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La huella del crimen 2: El crimen del expreso de AndalucíaEpisodio

Thriller. Intriga. Cine negro Lo que en principio pretendía ser un simple atraco a un tren, se convirtió, por un fallo del plan, en una carnicería. Undécimo episodio de la serie "La huella del crimen", producida por Pedro Costa Musté para TVE en 1985, compuesta de seis episodios independientes entre sí. En 1991 se amplió con cinco episodios más y una película, 'Amantes', de Vicente Aranda. (FILMAFFINITY)
Críticas 6
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9
Junto con “Jarabo” estamos ante la mejor de las historias que componen las excelentes y representativas perlas de la crónica negra española de los siglos XIX y XX.
Lo que hace a esta película inolvidable y merecedora con toda justicia de figurar entre las mejores de su género, no es la archiconocidisima historia (esta hasta recreada en “El Museo de cera” de Madrid) sino la excelente atmosfera y ambientación de que están impregnados todos y cada uno de los fotogramas, la acertadísima, recia y absorbente dirección de Imanol Uribe y el extraordinario trabajo actoral de todos y cada uno de los implicados en la función, entre los que aparte de destacar a la pareja de incautos, libertinos y blandengues vividores a los que dan vida Quique San Francisco y Valentín Paredes, hay que hacer un punto y aparte con las tres acojonantes interpretaciones de personajes lumpen que hacen José Manuel Cervino, Francisco Casares y Mario Pardo (créanme el personaje de Mario Pardo es algo espectacular en cuanto a tipo duro de una pieza).
8
5 de abril de 2014
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya estamos ahí. ¡Ya estamos ahí!!
Jajaja ¡viva España!
Ya nadie podrá decir que en nuestro cine no hay ni un sólo personaje de tipo duro.
Ni bogars, ni estatams, ni leches. Nuestros tipos duros dejan a estos de hermanas ursulinas.
Pues claro, hombre.
Bueno... sólo tenemos dos. En más de cien años de historia, sólo dos. Y los dos en la misma peli. Bueno, mediometraje.
Pero, hey, ya vamos presumiendo por ahí. Pues claro, hombre. Con un par.
5
2 de febrero de 2018 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un nuevo episodio de la segunda parte de la franquicia de "La huella del crimen", es decir, la nueva tanda de 1991 con "El crimen del expreso de Andalucía", dirigida por Imanol Uribe y con un reparto muy adecuado. El caso es que en este episodio más que película, sus 60 minutos pelados le delatan, versa, como el resto de la saga, de sucesos reales de la historia negra de España. En esta ocasión se adapta el atraco al expreso de Andalucía, ocurrido en abril de 1924, o sea, bajo la dictadura de Primo de Rivera que llevaba poco más de seis meses en el poder. Pero volviendo al robo todo indica que la cosa va a salir mal y de hecho hay decisiones tan absurdas que si no fuera un caso verídico no me lo creería (SPOILER).

Pero así es, por lo que sé, Uribe sigue fielmente el relato de los hechos así que salvo algún detallito totalmente secundario, por ejemplo, el que los billetes estaban marcados, lo que vemos en "El crimen del expreso de Andalucía" es lo que pasó. Claro que puede uno preguntarse si el plan de Navarrete (Fernando Valverde) era tan bueno o no. De entrada lo parece pero si se piensa un poco es una estupidez (SPOILER). Sea como fuere tenemos un relato interesante, quizá la parte detectivesca es demasiado corta, podría haberse profundizado algo más, con algunos personajes estilosos, en concreto Antonio Teruel (Mario Pardo) llega a caer hasta bien, y una ambientación excelente. No, el crimen no sale rentable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Volver en taxi en Madrid es de locos, el comisario no daba crédito.
Resulta obvio que el ladrón es Navarrete y sus amigos porque son los únicos que han entrado en el vagón del tren. En cuanto presionen un poco al cómplice cantaría y entonces los atracadores no tendrían defensa alguna.
7
6 de enero de 2025 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces las chapuzas salen bien.
Mientras el cuerpo aguante.
Colombiana.
Esta sí que es buena, no me la esperaba, a Dios gracias (no la vi venir, me pilló por sorpresa, a traición, esta panzada de reír, agradecimiento infinito, por tanto, por mis partes), jajaja, una comedia (negra, negrísima, del hollín del tren, como boca de lobo), de jartarte de llorar (de risa), de partirte la caja, y no parar, yo me bajo en la próxima, ¿y usted?, Atraco a las tres más Quemar después de leer más Taxi Driver más Torrente (Apatrullando la ciudad, él se dejaba el carnet de identidad en el lugar del delito, estos hasta el alma, padres fundadores del español lumpen, de esos polvos, estos lodos, con semejantes mangantes, normal que tengamos o padezcamos estos políticos, Hijos del mismo Dios, por sus andares les conoceréis, de casta les viene a los galgos, o más bien podencos, atados con longanizas, o caniches) más La matanza de Texas más tanto tonto al retortero más Transsiberian o de cómo juntar dos señoritos maricones maravillosos (azul y amarillo, Ucrania libre, Zipi y Zape) con ideas de bombero torero de tebeo (en los/as que claramente se inspiraron, aunque nunca se sabe o se sepa bien qué es o fue primero, la gallina o el huevo, Bud Spencer y Terence Hill para perpetrar aquella puta obra maestra LGTB y lo que surja injustamente olvidada de nombre Dos súper dos, clásico infinito definitivo sobre las identidades y susceptibilidades, las clases y las caídas o resbalones, que como esta obra que nos ocupa denuncia o denunciaba lo más grande la discriminación a la que estaban sometidos por aquel entonces estos buenos hombres por su condición sesual solamente que ni robar siquiera pacífica o tranquilamente podían ya, ni eso les dejaban o permitían a los pobres, los cabrones, Vergüenza) con tres cafres de medio pelo y tanto espanto y tentetieso y salir perdiendo (la bolsa y la vida, que te saquen cantares, hacer el ridículo), estos (El club de los) cinco se presentan ahora mismo a las elecciones generales y arrasan, ganan por goleada, el cambio del cambio, mayoría absoluta, a la búlgara, el triunfo de la democracia, preclaras inteligencias (la evolución/selección de la especie), huevos como el caballo del Espartero, emprendedores, iniciativa ciudadana, lucha en grupo, compartir es vivir, todos juntos, inclusivismo en vena, la diferencia hace la fuerza, humillados y ofendidos, proletariado y sexualmente vilipendiados, los unos y los otros, las dos Españas (la uno y antena tres), ganas de progresar y mejorar, en la vida, ansia de viajar (Viva Cuba, de donde eran o provenían el pildoritas y el Jarabo, titanes entrambos de talante tan similar o parecido, la Ilíada y la Odisea, Dios los cría y ellos se reflejan en el mismo lago cristalino de nuestra memoria democrática o leyenda, qué importa, o Colombia, o Hispanoamérica entera, afinidades electivas), con el cha cha cha del tren, Volver a empezar (Qué grande es el cine), El maquinista de la general, en el salvaje oeste los hermanos Marx, más madera, Agatha Christie, Asesinato en el Orient Express, Brad Pitt, Bullet Train, la canción de Ozzy Osborne, Crazy Train, El expreso de medianoche, Caught out in the rain, Asalto al tren del dinero, El tren del infierno, Asalto y robo de un tren, La ley del silencio y El hombre de Alcatraz por lo de los pájaros, claramente, ni cabeza sin títere, en fin, que se entiende todo, solo hay que escarbar (en) nuestras raíces para saber lo que somos, de dónde venimos y a dónde vamos, a matarnos (o morir) de risa, Gila, solo los que conocen su pasado pueden repetirlo feliz perfectamente, mejor incluso, con todo lujo de detalle, acabáramos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El plan era, obviamente perfecto, supino, impecable, puro ingenio y precisión, a prueba de bombas, relojero, pero qué me decís, eh, a ver, de su ejecución, como los de Heat, Los profesionales, les falló la puta mala suerte (que se ceba siempre con los más buenos o mejores que se van siempre los primeros), y los medios de locomoción, con un avión en condiciones, Aterriza como puedas, esto jamás les hubiera pasado, descalzaperros, estarían ahora mismo de joda o farra en Brasil con el Dioni rompiendo la noche, partiendo la pana, de eterna jodienda, haciendo de su capa un sayo, y una revolución zapatista de paso, a puro huevo, hidalguía española, derechos humanos.
El mejor momento, qué duda cabe, sucede o se da cuando Valverde resume, ni menos ni más, para qué afeites o florituras o mierdas secas, toda su recién estrenada experiencia criminal con la siguiente frase austera y concisa, tan precisa, nada ambigua, un adagio ya, Un horror, así Zaratustra habló, tal cual, no se puede decir más con menos, ni Séneca o Marco Aurelio, ni Tácito o Apuleyo, grandioso, menudo aforismo de la manga se ha sacado o se sacó este mesmérico quimérico individuo tan majo o bueno.
El peor, cuando los pillan, una pena.
Ah, qué gran plano el del espejo rojo, fabuloso, Imanol.
También me ha gustado mucho, todo, por el casual hecho de que considero los taxis y, por ende o añadidura, a los taxistas, todos, normalmente tan mal tratados, como un tesoro o regalo caído del cielo que no nos merecemos, viaje con nosotros, por lo que amo que este capítulo como dios manda los reivindique o eleve a los cielos, bien público número uno, que lo mismo sirven para un roto que para un descosido, siempre bien dispuestos para hacerte el avío, sacarte de un aprieto, eso.
Los vainas y los berzas, cuestión de verduras. Tan claro es que la riqueza ablanda o amaricona como que la pobreza embrutece y acojona, ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio, todo malo, o bueno, según se vea, decíamos, por ahí van los tiros, para la de la vida gran juerga o divina comedia.
Eso no se le hace a un amigo, la de Dios es Cristo (completamente de acuerdo).
7
4 de mayo de 2022 Sé el primero en valorar esta crítica
Recreación, de escasamente una hora de duración, de un célebre robo y doble asesinato que tuvo lugar en el tren-correo de Andalucía en 1924. Rodada para la televisión, dentro de la serie "La huella del crimen", se trata de una de las primeras películas de Imanol Uribe, quien ya daba muestras de saber narrar.

Destacan el solvente reparto y la cuidada ambientación de época, un guión muy cuidado y fiel con el hecho histórico, y 4 ladrones, que no todos asesinos, verdaderamente bien perfilados, el joven hijo de un estricto coronel, fielmente representado por Tito Valverde. Buenísima la imagen agarrado a los pies de su padre rogándole ayuda. Su amigo, homosexual, vividor, con una cuidada imagen personal, ese es Kike San Francisco, y los habituales en papeles más secundarios, Cervino, un todoterreno del drama, y el instigador del plan, es ‘’escurrido Mario Pardo, de gatillo fácil, incluso para él mismo, y por último un Francisco Casares, siempre con esa mirada profunda con unas ojeras poco corrientes, y esas manos con dedos como ramas de árboles, un asesino en toda regla. Muy bien caracterizados todos ellos, te hacen pasar un rato agradable y entretenido. Para mí uno de los mejores capítulos de esta fantástica colección de crímenes puestos en la pantalla. Un 7,5.
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