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Voto de Nekro Zombie:
9

Voto de Nekro Zombie:
9
4.9
19,630
Thriller. Drama
Cuatro jóvenes estudiantes con ganas de mucha juerga acaban en la cárcel, tras ser sorprendidas en una casa llena de drogas durante sus locas vacaciones escolares de primavera (spring break). Pronto salen bajo fianza gracias a un joven traficante de armas y de drogas (James Franco) que ve en las chicas a unas potenciales delincuentes que podrían serle útiles. (FILMAFFINITY)
9 de septiembre de 2013
9 de septiembre de 2013
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una crítica que escribí hace mucho, mucho tiempo, sobre "Yo soy la Juani" comentaba que a los "canis", "chonis", "garrulos" o como se les quiera llamar no se les puede embutir una idea romántica de fondo. Y esto es un problemón a la hora de plantear una película. Bigas Luna lo entendió a la perfección: si no puedes realmente hacerlos "guays" o que el espectador se sienta identificado con ellos lo mejor es mostrar su lado más patético, reírse de ellos, para que quienes los vean se sientan cómodos con sus desgracias, su cutrez y su estupidez. En definitiva, para que se posicionen en un auto-indulgente "yo no soy así".
En cambio, Korine ha optado por la opción difícil: meterse en su cabeza, en su mundo. Les intenta clavar una idea romántica de fondo porque lo que quiere mostrar sin descaro es su vacío generacional. Y en cierta manera, intenta lo imposible. Intenta encontrar la poesía en dicho vacío. Poesía contagiada por videoclips erótico-festivos y canciones de raperos malos, muy malos. Pero va mucho más allá. Lo que viene a decirnos es que no sólo los jóvenes padecen dicho vacío, sino todos, así en general. ¿Y qué mejor forma de presentarlo que en un viaje? Es muy común en nuestros días que muchos trabajen y trabajen sin pensar demasiado en sí mismos y en lo que les rodea con el único afán de que lleguen las vacaciones del verano, de Pascua o lo que sea. Puede que no a todos les guste hacer cosas tan destroyers como las presentadas en Spring Breakers, pero el viaje siempre está presente para "escapar de la cotidianeidad" y, dicho sea de paso, para vacilar a los colegas; para sentirse distinto, especial y hasta profundo: "hacemos el viaje para encontrar nuestra identidad". La fantasía de las vacaciones permanentes es muy recurrente en nuestra sociedad como utopía del ocio, como el antónimo a una vida sin sentido, sin verdades (por tanto, "posmoderna"), atrapada en unos usos y costumbres que ya no son una virtud, o un honor, sino más bien una carga. Una carga necesaria para sobrevivir.
En vez de realizar un típico bodrio pesado para desarrollar este tema desde una perspectiva intelectualoide-ganapremios, el director ha preferido mostrar a los más evidentes y repulsivos personajes de esta nueva sociedad del S. XXI. Me refiero a todos aquellos que, con todas las posibilidades que puede ofrecer el mundo, se vencen a los videoclips de Pitbull, Enrique Iglesias, Beyoncé o Britney Spears; al culto al cuerpo y a la imagen como modo de relacionarse con otros. Al ser idiota como representación máxima de molar (el gángster se deja la escuela de bien jovencito y da sus motivos al respecto). A la transgresión como modo de encontrarle una profundidad, una emoción o un sentido a dicho vacío. La secuencia de la fiesta en la playa o el momento en que el gángster canta Britney Spears no son nada casuales. Al igual que no lo es el hecho de que el "rico" protagonista no sea el típico empresario malvado, a lo señor Burns, o el típico hombre perseverante que se lo ha ganado. Es un tipo que lo ha conseguido sin apenas esfuerzo. Es un personajillo que ha hecho pasta "de vacaciones", algo que repite constantemente. Es otra de las ensoñaciones de la sociedad actual: ser un crack sin hacer nada. El gángster como un ideal. No es de extrañar que todas se sientan atraídas por él de algún modo.
En cambio, Korine ha optado por la opción difícil: meterse en su cabeza, en su mundo. Les intenta clavar una idea romántica de fondo porque lo que quiere mostrar sin descaro es su vacío generacional. Y en cierta manera, intenta lo imposible. Intenta encontrar la poesía en dicho vacío. Poesía contagiada por videoclips erótico-festivos y canciones de raperos malos, muy malos. Pero va mucho más allá. Lo que viene a decirnos es que no sólo los jóvenes padecen dicho vacío, sino todos, así en general. ¿Y qué mejor forma de presentarlo que en un viaje? Es muy común en nuestros días que muchos trabajen y trabajen sin pensar demasiado en sí mismos y en lo que les rodea con el único afán de que lleguen las vacaciones del verano, de Pascua o lo que sea. Puede que no a todos les guste hacer cosas tan destroyers como las presentadas en Spring Breakers, pero el viaje siempre está presente para "escapar de la cotidianeidad" y, dicho sea de paso, para vacilar a los colegas; para sentirse distinto, especial y hasta profundo: "hacemos el viaje para encontrar nuestra identidad". La fantasía de las vacaciones permanentes es muy recurrente en nuestra sociedad como utopía del ocio, como el antónimo a una vida sin sentido, sin verdades (por tanto, "posmoderna"), atrapada en unos usos y costumbres que ya no son una virtud, o un honor, sino más bien una carga. Una carga necesaria para sobrevivir.
En vez de realizar un típico bodrio pesado para desarrollar este tema desde una perspectiva intelectualoide-ganapremios, el director ha preferido mostrar a los más evidentes y repulsivos personajes de esta nueva sociedad del S. XXI. Me refiero a todos aquellos que, con todas las posibilidades que puede ofrecer el mundo, se vencen a los videoclips de Pitbull, Enrique Iglesias, Beyoncé o Britney Spears; al culto al cuerpo y a la imagen como modo de relacionarse con otros. Al ser idiota como representación máxima de molar (el gángster se deja la escuela de bien jovencito y da sus motivos al respecto). A la transgresión como modo de encontrarle una profundidad, una emoción o un sentido a dicho vacío. La secuencia de la fiesta en la playa o el momento en que el gángster canta Britney Spears no son nada casuales. Al igual que no lo es el hecho de que el "rico" protagonista no sea el típico empresario malvado, a lo señor Burns, o el típico hombre perseverante que se lo ha ganado. Es un tipo que lo ha conseguido sin apenas esfuerzo. Es un personajillo que ha hecho pasta "de vacaciones", algo que repite constantemente. Es otra de las ensoñaciones de la sociedad actual: ser un crack sin hacer nada. El gángster como un ideal. No es de extrañar que todas se sientan atraídas por él de algún modo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero toda esta fantasía, pese a que la fotografía intente recrear un estado lisérgico o, por qué no, un ambiente de club, no se sostiene. La realidad golpea. Y cuando lo hace, lo hace con ganas. La primera en marcharse es la chica católica. Ella deseaba tanto o más que las otras estar allí. Pero cuando la cosa empieza a salirse de sus esquemas, no lo aguanta y se marcha. La segunda lo hace cuando le pegan un tiro y descubre que lo que están haciendo no es "un videojuego o una película", sino simplemente realidad. Vuelven a su aburrida ciudad, a la cotidianeidad absoluta, a la rutina. Acaban prefiriéndola a las eternas vacaciones por otorgarles una estabilidad. Las otras dos restantes hacen creer que también quieren volver. Sin embargo, es pura pose. Se apuntan a un tiroteo para defender al gángster, para defender su modelo de vida, su nuevo "sueño americano".
Me pondría a analizar su parte técnica, pero sería extenderme demasiado. Finalizo comentando que es una de las disecciones más lúcidas y atrevidas del mundo actual (recordemos que estamos en 2013 y parece que no tengamos demasiados símbolos o referencias de nuestro presente más inmediato) que he visto en mucho tiempo. Y lo mejor es que se presenta como una especie de videoclip bizarro que viene a decirnos a qué niveles ha caído la estética general.
Me pondría a analizar su parte técnica, pero sería extenderme demasiado. Finalizo comentando que es una de las disecciones más lúcidas y atrevidas del mundo actual (recordemos que estamos en 2013 y parece que no tengamos demasiados símbolos o referencias de nuestro presente más inmediato) que he visto en mucho tiempo. Y lo mejor es que se presenta como una especie de videoclip bizarro que viene a decirnos a qué niveles ha caído la estética general.