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Voto de Messer E Vork:
6
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6
6.3
5,878
14 de diciembre de 2011
14 de diciembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida es una jodienda. Tiene sus buenos momentos, como todo, pero en esencia es un pesado y duro recorrido lleno de esfuerzos y sufrimiento que no sabes muy bien si al final de todo habrá merecido la pena.
Hoy mismo, he visto en los informativos al loco de Bélgica que se ha cargado a cinco, a la pareja de tarados mentales que ha matado a sus dos hijos, a la policía mexicana liquidando a palos a dos estudiantes que se manifestaban, la pensión cada vez más reducida que les espera a nuestros pensionistas... Solamente con eso te deprimes cantidad. Y si además de estar rodeado de malas noticias vives en ellas (por ejemplo, un trabajo estresante y mal pagado, un jefe déspota, despedido, problemas familiares, aspiraciones que no se cumplen ni tienen visos de hacerlo, etc.) pues lo lógico es entrar en depresión.
De eso trata "El asesinato de Richard Nixon", es la historia de un hombre que se ha hundido en el fango de un mundo cada vez más impersonal pero igualmente duro que antaño, un hombre que trata de salir del pozo y no puede, bien porque es incapaz o porque no se esfuerza lo suficiente o ambas cosas. De esos hay muchos, más de los aconsejables, que se asfixian bajo el peso de la presión ejercida contra ellos por propios, extraños y hasta por sí mismos. Y como no todos somos igual de educados que el protagonista de "El Asfalto", que se limita a pedir ayuda y compañía, muchos deciden buscar un culpable personificado, un chivo expiatorio al que odiar, bien porque es aquello que se desea ser o porque representa las dificultades que impiden serlo (ya sea de forma efectiva o sólo simbólica). En este caso es Nixon, hace unos años fue la familia real holandesa la que sufrió un intento de atentado con un coche que se llevó por delante a unos pobres espectadores que los veían.
Hoy mismo, he visto en los informativos al loco de Bélgica que se ha cargado a cinco, a la pareja de tarados mentales que ha matado a sus dos hijos, a la policía mexicana liquidando a palos a dos estudiantes que se manifestaban, la pensión cada vez más reducida que les espera a nuestros pensionistas... Solamente con eso te deprimes cantidad. Y si además de estar rodeado de malas noticias vives en ellas (por ejemplo, un trabajo estresante y mal pagado, un jefe déspota, despedido, problemas familiares, aspiraciones que no se cumplen ni tienen visos de hacerlo, etc.) pues lo lógico es entrar en depresión.
De eso trata "El asesinato de Richard Nixon", es la historia de un hombre que se ha hundido en el fango de un mundo cada vez más impersonal pero igualmente duro que antaño, un hombre que trata de salir del pozo y no puede, bien porque es incapaz o porque no se esfuerza lo suficiente o ambas cosas. De esos hay muchos, más de los aconsejables, que se asfixian bajo el peso de la presión ejercida contra ellos por propios, extraños y hasta por sí mismos. Y como no todos somos igual de educados que el protagonista de "El Asfalto", que se limita a pedir ayuda y compañía, muchos deciden buscar un culpable personificado, un chivo expiatorio al que odiar, bien porque es aquello que se desea ser o porque representa las dificultades que impiden serlo (ya sea de forma efectiva o sólo simbólica). En este caso es Nixon, hace unos años fue la familia real holandesa la que sufrió un intento de atentado con un coche que se llevó por delante a unos pobres espectadores que los veían.