Obra maestra sin paliativos. Empieza fuerte y no amaina el ritmo, ni la intensidad, ni la emoción, sino que se agigantan aún más. esto, sin tener que recurrir a truculencias o violencias explícitas gratuitas. Magistralmente rodada; magistralmente representada (incluyo en ello al propio Affleck, que ya explicó en su momento cómo quiso imitar la personalidad introspectiva, tímida y lacónica del verdadero Méndez, con el que habló antes y durante el rodaje). La ambientación no puede estar más cuidada, y los segmentos de documental intercalados se hacen imperceptibles. Fue mi infancia y se iba así vestido, se iba así peinado, se decoraban así las casas y las paredes, era exactamente así, como nos lo muestra. Además, la música es un prodigio de acoplamiento a cada escena y situación, con momentos realmente bellísimos. La nana del final, una canción de cuna y villancico al mismo tiempo hispanoamericana, oportunísima para el descanso del héroe de origen hispano. Francamente no soy capaz de ponerle ningún pero, salvo algunas vulgaridades en el lenguaje de la versión doblada, que no existen en la original. ¡Preciosa e increíble historia, donde, una vez más, la realidad supera a la ficción! Gracias a todos los que ha hicieron posible.