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España España · MADRID
Voto de Spark:
6
Fantástico. Aventuras. Infantil Cuando la familia Grace (la madre y sus hijos Jared, Simon y Mallory) deja Nueva York y se instalan en el viejo caserón de su tío Arthur Spiderwick, empiezan a ocurrir extraños sucesos. La familia le echa la culpa a Jared, pero cuando éste y sus hermanos investigan lo que está sucediendo, descubren la fantástica verdad sobre la finca Spiderwick y las criaturas que viven en ella. (FILMAFFINITY)
28 de abril de 2021
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Con el auge de las novelas juveniles de fantasía en su traslado al celuloide (Harry Potter tiene bastante que ver en el asunto), nos llegó por 2008 la adaptación al cine de la serie de novelas escritas por Holly Black y Tony DiTerlizzi (que comenzaron las andanzas literarias de los hermanos Grace en 2003).

Las páginas de Black y DiTelizzi cogen de aquí y allá y tienen un poco de "Las crónicas de Narnia", "Harry Potter", "El Señor de los Anillos" y demás. Pero no se lleven a equívocos, ni en las novelas originales ni en esta decente adaptación por parte de Mark Waters hay el espabilado sentido del humor irónico de J.K. Rowling, ni las aristas estratégicas de J.R.R. Tolkien, ni las hondanadas dramáticas o el simbolismo espiritual de C.S. Lewis.

En "Las crónicas de Spiderwick", y esta vez me centro en esta versión para la gran pantalla, nos topamos con unas aventuras de fantasía tremendamente básicas, simples y primordiales. Su protagonista Jared Grace (Freddie Highmore), un niño cuya infancia se ve marcada por el amargo divorcio de los padres y la ausencia paterna, descubrirá un mundo de fantasía oculto a la vez que desata sin pretenderlo las ambiciones de un malvado ogro. Así pues él, junto a sus hermanos, deberá defenderse de esta nueva amenaza mientras navega por esta aventura con criaturas aliadas hasta entonces desconocidas para él.

Con franqueza, "Las crónicas de Spiderwick" no es "Harry Potter y la piedra filosofal" (2001) (y eso que la duración del metraje es similar), ni "Harry Potter y la cámara secreta" (2002), ni "Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario" (2005), ni "Animales fantásticos y dónde encontrarlos" (2016), ni "Charlie y la fábrica de chocolate" (2005) (donde Highmore también se luce como protagonista, por cierto). "Las crónicas de Spiderwick" se queda más a la altura de "Mi amigo el gigante" (2016), "Sonic, la película" (2020), "Percy Jackson y el mar de los monstruos" (2013), "Las crónicas de Narnia: La travesía del viajero del alba" (2010), "Alicia en el país de las maravillas" (2010) o "Las crónicas de Narnia: El Príncipe Caspián" (2008). Y no es una mala altura, es sencillamente un altura que pudo aportar mayores vicisitudes argumentales y una elaboración de su mundo fantástico más ensoñadora y perspicaz.

Pero el nivel que nos lega la cinta es más que satisfactorio (y a pesar de que lo que nos cuentan ya lo hemos visto más y mejor). La cadencia por la que discurre la trama es evolutiva en casi todo momento, no dando lugar al aburrimiento o al tedio, el guión resulta equilibrado en su justa medida y cabal respecto a su propio universo mágico. Los personajes son esquemáticos, eso sí, pero los actores aportan una destreza interpretativa que acerca a la audiencia a sus roles de forma confortable. Y es que "Las crónicas de Spiderwick" cuenta con un elenco sólido (Highmore, que se ha consolidado con la serie "The Good Doctor" (pero que en mi caso ya me convenció gustosamente en cintas como "Descubriendo Nunca Jamás" (2004) de Mark Forster o "Charlie y la fábrica de chocolate" de Tim Burton, ambas superiores al largo que nos ocupa y que no dejo de recomendar), ofrece un doble papel con una pericia innata. Y también pululan por el relato los siempre solventes David Strathairn (para mí siempre será el Secretario de Estado William Seward de "Lincoln" (2012)), Mary Louise Parker, Nick Nolte o Joan Plowright).

La puesta en escena es además competente. No pasará a la historia del cine, pero ofrece una fotografía atildada (que resalta con deleite los ocres y verdes del desvencijado lugar por el que discurre la trama), una realización briosa y profusa (su corazón es el plano/contraplano semisubjetivo o subjetivo, pero hay ciertos paneos en la acción de lo más agradecidos) y unos efectos visuales aceptables (lo mismo se puede decir de su banda sonora que no molesta pero tampoco alza el relato de forma memorable...ejem, ejem, aquí John Williams no hace acto de presencia).

Todo ello es suficiente como para hacer de "Las crónicas de Spiderwick" una experiencia cinematográfica entretenida siempre e incluso interesante a ratos (destaco los momentos en los que Plowright está en pantalla). Queda claro tras el visionado que ni Dedalete es Dobby ni Mulgarath es Voldemort, pero como divertimento diligente ofrece lo que promete e incluso un pelín más gracias a la labor actoral. Es superior a largos del mismo corte como "La casa del reloj en la pared" (2018), "La brújula dorada" (2007), "Zipi y Zape y el club de la canica" (2013), "Oz, un mundo de fantasía" (2013) o "Los pitufos" (2011), pero no le llega a la suela de los zapatos a las traslaciones a la gran pantalla de las novelas de C.S. Lewis o J.K. Rownling. Cine de palomitas muy llevadero pero con poco poso (no aguanta más de dos visionados en un público adulto), recomendable para todo público aficionado a este tipo de blockbuster y que busque un recreo pasajero, pero no es indispensable dentro del género por el que viaja.

Lo mejor: Las actuaciones.
Lo peor: La desidia y pereza del guión a la hora de tratar el argumento (ni arriesga ni eleva la calidad de la cinta por ello).
Spark
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