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Voto de TOM REGAN:
6
The Guest
Voto de TOM REGAN:
6
Thriller. Acción Los Peterson siguen llorando el fallecimiento de su hijo Caleb en la guerra de Afganistán. En pleno duelo, David (Dan Stevens) irrumpe en el hogar familiar y conquista a cada uno de sus miembros hasta que uno de ellos comienza a intuir que David no es quien parece ser. (FILMAFFINITY)
29 de agosto de 2015 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
133/10(14/08/15) Muy sugestivo thriller con inconfundible aroma ochentero, el realizador Adam Wingard ofrece un film de acción inspirándose en esta década donde se producían como churros cintas b de este género, despreocupadas de dar hondura, donde lo importante era ofrecer tiroteos, peleas, sangre, muertos y algo de sexo, en este caso mezclado con el subgénero de problemas de instituto, con sus abusones, chicas sexys, macarrillas malotes, añadiéndole dosis de western, por aquello del forastero que llega a la ciudad a revolucionarla. Es puro entretenimiento, sin más aspiraciones que hacerte pasar un rato ameno, y lo consigue, lo hace cogiendo los lugares comunes del género y exagerarlos, como su potente música tecno, su ultracolorido, su clímax en un escenario de Halloween. Cinta partida en dos claramente, en la primera es donde despliega sus más atractivas armas, cuando aún no sabemos quien es David, de intensidad apreciable, antes que se desencadene la desproporcionada y desmadrada acción, en la segunda todo se sume en disparos, explosiones, y demasiadas muertes, con un epílogo un tanto manido, aunque supongo es paródico, y todo enmarcado en faceta visual cautivadora.

El escenario es un pueblo en el medio oeste americano, allí vive la familia Peterson, el padre es Spencer (Leland Orser), la madre es Laura (Sheila Kelley), tienen dos hijos adolescentes, la hija mayor es Anna (Maika Monroe), y el menor es Luke (Brendan Meyer), tratan de superar la pérdida del hijo mayor, Caleb, en la Guerra de Afganistán. Un día reciben la visita de un joven, David Collins (Dan Stevens), es un muchacho muy amable que dice haber sido compañero y amigo de Caleb en el ejército, los Peterson le invitan a quedarse en su casa unos días, revolucionando a la familia.

El guión de Simon Barrett (“V/H/S”) consigue atrapar tu atención desde su enigmático arranque con un electrizante plano de un tipo corriendo por una carretera desierta hacia un lugar indeterminado, luego llega a un típico hogar americano de clase media, y vamos descubriendo a un ser misterioso, con modales caballerosos y sonrisa encantadora que parece haber llegado para solucionar los problemas familiares, para ser un Ángel protector, los laborales del padre, los de bulling del hijo, o los románticos de la hija, hasta que a mitad del metraje la historia da un tremendo viraje hacia la acción desenfrenada, salvaje brutal, y todo ello salpicado de humor negro picarón, donde el equilibrio narrativo salta por los aires, en lo que esun superficial análisis sobre la ambigüedad entre el bien y el mal, sobre el encanto de cruzar al lado oscuro. Un producto escapista con claros referentes ochenteros en John Carpenter, Wes craven o en su estética en Dario Argento, film que se mueve entre los géneros del thriller, la acción o el terror, con divertidos toques de suspense e intriga. Este juego de géneros queda patente en su inicial desarrollo, comienza de modo tramposo como un drama familiar sobre el hueco que deja una muerte, pero a medida que discurre por terrenos análisis de los problemas de la juventud, para desembocar en el thriller propia de la época del videoclub, y en su tramo final adentrarse en el “slasher”, en el terror juvenil, aderezado con un humor desengrasante que le resta toda la hondura que pudiera tener, ello restando cualquier capacidad de calado a los personajes.

Cine desenfadado, sin aspiraciones, sin descubrir algo nuevo, una puesta al día del cine que nos entretuvo en la que se dice fue la peor década para el séptimo arte, un apreciable ejercicio de cinefilia, consigue magnetizar al espectador con un ingenioso ritmo increscente de tensión, primero sereno, dejando fluir a los personajes en su cotidianidad invadida por este “alíen”, haciendo crecer la tensión alrededor del protagonista y su aura cuasi-mística, en este metraje con matones de instituto, trifulcas en bares estudiantiles, fiestas juveniles con chicos de lujuria facilona, hasta que llega el giro y nos sumerge en otro film, este atiborrado de tiroteos, explosiones, muertes rozando lo gore, con su clímax final espléndidamente enmarcado en el guiño a Carpenter y su “La noche de Halloween”, esto lo va sembrando durante todo el metraje, con profusión de calabazas por todas partes, hasta desembocar en su cuasi-onírico clímax final, en un decorado teatral con motivos terroríficos a la Noche de Halloween, muy adecuado a su tono festivo-lúdico.

Como tara cabe achacarle que su viraje ultraviolento chirría, aparece el agente Carver (Lance Reddick), todo se desboca, es un tren a toda velocidad sin control que entra en una curva, sabemos descarrilará, nos mantenemos atentos por el morbo pero eso no quiere decir que este al nivel del resto, se pierden en una marea de sin sentidos, de lagunas, de escenas abigarradas, aunque estéticamente bien llevadas.

El actor londinense Dan Stevens (rol diametralmente diferente al que hace en Downton Abbey) borda su personaje de anti-héroe, de ambiguo, de sibilino, se mueve por la pantalla llenándola, con un encanto canallesco, mezclando con mucha empatía caballerosidad con malicia, una encarnación turbadora que derrocha con pose inquietante, gran carisma despliega. Entre el resto del reparto destaco a Maika Monroe, dota a su Anna de una miscelánea entre candidez y sensualidad.

La puesta en escena es uno de su sólidos pilares, con una buen diseño de producción de Thomas S. Hammock (“You’re next”), una atmósfera rural-vintage, rodada en el estado de Nuevo Mexico, en Estancia, Moriarty y Edgewood, con la típica casa aislada americana, y sobre todo con el barroco escenario final de la Fiesta Halloween, espectacular la fotografía de Robby Baumgartner (“Los Juegos del Hambre”), remarcando el aire irreal de la historia en colores chillones, saturados, ultracromáticos, sobresaliendo los rojos, verdes y morados, con una iluminación potente de neones, sumiéndonos en esta susodicha irrealidad,... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...y todo esto maximizado por su sugestiva banda sonora de música de Steve Moore (“V/H/S 2”), realzando los sintetizadores, sonidos tecno, propios de la década referida, con claras reminiscencias a los sonidos de los films de Carpenter, asimismo se ñaden temas de la típica música electrónica de los 80, como el que abre el film “Haunted when The Minutes drag” de Love and Rockets, imprimiendo al protagonista un aura de estrella.

Momentos recordables: La enigmática presentación del protagonista David, la tensión se masca a su alrededor; La secuencia en el bar de carretera donde David con sorna y mucho cinismo invita a las chicas de los gamberrotes a beber, desencadenándose un paliza brutal; El turbador viaje de vuelta de David con Anna después de la fiesta como él la engatusa con sensibilidad halándole de la música; Tras llegar de la fiesta vemos Anna en su dormitorio pensativa por la huella que le está dejando David, hay un sugerente travelling y la cámara pasa a un David que observa al horizonte con sonrisa pícara, y de fondo un tema pegadizo tecno; Cuando David compra armas en una cantera solitaria, y como acaba en tiroteo frío del protagonista; Lo que le dice David a Luke <Si se meten contigo en clase, lleva un cuchillo al colegio, prende fuego a sus casas con sus familias dentro, ¿qué es lo peor que pueden hacer?>; Cuando va David con la Sra. Peterson al instituto porque Luke ha pegado a otro alumno, David lo defiende ante el director con un argumento delirante sobre la homofobia; El imponente tiroteo que se produce con la llegada del agente Parker a casa de los Peterson, hasta entonces todo era perdonable a David, pero traspasa la línea, asesina sin motivo aparente a la Sra. Peterson, y arranca la orgia de salvajismo violento; El muy bien diseñado clímax ya referido, aunque con un epílogo bastante rancio, cuando después de que le han apuñalado en el cuello, vemos a David huir , no sin antes pararse a “saludar” a los hermanos Peterson.

El primer montaje del film tenía 20 minutos más que el corte final. Tras proyectarse a una audiencia de prueba, se redujo su metraje cerca del tiempo final, tras otra proyección el público estaba confundido con la llegada repentina del Major Richard Carver y su equipo al hogar de los Peterson, por lo que se añadieron algunas escenas con Carver en la sede KPG para el corte definitivo del film. Algunas escenas eliminadas explican quien es "David", lo que le hicieron, por qué hace algunas cosas, y más detalles e información sobre el programa KPG el que estaba involucrado. Fueron sesgadas porque la audiencia de prueba sentía era demasiada información, Wingard y el guionista Simon Barrett admitieron odiaban explicar el carácter de David y su fondo, querían dejar gran parte información en la ambigüedad.

Interesante propuesta para pasar 100 minutos desenchufado del mundo, nada nuevo bajo el sol, pero divertida. Fuerza y honor!!!
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