexión simbólica. No, para es mejor pónganse "The Matrix" (1999), "Abre los ojos" (1997), "Donnie Darko" (2001), "Minority Report" (2002), "AI: Inteligencia Artificial" (2001), "La naranja mecánica" (1970), "Interstellar" (2014) o "Wall.E" (2008). En "El quinto elemento" mejor déjense llevar por la trama irreverente cargada de fuegos artificiales y de guasa.

Pero, evidentemente si el guion no tiene demasiadas ambiciones, voy a valorar el film en consecuencia. Un film cuyo devenir argumental es simple (y en ocasiones bobo pretendidamente) pero siempre activo y resuelto. Desde luego "El quinto elemento" nos da una trama la mar de entretenida en todo momento, pues sabe hacer fluir y progresar esa propuesta básica sin divagaciones exasperantes. ¡Vamos, que no es el horror de "Aeon Flux" (2005), "Robocop 3" (1993) o "Alien Vs. Predator" (2004)!, aquí estamos ante una historia con suficiente cohesión y dinamismo para distraernos, mientras que el resto lo pone una puesta en escena muy capacitada a la hora de evadirnos en ese "futuro" 2263 de escenarios coloristas, estéticas pop desatadas (el vestuario, peluquería y maquillaje tan característicos son de sobresaliente tanto en su original concepción como en su llamativa ejecución. Es que no tiene desperdicio ni uno, ni el "quinto elemento" del título ni los más secundarios como Diva Plavalaguna (Maïwenn Le Besco) o Ruby Rhod (Chris Tucker)), encuadres briosos pero acomodados por parte de Besson, de efectos especiales muy logrados para la época (solo basta con mirar otra cinta del mismo año como "Turbo Power Rangers" para apreciar lo que nos regala con gusto "El quinto elemento" en cuestión de C.G.I. y cromas) y de unas actuaciones que salen al rescate de lo parco del guion. El trío del cartel da a sus personajes la solidez que demandan (que tampoco es mucha pero algo sí necesitan) sorprendiendo una Milla Jovovich ("El regreso del lago azul" (1991), "Kuffs, poli por casualidad" (1992)) que por aquel entonces tan solo era considerada una "cara bonita" pero que aquí ofrece una intensidad y una singularidad de lo más natural a su papel (cosa complicada con el "elemento" que le cae en gracia). Pero quien más destaca y más estimula al relato es un Chris Tucker como reverso cómico de Bruce Willis durante gran parte del metraje (es decir, durante la acción de tiros, persecuciones y combates), pues hace partícipe al espectador de esa acción con mucho desenfado. Eso sí, es un rol que a parte de la audiencia va a resultar cargante, así que o se conecta con él o no.

La banda sonora es análoga al personaje de Tucker o la amas o la odias y en mi caso me ha tocado lo segundo.

Así pues tenemos una cinta que acaba distrayendo con lo que no arriesga y en lo que arriesga (estética, actuaciones y música) acaba chiflando o asqueando. Pero va a ser más habitual lo primero y acabar seduciendo al público amante de la ciencia ficción más comercial o las space óperas más festivas. No es la obra maestra de la trilogía original de "Star Wars" ni la agudeza de "Guardianes de la galaxia" (2014) pero tampoco es lo mediocre de "Valerian y la ciudad de los mil planetas" del mismo Luc Besson, "El destino de Júpiter" (2015) o "Mortal Engines" (2018). Digamos que es equiparable a "In Time" (2011), "Prometheus" (2012), "Guerra mundial Z" (2013), "Chappie" (2015) o "Guardianes de la Galaxia Volumen 3" (2023). Es recomendable para los aficionados a las películas de ciencia-ficción y/o acción o a los fans de su director y/o reparto. En el resto de audiencia pasará completamente desapercibida.

Lo mejor: Me quedo con su vestuario.
Lo peor: En mi caso ha sido la banda sonora, pero esto es algo completamente subjetivo y para nada objetivo.
Spark
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow