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Voto de TOM REGAN:
7
5.9
2,339
Fantástico. Romance
Mark (Kylie Allen) es un ingenioso adolescente que vive felizmente el mismo día en un bucle sin fin, y cuyo mundo se pone patas arriba cuando conoce a la misteriosa Margaret (Kathryn Newton), también atrapada en el bucle temporal. Mark y Margaret forman una pareja magnética que se propone encontrar todas las pequeñas cosas que hacen que ese día sea perfecto, pero también la forma de poder un día escapar de ese día interminable. (FILMAFFINITY) [+]
17 de enero de 2022
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
14/14(14/01/22) Deliciosa comedia romántica juvenil con fondo de fantasía, que sin inventar nada, ni ser original, si le da un barniz que la hace adorable en su metraje, o será por el momento en que me ha pillado, pero he pasado un metraje muy agradable viéndola, quizás porque no esperaba mucho de ella. Dirige Ian Samuels, a partir de un guión de Lev Grossman que adapta su cuento homónimo, protagonizada por Kathryn Newton y Kyle Allen como Margaret y Mark, dos adolescentes atrapados en un bucle temporal en el que se ven obligados a repetir el mismo día, la película se estrenó a través de Amazon Prime Video. Como ya he mencionado no es una film original, pues toma la premisa del clásico de la comedia “Groundhog Day” y lo mezcla con un marcado tono melancólico-romántico, y todo ello sin más pretensión que hacerte pasar un rato ameno. Por supuesto que también resulta es harto previsible, que si en este bucle temporal el protagonista soltero se encuentra con una chica soltera de su parecida edad embarcada también en ese mismo bucle, ambos estén destinados a enamorarse, con el sempiterno mantra de ‘chico encuentra a chica, chico...’, pero es el camino lo que hace atractiva la propuesta, su humor desenfadado, la sutilidad con que nos muestran las situaciones, esas coreografías hipnóticas filmadas en un solo plano-secuencia de como aplican los protagonistas lo vivido en este infinito día, las divertidas referencias pop, desde los guiños autoreferenciales con “Groundhog Day” y “Edge of Tomorrow”, a Magneto, Pokémon, Los héroes del tiempo, Doctor Who, o hasta a Taxi Driver, es la moraleja que emana por sus poros sobre saber disfrutar de los pequeños placeres que nos regala la vida, sobre aceptar crecer, aunque ello suponga en esta travesía a la madurez la perdida, pero esto forma parte del ciclo de la vida. Y todo ello enarbolado por una pareja que desborda una química magnética, una naturalidad que fluye entre ambos cuasi-hipnótica, brotan chispas entre ambos que se nos contagian (por lo menos a mí), además se le sabe dar un dilema moral entre ambos que es el conflicto de la historia, sobre si es mejor mantenerse en bucle o avanzar. Haciendo su desarrollo y final que cuando acaba la película tengamos una sonrisa en nuestro rostro que cuesta dejar.
La historia comienza in media res (no esperes explicaciones, ni flash-backs sobre el porqué, esto tomando buena nota del referente “Groundhog Dsay” que no se complicaba en estas minucias, es una película que tiene su ‘mojo’ en el camino) , vemos despertarse a Mark (Kyle Allen), se levanta de modo dinámico, con sus movimientos medidos, le da a su padre Daniel (Josh Hamilton) las respuestas del crucigrama de la mañana, coge las tostadas justo en el segundo correcto, repele los ataques verbales de su hermanita Emma (Cleo Fraser) anticipándose a lo que va a espetarle a él, sala de la casa (no sin antes haber cogido unos pinzas grandes ¿?) en una danza maravillosa, filmada en plano-secuencia, comienza en bici, luego la deja, esquiva autos y personas, monta en marcha en la parte a tras de una ranchera, da indicaciones a una joven (Anna Mikami) que parece desorientada buscando un lugar, lanza un bocadillo a un corredor, coge un café de la parte superior de un auto, con unas pinzas baja sin que se de cuenta a una mujer la falda, todo ello con enorme naturalidad, que nos indica que algo pasa. Luego juega con su amigo Henry (Jermaine Harris) a un videojuego donde el amigo siempre queda colgado sin poder pasar de pantalla (acaso es una alegoría sobre Mark? Por cierto estos encuentros resultan especie de terapia donde Mark se abre a su amigo contándole lo que le pasa, sabiendo que al día siguiente no se acordará de nada y a la vez nos enteramos de lo que pasa por la cabeza del prota), va a la piscina municipal donde intenta ligar con una chica (sin éxito). Y todo esto que parece rutina para Mark acaba a las 00:00, donde con una escenificación donde la imagen se diluye cual lluvia, y volvemos a tener a Mark levantándose con el mismo ánimo entusiasta y repitiendo el mismo día. Día en el que roba una gran excavadora, hace que le toque la lotería, experimenta con diferentes peinados rompedores (en uno de ellos homenajea a Travis Bickle), o se lanza desde lo alto de un techo. Hasta que todo da un vuelco al encontrar a una joven, Margaret (Kathryn Newton) que parece estar en su misma situación, ello lo intuye al ‘sabotearle’ unos de sus recursos para contactar con una chica. El modo de indagar en ello resulta ‘descojonante’ (con perdón), pues él le pregunta a ella “Estás experimentando algún tipo de anomalía temporal en tu vida?”.
La historia comienza in media res (no esperes explicaciones, ni flash-backs sobre el porqué, esto tomando buena nota del referente “Groundhog Dsay” que no se complicaba en estas minucias, es una película que tiene su ‘mojo’ en el camino) , vemos despertarse a Mark (Kyle Allen), se levanta de modo dinámico, con sus movimientos medidos, le da a su padre Daniel (Josh Hamilton) las respuestas del crucigrama de la mañana, coge las tostadas justo en el segundo correcto, repele los ataques verbales de su hermanita Emma (Cleo Fraser) anticipándose a lo que va a espetarle a él, sala de la casa (no sin antes haber cogido unos pinzas grandes ¿?) en una danza maravillosa, filmada en plano-secuencia, comienza en bici, luego la deja, esquiva autos y personas, monta en marcha en la parte a tras de una ranchera, da indicaciones a una joven (Anna Mikami) que parece desorientada buscando un lugar, lanza un bocadillo a un corredor, coge un café de la parte superior de un auto, con unas pinzas baja sin que se de cuenta a una mujer la falda, todo ello con enorme naturalidad, que nos indica que algo pasa. Luego juega con su amigo Henry (Jermaine Harris) a un videojuego donde el amigo siempre queda colgado sin poder pasar de pantalla (acaso es una alegoría sobre Mark? Por cierto estos encuentros resultan especie de terapia donde Mark se abre a su amigo contándole lo que le pasa, sabiendo que al día siguiente no se acordará de nada y a la vez nos enteramos de lo que pasa por la cabeza del prota), va a la piscina municipal donde intenta ligar con una chica (sin éxito). Y todo esto que parece rutina para Mark acaba a las 00:00, donde con una escenificación donde la imagen se diluye cual lluvia, y volvemos a tener a Mark levantándose con el mismo ánimo entusiasta y repitiendo el mismo día. Día en el que roba una gran excavadora, hace que le toque la lotería, experimenta con diferentes peinados rompedores (en uno de ellos homenajea a Travis Bickle), o se lanza desde lo alto de un techo. Hasta que todo da un vuelco al encontrar a una joven, Margaret (Kathryn Newton) que parece estar en su misma situación, ello lo intuye al ‘sabotearle’ unos de sus recursos para contactar con una chica. El modo de indagar en ello resulta ‘descojonante’ (con perdón), pues él le pregunta a ella “Estás experimentando algún tipo de anomalía temporal en tu vida?”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
A partir de entonces la pareja pasan casi todo el día juntos, conectan, son ingeniosos, divertidos, emitiendo encanto y magia entre ambos, como esos momentos ‘gamberros’ montando en bici por el instituto vacío, robar un auto y hacer karaoke con la música del mismo, destrozar una casa (piloto) como modo de soltar adrenalina, o ese ‘viaje a la Luna’ cargado lirismo y romanticismo, las visitas a la tienda de discos y a la cocina del restaurante, o la búsqueda del dueño de un perro, ello aderezado por charlas mientras camina por la ciudad topándose con situaciones reiterativas. Este rasgo es precisamente el que les lleva a un juego imaginativo, Mark impulsa hacer un mapa sobre ‘Las pequeñas cosas perfectas’ que han observado por la población ("algo así como Pokémon", dice Mark), situaciones nimias que para ellos suponen una sonrisa de placer, como un operario de mantenimiento tocando el piano a solas, dos viejos bailando de modo espontáneo, un hombre en un banco que cuando se le para una furgo detrás con publicidad pintada hace ver que el tipo sentado es un ángel con las alas extendidas, ciclistas que detienen el tráfico para cruzar una tortuga, unos niños encendiendo las luces de su casa árbol, o las nubes forman un signo de interrogación. Esta recopilación resulta evocadora de lo poco que hace falta para uno disfrutar de los regalos sencillos que nos da la vida. Aun que falla cuando esto lo hacen con la arbitraria teoría basada en ‘NADA’ que esto les puede sacar del bucle.
Pero dentro de la armonía que reina entre ellos, no todo es una balsa de aceite, pues Margaret es una chica enigmática para el libro abierto que es Mark. Con al sintonía y ‘flow’ que hay entre ellos, ella reniega de besar a Mark, y por supuesto ir más allá, y no se sabe porque, quizás tenga que ver con la misteriosa llamada que todos los días recibe a las 18:00 y que cual Cenicienta le hace desaparecer misteriosamente. Además entre ambos existe también la fricción de que él vive con optimismo irredento la situación y espera salir de algún modo de ese día, ella en cambio parece no querer aventurarse a salir de esa eterna jornada. Hasta que el enigma se resuelve y entonces la complejidad hace presencia por el dilema moral que conlleva sobre si seguir adelante o mantenerse cual Peter Pan jóvenes y estancados, ello como claro símbolo del salto a la madurez.
Aunque dista de ser perfecta, pues por ejemplo el modo en que se llega a la resolución resulta un tanto anticlimático, cayendo en eso que habían sorteado hasta entonces y que tanta grima me da, como es el sentimentalismo barato. Es más, entonces nos damos cuenta que la verdadera protagonista de la historia es ella, que ella es el rol más rico y profundo en su conflicto interno, es ella la que posee el gran dilema de la historia. De hecho él tiene un arco de problemas bastante naif, no se sabe que problemas tiene con su padre, hermana y madre, todo un esbozo apenas punteado. También encuentro a faltar de desarrollar, pues tiene potencial, la relación de Mark con Jermaine, su improvisado terapeuta.
“Groundhog Day” (1993) de Harold Ramis fue un film parteaguas, su éxito con el tiempo ha creado un sub género sobre bucles temporales diarios, desde series como “Day Break” y “Muñeca Rusa” a films como “Edge of Tomorrow” (2014), “Before I Fall” (2017), “Boss Level” (2021), “Happy Death Day” (2017), o el corto nominado al Oscar “Two Distant Strangers” (2020), pero con el que quizás tenga más similitudes este film sea con una película cuasi coetánea como “Palm Springs” (2020), pero a la que la de Ian Samuels gana por goleada.
El rodaje tuvo lugar en Fairhope y Mobile, Alabama.
Me queda una tierna propuesta sobre el temor a hacernos mayores, con una pareja magnética. Fuerza y honor!!!
Pero dentro de la armonía que reina entre ellos, no todo es una balsa de aceite, pues Margaret es una chica enigmática para el libro abierto que es Mark. Con al sintonía y ‘flow’ que hay entre ellos, ella reniega de besar a Mark, y por supuesto ir más allá, y no se sabe porque, quizás tenga que ver con la misteriosa llamada que todos los días recibe a las 18:00 y que cual Cenicienta le hace desaparecer misteriosamente. Además entre ambos existe también la fricción de que él vive con optimismo irredento la situación y espera salir de algún modo de ese día, ella en cambio parece no querer aventurarse a salir de esa eterna jornada. Hasta que el enigma se resuelve y entonces la complejidad hace presencia por el dilema moral que conlleva sobre si seguir adelante o mantenerse cual Peter Pan jóvenes y estancados, ello como claro símbolo del salto a la madurez.
Aunque dista de ser perfecta, pues por ejemplo el modo en que se llega a la resolución resulta un tanto anticlimático, cayendo en eso que habían sorteado hasta entonces y que tanta grima me da, como es el sentimentalismo barato. Es más, entonces nos damos cuenta que la verdadera protagonista de la historia es ella, que ella es el rol más rico y profundo en su conflicto interno, es ella la que posee el gran dilema de la historia. De hecho él tiene un arco de problemas bastante naif, no se sabe que problemas tiene con su padre, hermana y madre, todo un esbozo apenas punteado. También encuentro a faltar de desarrollar, pues tiene potencial, la relación de Mark con Jermaine, su improvisado terapeuta.
“Groundhog Day” (1993) de Harold Ramis fue un film parteaguas, su éxito con el tiempo ha creado un sub género sobre bucles temporales diarios, desde series como “Day Break” y “Muñeca Rusa” a films como “Edge of Tomorrow” (2014), “Before I Fall” (2017), “Boss Level” (2021), “Happy Death Day” (2017), o el corto nominado al Oscar “Two Distant Strangers” (2020), pero con el que quizás tenga más similitudes este film sea con una película cuasi coetánea como “Palm Springs” (2020), pero a la que la de Ian Samuels gana por goleada.
El rodaje tuvo lugar en Fairhope y Mobile, Alabama.
Me queda una tierna propuesta sobre el temor a hacernos mayores, con una pareja magnética. Fuerza y honor!!!