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Voto de RockAction:
4
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4
6.0
81,020
Fantástico. Animación. Aventuras
Inspirada en la obra homónima de Lewis Carroll. Alicia (Mia Wasikowska), una joven de 19 años, acude a una mansión victoriana para asistir a una fiesta de la alta sociedad. Cuando está a punto de recibir públicamente una propuesta de matrimonio, sale corriendo tras un conejo blanco y va a parar al País de las Maravillas, un lugar que había visitado diez años antes, aunque ya no lo recuerda. Ese país era un reino pacífico hasta que la ... [+]
28 de diciembre de 2012
28 de diciembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los detractores de Tim Burton que vayan afilando cuchillos: con Alicia en el País de las Maravillas se van a ensañar a gusto. Y por mucho que lo lamente, no puedo empezar su crítica de otra forma. Hasta yo, que era capaz de ver a este hombre más allá de una mera fábrica de marketing compulsivo para vestir niñas góticas, he tenido que claudicar esta vez.
Para mí Burton era más que el corrosivo humor de la entrañable Bitelchus o la perfección formal de esa maravilla inmortal que es Ed Wood. Yo era capaz, pese a patinazos estrepitosos como su visión de El Planeta de los Simios u otros menores como el histrionismo chillón de Mars Attacks!, de percibir aún emoción fidedigna en esa rara avis de su filmografía que es Big Fish o rendirme a la falta de concesiones y a la mala uva de Sweeney Todd en un momento donde todos le daban por asentado. Pero ahora, caballero lánguido de rictus espectral, la has cagado.
De entrada cabe decir, una vez más, que el aspecto visual es impecable, y que la disfrutarán mucho ustedes con la histeria colectiva desatada de las 3D. No es este un mérito que pille de sobresalto o a destacar: conociendo la imaginería del director, (es que si hasta en este punto yerra el tiro, apaga y vámonos) y teniendo en cuenta la naturaleza del ente a adaptar, me esperaba mucha más desmesura e hipérbole en las formas.
La película se encorseta a si misma y evita un tono lisérgico y de mayor extrañamiento que demanda el personaje principal y las situaciones rocambolescas que vive, cosa que conseguía sin ningún esfuerzo el clásico animado.
En cuanto al argumento y al desarrollo, patinazo de órdago. Una película sin dobleces, sin ningún atisbo de sutilidad, un ejercicio de estilo vacío donde las aportaciones son nulas y donde una concatenación sucesiva de escenas avanza predecible y sin matiz alguno.
Y es aquí donde llegamos al adjetivo que cabe sellarle a fuego: es una cinta fría, a las formas que gastaba Charlie y la Fábrica de Chocolate.
Resulta imposible coger cariño a los personajes, que asoman planos y sin fondo alguno, construyendo un mundo hueco. No es cuestión de pedir profundidad a un film de esta naturaleza, pero sí al menos empatía con el espectador: Wonderland es tan de plástico y distante como subir la calle Serrano adocenada de boutiques y abrigos de mutón para un peatón paria cualquiera.
Y si ya nos centramos en el plantel de actores, la cosa pinta aún más funesta. Una Mia Wasikowska en el papel de Alicia que no pierde ni por un segundo una cara de estreñimiento patológico, en una elección errada a toda vista y un Johnny Depp predecible y accesorio herido de muerte por el síndrome Piratas del Caribe autoparódico a más no poder, lastran aún más el metraje.
Menos mal que ahí está una vez más mi amada Helena Bonham Carter impecable e hilarante en el papel de Reina Roja junto a Anne Hathaway, como hermana de ésta, ejerciendo de grácil e irónico contrapunto. Dos de los pocos aciertos.
Tim Burton con su visión de Alicia en el País de las Maravillas, se cava aún más su propia tumba y hace abandonar el barco a las pocas ratas que seguíamos de su lado. A olvidar desde ya.
(Crítica elaborada originariamente como Travis para LaParadaDeLosMonstruos).
Para mí Burton era más que el corrosivo humor de la entrañable Bitelchus o la perfección formal de esa maravilla inmortal que es Ed Wood. Yo era capaz, pese a patinazos estrepitosos como su visión de El Planeta de los Simios u otros menores como el histrionismo chillón de Mars Attacks!, de percibir aún emoción fidedigna en esa rara avis de su filmografía que es Big Fish o rendirme a la falta de concesiones y a la mala uva de Sweeney Todd en un momento donde todos le daban por asentado. Pero ahora, caballero lánguido de rictus espectral, la has cagado.
De entrada cabe decir, una vez más, que el aspecto visual es impecable, y que la disfrutarán mucho ustedes con la histeria colectiva desatada de las 3D. No es este un mérito que pille de sobresalto o a destacar: conociendo la imaginería del director, (es que si hasta en este punto yerra el tiro, apaga y vámonos) y teniendo en cuenta la naturaleza del ente a adaptar, me esperaba mucha más desmesura e hipérbole en las formas.
La película se encorseta a si misma y evita un tono lisérgico y de mayor extrañamiento que demanda el personaje principal y las situaciones rocambolescas que vive, cosa que conseguía sin ningún esfuerzo el clásico animado.
En cuanto al argumento y al desarrollo, patinazo de órdago. Una película sin dobleces, sin ningún atisbo de sutilidad, un ejercicio de estilo vacío donde las aportaciones son nulas y donde una concatenación sucesiva de escenas avanza predecible y sin matiz alguno.
Y es aquí donde llegamos al adjetivo que cabe sellarle a fuego: es una cinta fría, a las formas que gastaba Charlie y la Fábrica de Chocolate.
Resulta imposible coger cariño a los personajes, que asoman planos y sin fondo alguno, construyendo un mundo hueco. No es cuestión de pedir profundidad a un film de esta naturaleza, pero sí al menos empatía con el espectador: Wonderland es tan de plástico y distante como subir la calle Serrano adocenada de boutiques y abrigos de mutón para un peatón paria cualquiera.
Y si ya nos centramos en el plantel de actores, la cosa pinta aún más funesta. Una Mia Wasikowska en el papel de Alicia que no pierde ni por un segundo una cara de estreñimiento patológico, en una elección errada a toda vista y un Johnny Depp predecible y accesorio herido de muerte por el síndrome Piratas del Caribe autoparódico a más no poder, lastran aún más el metraje.
Menos mal que ahí está una vez más mi amada Helena Bonham Carter impecable e hilarante en el papel de Reina Roja junto a Anne Hathaway, como hermana de ésta, ejerciendo de grácil e irónico contrapunto. Dos de los pocos aciertos.
Tim Burton con su visión de Alicia en el País de las Maravillas, se cava aún más su propia tumba y hace abandonar el barco a las pocas ratas que seguíamos de su lado. A olvidar desde ya.
(Crítica elaborada originariamente como Travis para LaParadaDeLosMonstruos).