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6.2
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Thriller. Intriga. Cine negro
Lo que en principio pretendía ser un simple atraco a un tren, se convirtió, por un fallo del plan, en una carnicería. Undécimo episodio de la serie "La huella del crimen", producida por Pedro Costa Musté para TVE en 1985, compuesta de seis episodios independientes entre sí. En 1991 se amplió con cinco episodios más y una película, 'Amantes', de Vicente Aranda. (FILMAFFINITY)
21 de agosto de 2009
21 de agosto de 2009
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Junto con “Jarabo” estamos ante la mejor de las historias que componen las excelentes y representativas perlas de la crónica negra española de los siglos XIX y XX.
Lo que hace a esta película inolvidable y merecedora con toda justicia de figurar entre las mejores de su género, no es la archiconocidisima historia (esta hasta recreada en “El Museo de cera” de Madrid) sino la excelente atmosfera y ambientación de que están impregnados todos y cada uno de los fotogramas, la acertadísima, recia y absorbente dirección de Imanol Uribe y el extraordinario trabajo actoral de todos y cada uno de los implicados en la función, entre los que aparte de destacar a la pareja de incautos, libertinos y blandengues vividores a los que dan vida Quique San Francisco y Valentín Paredes, hay que hacer un punto y aparte con las tres acojonantes interpretaciones de personajes lumpen que hacen José Manuel Cervino, Francisco Casares y Mario Pardo (créanme el personaje de Mario Pardo es algo espectacular en cuanto a tipo duro de una pieza).
Lo que hace a esta película inolvidable y merecedora con toda justicia de figurar entre las mejores de su género, no es la archiconocidisima historia (esta hasta recreada en “El Museo de cera” de Madrid) sino la excelente atmosfera y ambientación de que están impregnados todos y cada uno de los fotogramas, la acertadísima, recia y absorbente dirección de Imanol Uribe y el extraordinario trabajo actoral de todos y cada uno de los implicados en la función, entre los que aparte de destacar a la pareja de incautos, libertinos y blandengues vividores a los que dan vida Quique San Francisco y Valentín Paredes, hay que hacer un punto y aparte con las tres acojonantes interpretaciones de personajes lumpen que hacen José Manuel Cervino, Francisco Casares y Mario Pardo (créanme el personaje de Mario Pardo es algo espectacular en cuanto a tipo duro de una pieza).