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Voto de Verdebotella:
8
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8
7.8
5,235
Documental
Realizado entre los años 1975 y 1982, "Koyaanisqatsi" -primera parte de lo que sería luego una trilogía formada por Koyaanisqatsi (1982), Powaqqatsi (1988) y Naqoyqatsi (2002)- es un singular documental que refleja la colisión entre dos mundos obligados a convivir: por un lado la vida de los hombres en la sociedad moderna, la vida urbana y occidental, llena de tecnología, ciencia y consumismo. Por otro la naturaleza y el medio ambiente ... [+]
27 de junio de 2011
27 de junio de 2011
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un documental de insólita belleza, no es una película convencional, no esta hecha para verla sino para observarla. Es difícil dar forma al resumen de la película, es una experiencia sensorial única y, posiblemente, independiente. Pero me atreveré a dar unas pinceladas.
Para ver esta película hay que tener una actitud activa y receptiva, aquí el sujeto es partícipe directo, extrae los significados que te ofrece esta amalgama de imágenes y metáforas que se muestran ante tus ojos. No se puede tener una actitud pasiva o descriptiva de las hechos que suceden por la pantalla:”Mira las luces” o “Que rápido van esos coches”. Hay que realizar un ejercicio, un esfuerzo reflexivo sobre lo que acontece, no existe un mensaje preestablecido para cada situación, no hay intencionalidad, ni se pretende imponer unos valores, sino mostrarlos. Es una catarata de imágenes en la que cada uno puede crear su propia interpretación, por supuesto el director marca una línea narrativa y estética por la que discurre el film que ayuda a construir nuestras referencias imagen/objeto y sobretodo la relación entre significado y significante.
“Koyaanisqatsi” es un viejo término de los indios Hopi, antigua tribu de los EE.UU, para expresar la idea de “vida fuera del equilibrio”. El documental comienza con unas figuras dibujadas por este pueblo como referente antropológico introductorio. La película se inspira en las profecías Hopi:"Si arrancamos a la tierra sus preciosos materiales estamos invitando al desastre" o "Podrán caer cenizas que quemarán la tierra y harán hervir los océanos". Sobre estas ideas gira el film apoyado sobre unos recursos narrativos y estéticos utilizados de una forma muy curiosa y singular.
Podríamos decir que “Koyaanisqatsi” es una película “circular” creada a través de un enorme flashback que pretende abarcar la historia evolutiva del ser humano en su universalidad, desde sus comienzos más naturales hasta la actualidad, con la creciente expansión y dominación de la tecnología en todos los aspectos cotidianos de la vida. Sin embargo, este desarrollo proviene de la propia naturaleza.El flashback tiene un sentido mitológico/misterioso, por la magia que envuelve el paso del tiempo en la roca y en las personas, y destructivo, por cuanto introduce el aspecto de la destrucción como elemento de unión de la historia; la separación es crear nuevas posibilidades de vida.(sigo spoiler)
Para ver esta película hay que tener una actitud activa y receptiva, aquí el sujeto es partícipe directo, extrae los significados que te ofrece esta amalgama de imágenes y metáforas que se muestran ante tus ojos. No se puede tener una actitud pasiva o descriptiva de las hechos que suceden por la pantalla:”Mira las luces” o “Que rápido van esos coches”. Hay que realizar un ejercicio, un esfuerzo reflexivo sobre lo que acontece, no existe un mensaje preestablecido para cada situación, no hay intencionalidad, ni se pretende imponer unos valores, sino mostrarlos. Es una catarata de imágenes en la que cada uno puede crear su propia interpretación, por supuesto el director marca una línea narrativa y estética por la que discurre el film que ayuda a construir nuestras referencias imagen/objeto y sobretodo la relación entre significado y significante.
“Koyaanisqatsi” es un viejo término de los indios Hopi, antigua tribu de los EE.UU, para expresar la idea de “vida fuera del equilibrio”. El documental comienza con unas figuras dibujadas por este pueblo como referente antropológico introductorio. La película se inspira en las profecías Hopi:"Si arrancamos a la tierra sus preciosos materiales estamos invitando al desastre" o "Podrán caer cenizas que quemarán la tierra y harán hervir los océanos". Sobre estas ideas gira el film apoyado sobre unos recursos narrativos y estéticos utilizados de una forma muy curiosa y singular.
Podríamos decir que “Koyaanisqatsi” es una película “circular” creada a través de un enorme flashback que pretende abarcar la historia evolutiva del ser humano en su universalidad, desde sus comienzos más naturales hasta la actualidad, con la creciente expansión y dominación de la tecnología en todos los aspectos cotidianos de la vida. Sin embargo, este desarrollo proviene de la propia naturaleza.El flashback tiene un sentido mitológico/misterioso, por la magia que envuelve el paso del tiempo en la roca y en las personas, y destructivo, por cuanto introduce el aspecto de la destrucción como elemento de unión de la historia; la separación es crear nuevas posibilidades de vida.(sigo spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El film está lleno de paisajes naturales de una grandiosidad y una pureza pocas veces vista en otros documentales. Unos territorios que se nos muestra con gran simpleza, como el Gran Cañón con sus escabrosos relieves y sus vastos terrenos, donde se ve la evolución del tiempo; la sensación de serenidad y de armonía se siente con cada sombra dibujada por la luz en esas paredes abruptas, y vemos como la naturaleza juega con sus recursos, con “nuestros” bienes, creando figuras y espacios singulares. Se nos presenta los elementos naturales en su máxima expresión, el viento y los vapores surcando la tierra dibujando siluetas sobre el terreno, la tierra en movimiento o el agua en menor medida como elemento unificador y omnipresente de gran fuerza. Parece como si todos lo elementos formaran una conjunción, todo en equilibrio constante.
Pero el documental no tiene como protagonista la naturaleza, realmente el protagonista es el ser humano; y ese incesante chorro de personas que desembocan en enormes calles cumpliendo un orden “artificialmente” natural. La película plantea el modelo de ciudad contemporánea como un sistema social-tecnológico del que los hombres son complementos de una gran masa, que van de un lugar a otro a divertirse, dormir, a comer, a sufrir, a curarse, a moverse...
La esencia de esta película son las riadas humanas pululando por las avenidas, con rostros perdidos, subiendo escaleras mecánicas como si formase parte de una cadena, de un sistema. Lo sorprendente son las miradas de esas personas que viven en el denominado Estado del Bienestar, miradas vacías, con miedo, dudas, con cierto “pasotismo” y abandono. Una imágenes de ciudades bulliciosas se mezclan con la basura y miseria de los desechos del sistema, de los que no alcanzan a entrar; máquinas de guerra y aviones parecen conjugarse con inacabables filas de automóviles en enormes autopistas, producto de la tecnología. “Edificios que desafían al cielo”, reflejos de su ambición y su impersonalidad. Vemos circuitos que se funden con ciudades a vista de pájaro, todo desarrollado hacia una misma dirección. Personas que caminan con prisas, esclavas de sus trabajos cada vez más separada de la masa, la división del sujeto.
"Este acontecimiento es la transicion de la vieja naturaleza como enclave para la vida humana aun entorno tecnologico, a la tecnologia de las masas como medio para la vida." La película muestra una visión única, nunca antes explorada de la colisión entre dos mundos: el artificial y el natural. El desarrollo humano, las grandes ciudades y los avances tecnológicos, frente a la naturaleza. Koyaanisqatsi nos abre una ventana para mirar a este curioso nuevo mundo que hemos creado, y nos propone observarlo desde una perspectiva ajena, exterior.
Pero el documental no tiene como protagonista la naturaleza, realmente el protagonista es el ser humano; y ese incesante chorro de personas que desembocan en enormes calles cumpliendo un orden “artificialmente” natural. La película plantea el modelo de ciudad contemporánea como un sistema social-tecnológico del que los hombres son complementos de una gran masa, que van de un lugar a otro a divertirse, dormir, a comer, a sufrir, a curarse, a moverse...
La esencia de esta película son las riadas humanas pululando por las avenidas, con rostros perdidos, subiendo escaleras mecánicas como si formase parte de una cadena, de un sistema. Lo sorprendente son las miradas de esas personas que viven en el denominado Estado del Bienestar, miradas vacías, con miedo, dudas, con cierto “pasotismo” y abandono. Una imágenes de ciudades bulliciosas se mezclan con la basura y miseria de los desechos del sistema, de los que no alcanzan a entrar; máquinas de guerra y aviones parecen conjugarse con inacabables filas de automóviles en enormes autopistas, producto de la tecnología. “Edificios que desafían al cielo”, reflejos de su ambición y su impersonalidad. Vemos circuitos que se funden con ciudades a vista de pájaro, todo desarrollado hacia una misma dirección. Personas que caminan con prisas, esclavas de sus trabajos cada vez más separada de la masa, la división del sujeto.
"Este acontecimiento es la transicion de la vieja naturaleza como enclave para la vida humana aun entorno tecnologico, a la tecnologia de las masas como medio para la vida." La película muestra una visión única, nunca antes explorada de la colisión entre dos mundos: el artificial y el natural. El desarrollo humano, las grandes ciudades y los avances tecnológicos, frente a la naturaleza. Koyaanisqatsi nos abre una ventana para mirar a este curioso nuevo mundo que hemos creado, y nos propone observarlo desde una perspectiva ajena, exterior.