En esta película he encontrado un nuevo intento de Leonardo di Caprio de borrarse la etiqueta de actor para adolescentes tratando de hacer un papel en una película que "intenta" hacerse un lugar entre los films de culto.

Y escribo "intenta" porque en ningún momento llega a acercarse a este podium. Continuas escenas que insultan al sentido común y al buen gusto. No por el hecho de meterse en los sueños de otras personas, sino por escenas persecutorias que se ríen de la física, diálogos que parecen escritos por niños de primaria y situaciones forzadas con calzador para tratar de animar una película sin sal.

En mi opinión no deja de ser una superproducción de Hollywood con ínfulas de cine inteligente.