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Voto de manulynk:
7

Voto de manulynk:
7
7.0
28,771
Drama. Romance
En una plataforma petrolífera, aislada en medio del mar, donde sólo trabajan hombres, ha ocurrido un accidente. Una mujer solitaria y enigmática que intenta huir de su pasado (Sarah Polley) va hasta allí para cuidar de un hombre (Tim Robbins) que se ha quedado temporalmente ciego. Entre ambos nace una extraña intimidad, llena de secretos, verdades, mentiras, humor y dolor. Ninguno saldrá indemne de esta relación que marcará sus vidas ... [+]
21 de junio de 2008
21 de junio de 2008
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La realizadora Isabel Coixet consiguió hacerse un nombre grácias al peculiar film "Cosas que nunca te dije", rodado siguiendo la estela de las producciones independientes norteamericanas, consiguiendo "hacer las américas" pero desde la producción modesta. Aunque posteriores éxitos como "Mi vida sin mi" le han permitido asumir otros retos mayores como el que nos ocupa.
Hana (Sarah Polley), una mujer de pocas palabras (y sorda), acepta un trabajo en una plataforma petrolífera que consiste básicamente en cuidar a uno de sus trabajadores (interpretado por Tim Robbins), quien a causa de un accidente está postrado en cama con un aparatoso vendaje que le tapa la vista. En ese ambiente de soledad ambos compartirán algo más que palabras.
Coixet nos narra en un tono muy intimista la relación entre ambos personajes, de hecho, en la plataforma apenas hay tres o cuatro personajes más cuya participación en el film está prácticamente esbozada. Ambos personajes están destinados a complementarse, ciego el uno, sorda la otra; las heridas externas del uno se combinan con las heridas internas de ella, y el único espacio que comparten es el de las conversaciones mientras ella le cambia los vendajes.
Film sencillo (aunque no se puede negar que es un tanto pretencioso), que nos habla de sentimientos muy profundos, a menudo tan desgarradores que causan heridas muy profundas, invisibles, y que apenas se pueden expresar con palabras. De alguna forma, parece una especie de continuación de la mencionada "Cosas que nunca te dije".
Coixet realiza una puesta en escena adústera, en ocasiones claustrofóbica, y confia en la buena química de los dos actores principales, ambos extraordinarios, incluso Tim Robbins, cuya mayor parte del film la pasa postrado lleno de vendajes, pero que aún así consigue arrancar una gran expresividad a su personaje, al igual que su compañera Sarah Polley, cuyo silencio resulta más expresivo que cualquier otro diálogo.
De apariencia sencilla, pero con un complejo entramado subterráneo que tiene que ver con sentimientos, como el dolor, la angustía o la tristeza, pero también esperanza y amor, Coixet nos ofrece una excelente película, en la que una vez más, las cosas más importantes son las que no se dicen (casi nunca).
Hana (Sarah Polley), una mujer de pocas palabras (y sorda), acepta un trabajo en una plataforma petrolífera que consiste básicamente en cuidar a uno de sus trabajadores (interpretado por Tim Robbins), quien a causa de un accidente está postrado en cama con un aparatoso vendaje que le tapa la vista. En ese ambiente de soledad ambos compartirán algo más que palabras.
Coixet nos narra en un tono muy intimista la relación entre ambos personajes, de hecho, en la plataforma apenas hay tres o cuatro personajes más cuya participación en el film está prácticamente esbozada. Ambos personajes están destinados a complementarse, ciego el uno, sorda la otra; las heridas externas del uno se combinan con las heridas internas de ella, y el único espacio que comparten es el de las conversaciones mientras ella le cambia los vendajes.
Film sencillo (aunque no se puede negar que es un tanto pretencioso), que nos habla de sentimientos muy profundos, a menudo tan desgarradores que causan heridas muy profundas, invisibles, y que apenas se pueden expresar con palabras. De alguna forma, parece una especie de continuación de la mencionada "Cosas que nunca te dije".
Coixet realiza una puesta en escena adústera, en ocasiones claustrofóbica, y confia en la buena química de los dos actores principales, ambos extraordinarios, incluso Tim Robbins, cuya mayor parte del film la pasa postrado lleno de vendajes, pero que aún así consigue arrancar una gran expresividad a su personaje, al igual que su compañera Sarah Polley, cuyo silencio resulta más expresivo que cualquier otro diálogo.
De apariencia sencilla, pero con un complejo entramado subterráneo que tiene que ver con sentimientos, como el dolor, la angustía o la tristeza, pero también esperanza y amor, Coixet nos ofrece una excelente película, en la que una vez más, las cosas más importantes son las que no se dicen (casi nunca).