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6.8
66,917
Acción. Comedia. Drama
‘Kick-Ass’ gira en torno a Dave Lizewski (Aaron Johnson), un estudiante de instituto que pasa inadvertido entre sus compañeros. Apasionado de los cómics, un día concibe la idea de convertirse en un superhéroe, aunque no tenga superpoderes, no haya seguido un duro entrenamiento y ni siquiera tenga una razón de peso para ello. Pero la vida de Dave cambiará para siempre cuando conozca a un par de locos vigilantes -la terremoto de 11 años ... [+]
16 de diciembre de 2011
16 de diciembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es lógico que tras el bombardeo de películas sobre superhéroes, aparezcan por los márgenes otras aportaciones, como la que nos ocupa, salida de la imaginación del dibujante Mark Millar. El film explora la fascinación que ejercen las aventuras de estos enmascarados sobre los adolescentes. El film arranca cuando un joven obsesionado con los cómics de superhéroes, Dave Lizewski (Aaron Johnson), el típico “freaky” marginado en todas las películas de estudiantes, decide comprarse un traje y salir a la calle disfrazado de tal guisa para combatir el mal.
No cabe duda que el film, dirigido por Matthew Vaughn, parece pretender no sólo la deconstrucción de los films de superhéroes, sino también un autoparodia con mala leche, puesto que Lizewski, en la piel del enmascarado Kick Ass sirve de saco de boxeo en todas sus intervenciones. Lo mismo que cuando es un anónimo estudiante. Sin embargo, a medida que avanza el film, se van introduciendo personajes a la trama, la deconstrucción acaba derivando en un verdadero film de superhéroes en toda regla, con su malo malísimo (Mark Strong), su héroe (Nicholas Cage y Chloe Moretz), la chica, etc.
A esto ayudan sobretodo los personajes secundarios mencioados, que dan una nueva vuelta de tuerca al clásico estereotipo del justiciero vengador. Pese a ser un film interpretado por adolescentes y aparentemente dirigido a adolescentes, la dosis de violencia, y cierta ironia que subyace bajo la trama, hacen pensar que el realizador se dirige más bien hacia un público más adulto que verá más allá de las sangrientas escenas (bastante numerosas en los 100 minutos de metraje), y reconocerá cierto sarcasmo y la voluntad de trascender más allá de lo que se puede ver en sus imágenes.
Por otro lado, es interesante el apunte que hace el realizador sobre el uso de las nuevas tecnologías (moviles, internet, y herramientas como Youtube) que ayudan a difundir cualquier hecho en cuestión de segundos. Ya que hablamos del apartado técnico, hay que decir que las escenas de acción están muy logradas, y la estética colorista, cercana al cómic al que quiere parecerse nos ayudan a meternos rápidamente en la historia, con un montaje rápido, agil casi vertiginoso.
No cabe duda que el principal acierto es el del casting. No sólo con la elección del protagonista, Aaron Johnson, que responde perfectamente a la imagen del perdedor adolescente, marginado por sus compañeros de instituto excepto por los que son como él: Tood (Evan Peters) y Marty (Clark Duke) son la imagen habitual de los “freakys” blanco de todas la dianas de sus compañeros de instituto. También es muy meritoria la caracterización de malvado que nos ofrece Mark Strong, y es toda una agradable sorpresa el registro de Nichola Cage. Pero si hay alguien que brilla con luz propia en este film, ésta es sin duda la jovencísima Chloe Moretz.
No cabe duda que el film, dirigido por Matthew Vaughn, parece pretender no sólo la deconstrucción de los films de superhéroes, sino también un autoparodia con mala leche, puesto que Lizewski, en la piel del enmascarado Kick Ass sirve de saco de boxeo en todas sus intervenciones. Lo mismo que cuando es un anónimo estudiante. Sin embargo, a medida que avanza el film, se van introduciendo personajes a la trama, la deconstrucción acaba derivando en un verdadero film de superhéroes en toda regla, con su malo malísimo (Mark Strong), su héroe (Nicholas Cage y Chloe Moretz), la chica, etc.
A esto ayudan sobretodo los personajes secundarios mencioados, que dan una nueva vuelta de tuerca al clásico estereotipo del justiciero vengador. Pese a ser un film interpretado por adolescentes y aparentemente dirigido a adolescentes, la dosis de violencia, y cierta ironia que subyace bajo la trama, hacen pensar que el realizador se dirige más bien hacia un público más adulto que verá más allá de las sangrientas escenas (bastante numerosas en los 100 minutos de metraje), y reconocerá cierto sarcasmo y la voluntad de trascender más allá de lo que se puede ver en sus imágenes.
Por otro lado, es interesante el apunte que hace el realizador sobre el uso de las nuevas tecnologías (moviles, internet, y herramientas como Youtube) que ayudan a difundir cualquier hecho en cuestión de segundos. Ya que hablamos del apartado técnico, hay que decir que las escenas de acción están muy logradas, y la estética colorista, cercana al cómic al que quiere parecerse nos ayudan a meternos rápidamente en la historia, con un montaje rápido, agil casi vertiginoso.
No cabe duda que el principal acierto es el del casting. No sólo con la elección del protagonista, Aaron Johnson, que responde perfectamente a la imagen del perdedor adolescente, marginado por sus compañeros de instituto excepto por los que son como él: Tood (Evan Peters) y Marty (Clark Duke) son la imagen habitual de los “freakys” blanco de todas la dianas de sus compañeros de instituto. También es muy meritoria la caracterización de malvado que nos ofrece Mark Strong, y es toda una agradable sorpresa el registro de Nichola Cage. Pero si hay alguien que brilla con luz propia en este film, ésta es sin duda la jovencísima Chloe Moretz.