Turquía sigue agrandando su influencia en la producción audiovisual, a pasos agigantados.

En esta ocasión la factoría turca de Netflix nos trae una agradable peli, comedia romántica sin pretensiones, pero que funciona de manera más que correcta.

Parte del elenco puede ser reconocible para quienes hayan seguido la actualidad de las telenovelas turcas que abundan en los canales de TV. La estrella indiscutible de esta producción es la bellísima Ayça Aysin Turan (Haziran en "Ada masali", Meryem en "Meryem"), aunque también tienen relevancia Yildiz Kultur (Sevgi en "Hermanos") o Cagla Irmak (Kader en "Huérfanas").

El esquema, salvando las distancias y diferencias obvias se asemeja al de la serie "Ada masali" (El cuento de la isla), aunque en esta ocasión la química entre la protagonista con su pareja de reparto no llega a ese nivel (lógico por otra parte, ya que la relación con Alp Navruz sobrepasó la ficción). Evidentemente no hay tiempo para los giros de argumento ni los repartos corales de esas novelas, pero el esquema de inicio y desarrollo es muy similar, obviamente contenido en un metraje limitado.

¿Qué ofrece la película? Una fotografía impecable que muestra los bellos parajes de Turquía. Una música adecuada a cada momento. La belleza deslumbrante de la protagonista y la solvencia del resto de elementos.

Pero sobretodo la falta de pretensiones. Aspira a lo que aspira, a entretener sin más. La peli es bonita y se deja ver. No busquen lecciones de superioridad moral, ni lecturas políticas, ni intelectualismo barato.

Entretenimiento, llano, puro y simple. Turquía, una vez más, sabe lo que hace. Después de monopolizar las telenovelas, parecen dispuestos a hacerse con el género de las pelis de tarde. El mecanismo es muy simple, pero el resultado mejor que la media de producciones Netflix.