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España España · mADRID
Voto de RARRA:
7
Intriga. Thriller Adaptación de la novela homónima de Agatha Christie. Un misterioso personaje invita a diez personas a pasar un fin de semana en una isla pero, cuando llegan, el anfitrión no está; lo que encuentran es una cinta grabada sobre un asesinato y los posibles sospechosos. (FILMAFFINITY)
17 de marzo de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más nos enfrentamos a la novela adaptada al cine. Como en el caso del traductor en la literatura, sospechamos siempre de una auténtica traición en el adaptador redactor del guion no original. “Diez negritos” es una novela sobradamente conocida de Agatha Christie. Entre sus obras destacan justamente la que, como ésta, presenta muchas víctimas y un solo asesino y la que como “Asesinato en el Orient Express, en el polo opuesto, nos ofrece una única víctima con muchos asesinos. Lo que sucede es que, aunque no siempre se recuerde, existen dos “Diez negritos” de Agatha Christie: el novelesco y el teatral. El primero data de 1939. El segundo, de 1943, llegó a la escena española en 1958. Y que como se indica en el spoiler difieren notablemente. La película es fiel a la versión teatral, no a la novela.

Rene Clair tiene el suficiente oficio como para llevar a cabo una transcripción correcta y aparentemente exacta en la narrativa de la película. Ésta data del año 45 y eso se nota, pero no impide que Clair deje su impronta en pequeños detalles, que jamás llegan a momentos destacables desde el punto de vista cinematográfico. Más evidente es lo que pudiéramos llamar “toque americano”, visible en aspectos tan intrascendentes como el que los negritos dejen paso a los “ten Little indians” y la isla deja de ser la Isla del Negro pasa a ser de la cabeza del indio. Pero, hasta los momentos finales, la película de 1945 es fiel también a la novela de 1939, una obra que hasta hace poco figuraba entre las 10 más leídas en el mundo. Se han realizado muchas versiones posteriores, pero la fidelidad a la obra original es, en general, escasamente respetada si se exceptúa la soviética de Stanislav Govorukhin de 1987 que respeta más fielmente la versión novelesca, aunque sustituya el mensaje de la botella por una confesión.

Es de elogiar la forma con que René Clair remarca el sentido claustrofóbico de la obra original, no limitada simplemente al caserón, sino a la misma isla. Los actores cumplen simplemente con sus papeles, destacando, naturalmente, Barry Fitzgerald. Quizá el aspecto más destacable sea el montaje. En cualquier caso, la transcripción de Clair no es superada por otras ediciones de ”Diez negritos”, aunque no pueda considerarse esto como un elogio, dada la escasa calidad de las otras versiones.

Con todo, una buena pelicula.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
RARRA
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