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4
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4
4.7
23,614
Romance. Drama
En Barcelona, dos jóvenes que pertenecen a mundos opuestos se conocen. Ella, la dulce Babi (María Valverde), es una chica de clase alta que vive en un entorno tan protegido como poco excitante. Él, Hugo (Mario Casas), conocido como el duro "H", es un chico impulsivo e irresponsable, aficionado a las peleas y a las carreras ilegales de motos. Esta es la crónica de un amor inicialmente imposible que arrastrará a ambos a un frenético viaje ... [+]
3 de agosto de 2020
3 de agosto de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres metros sobre el cielo, de Federico Moccia, es una de las novelas románticas de adolescentes más conocidas y exitosas de los últimos años. Para los no iniciados, Moccia ha sido un poco el precedente de lo que aquí en España ha sido después Blue Jeans, y ambos podrían considerarse un poco como los hijos europeos de Nicholas Sparks, el gran maestro de los dramas románticos contemporáneos.
Sin embargo, allí donde Sparks, por ejemplo, sí tiene momentos de cierta brillantez o por lo menos de interés (El diario de Noah, Un paseo para recordar, Cuando te encuentre, Mensaje en una botella), esta película, por lo menos, resulta bastante floja y, sobre todo, una oda a la cursilería. La historia de Hache y Babi no sólo provoca sarpullidos en los más alérgicos a este tipo de romanticismo, sino que además está más vista que el tebeo. Chica bien conoce a chico rebelde y... magia. Sin duda ayudaría que María Valverde y Mario Casas tuvieran más química, porque tienen bastante poca, y además ninguno de los dos es precisamente Meryl Streep. Valverde encontró el cielo abierto en La flaqueza del bolchevique, pero jamás ha vuelto a alcanzar ese nivel, y tiene un repertorio terrible de caritas y falta de naturalidad hablando que es terrible. Casas, aunque ha tenido interpretaciones buenas (a las órdenes de Álex de la Iglesia o en Grupo 7 o La mula), tiene un clarísimo problema de dicción que aquí aparece en todo su esplendor, y las frases empalagosas que tiene que soltar por la boca tampoco ayudan.
En definitiva, una película que es lo que es y tampoco hay que pedirle peras al olmo, pero que no ofrece nada que justifique su visionado para los que no sean fans de Moccia o de este tipo de historias.
Lo mejor: Entretiene, más o menos. Y comparada con su secuela parece una obra maestra.
Lo peor: Es floja hasta decir basta.
Sin embargo, allí donde Sparks, por ejemplo, sí tiene momentos de cierta brillantez o por lo menos de interés (El diario de Noah, Un paseo para recordar, Cuando te encuentre, Mensaje en una botella), esta película, por lo menos, resulta bastante floja y, sobre todo, una oda a la cursilería. La historia de Hache y Babi no sólo provoca sarpullidos en los más alérgicos a este tipo de romanticismo, sino que además está más vista que el tebeo. Chica bien conoce a chico rebelde y... magia. Sin duda ayudaría que María Valverde y Mario Casas tuvieran más química, porque tienen bastante poca, y además ninguno de los dos es precisamente Meryl Streep. Valverde encontró el cielo abierto en La flaqueza del bolchevique, pero jamás ha vuelto a alcanzar ese nivel, y tiene un repertorio terrible de caritas y falta de naturalidad hablando que es terrible. Casas, aunque ha tenido interpretaciones buenas (a las órdenes de Álex de la Iglesia o en Grupo 7 o La mula), tiene un clarísimo problema de dicción que aquí aparece en todo su esplendor, y las frases empalagosas que tiene que soltar por la boca tampoco ayudan.
En definitiva, una película que es lo que es y tampoco hay que pedirle peras al olmo, pero que no ofrece nada que justifique su visionado para los que no sean fans de Moccia o de este tipo de historias.
Lo mejor: Entretiene, más o menos. Y comparada con su secuela parece una obra maestra.
Lo peor: Es floja hasta decir basta.