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Voto de Chris Jiménez:
5
Western Tom es un buscador de oro que recibe el mensaje de un amigo de su pueblo natal pidiéndole que regrese. Cuando lo hace, encuentra el lugar dominado y atemorizado por el hacendado Señor Scott y su sanguinario hijo Jason, sin que nadie se atreva siquiera a cuestionar su métodos. Todas las personas que podrían procurarle información, incluso el amigo que le mandó la carta, son asesinados impunemente uno tras otro. (FILMAFFINITY)
28 de agosto de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiempo de masacre en el Far West, asqueroso, pringado de pólvora y arena fina, que únicamente sopla en dirección a las casas de los pobres, los trabajadores, los desgraciados.
Los privilegiados, como el sr. Scott, se refugian en la ostentación...hasta que alguien llegue y los saque a tiros.

Y llega a partir de la participación de tres hombres cuyas vidas van a cambiar gracias al "spaghetti western". Es el año 1.966 y éste es el género que más se explota, no sólo en Italia, sino en Europa, desde que Sergio Leone crease al anti-héroe sin nombre usando la icónica figura norteamericana de Clint Eastwood, y mientras él perfecciona lo esbozado con "La Muerte tenía un Precio" otros le imitan...le imitan hasta la saciedad pues ése es el motivo de ser del cine de explotación. Pero jamás hubiera pensado Lucio Fulci pisar este terreno.
Está por cumplir 40 años y sus esfuerzos en la industria se limitan a encargos irregulares y de baja calidad, en especial dentro de la comedia y sin generar casi ningún éxito de público; quizás de continuar por ese camino se habría retirado y dedicado a escribir guiones. Fernando di Leo, colaborador de Leone, llega con uno y por primera vez el anterior prueba suerte en el emergente "spaghetti"; destaca la violencia en una premisa brutal y oscura a la que llevará un tiempo ser aceptada en alguna productora. Los otros dos hombres son: el joven argentino Jorge Hill Acosta (o George Hilton), recién llegado a Italia y preparado para el estrellato, y Francesco Sparanero.

Éste ya es una estrella. "Django" y Sergio Corbucci han hecho de él uno de los mayores (anti-)héroes del género y de la acción, y ese año resulta muy fructífero para él; "Tempo di Massacro" es otra más de la larga lista que protagonizará, no la mejor, es cierto. Lo verdaderamente interesante de ella es quién está detrás y cómo será su visión del salvaje Oeste; los que le conocen saben que dicha mirada transmite salvajismo, siempre lo ha hecho, pero aún no había tenido oportunidad de demostrarlo. La primera secuencia nos pone sobre aviso: tortura y sangre, los animales como futura "marca de la casa", en los límites del sadismo de Peckinpah.
Fulci evoca un Oeste de dolor y miedo, y lo precipita a un agujero de pesimismo adelantándose a la fase crepuscular del "spaghetti" (a la que contribuirá más tarde). Sin embargo Nero no construye aquí un personaje tan negro, nihilista, tan carismático como Django, su Tom Corbett más bien se deja llevar por los acontecimientos al volver al rancho familiar; la premisa ha formado parte del universo del "western" desde tiempos remotos, donde el protagonista, separado tantos años de los suyos, pretende regresar como hijo pródigo a lo que una vez fue su "tierra prometida".

Pero no la va a encontrar, aquí esa tierra se cultiva con la sangre de inocentes y las cenizas de los cadáveres son su abono, mientras que la familia se mantiene con la cabeza agachada ante las órdenes de un cacique que lo ha cambiado todo y su panda de asesinos. Di Leo aglutina algunas ideas de la obra maestra de Walsh "Perseguido" y la secuela de "Una Pistola para Ringo", que él mismo escribió, intercambiando los papeles de Giuliano Gemma y Fernando Sancho por los de Nero y Giuseppe Addobbati, sin la presencia de una mujer pero sí de un hermano (Hilton) que obtiene mayor atención, y el obligatorio amigo del héroe (en este caso añadido bizarro: un chino caradura que no deja de burlarse de Confucio...).
Sí, el nativo de Parma se halla en el centro de la trama, indaga, se cruza con villanos, se quiere creer el héroe, etc., y sin embargo actúa alejado de ella, ¿por qué? Ahí está el mayor error y a la vez la mayor curiosidad: el film se desentiende del protagonista (una impertérrita fotocopia del "Hombre sin Nombre" donde podemos ver el carisma y la sangre del actor fuera de combate) y de una figura paterna patética basada en el principio de que "los emperadores débiles no pueden dominar su imperio" y modela dos personajes opuestos que logran destacar por encima del resto.

Ellos son los dos hermanos situados a un lado y al otro de Tom, Jeff y Jason, el primero un alcohólico caído en desgracia, el segundo un psicótico trastornado por un amor filial enfermizo; son a quienes más afectan los virajes dramáticos de la historia y quienes responden en consecuencia con arrebatos emocionales de pura visceralidad. Es lógico que uno termine dando más crédito a los secundarios Hilton y Nino Castelnuovo (esforzado por crear uno de esos extraños individuos que han poblado el "spaghetti", definiendo a la perfección su crueldad y desesperanza) que al héroe de Nero.
De hecho no le veremos pegar un solo tiro hasta llegado el clímax de violencia sin concesiones que nos prepara Fulci y cuando ya ha tenido lugar ese notable giro argumental tan parecido al de "Adiós, Texas", película del actor realizada el mismo año. Dejando al margen unos ribetes narrativos más que explotados y predecibles, aquél, que nunca había sido un cineasta de acción, sabe desenvolverse en este campo y ofrecer momentos trepidantes y tan inscritos en el clasicismo del género como el asalto a la pequeña casa de piedra (la sombra de Hawks planeando por todas partes) o el duelo final en el rancho del villano.

Y pese a no estar interesado en continuar en las tierras de los cowboys, los caballos y las espuelas, debe a ellas su trampolín al ansiado éxito, del mismo modo que Hilton, quien no comprendía su pésimo carácter y relación malsana con el equipo, cosa que le hizo saber siempre de mala manera, dificultando un rodaje lleno de accidentes y tensiones.
Y nos podemos deleitar con un instante alucinatorio: Nero ejecuta una pirueta sobrehumana y acaba con sus enemigos en un santiamén como en un film de la Shaw Brothers. Detalles así, tan fuera de lugar (el personaje del chino es otro), acabarían llevando al "western" mediterráneo hacia terrenos menos serios y autoparódicos...pero no debería suceder aquí.
Chris Jiménez
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