De nuevo el cine europeo para traer a la gran pantalla las consabidas historias de amor, y desencuentro, lo cual no sería poca cosa, de no ser la película de Nicole García, una adaptación que de tan floja por momentos, deviene en medianía.
Versionando la novela de Milena Augus "mal de piedras", que al parecer (digo al parecer porque no he tenido el gusto de leerla) ya recogía de por si un argumento trillado hasta la extenuación, entre otras, en la más estimable "The painted veil" de William Somerset, y cuya adaptación en fotogramas resulta a su vez, mucho más estimulante y completa que ésta, Nicole García presenta una película cargada de los siempre socorridos planos "mainstream europa" que, insertados de forma tan rebuscada ( en este caso) como cargados de pesada parsimonía conducen a un final ambiguo, casi abrupto, aunque de claros tintes esperanzadores, casi en plan "happy end pero no tanto". Y todo ello con una realización bastante correcta y una interpretación desigual: Buena interpretación ( en su línea) de Cotillard, para poner si cabe aún más de manifiesto la nulidad expresiva del sosísimo Alex Brendemül. Amor desmedido y concupiscente, infidelidad matrimonial, redención, medio explicitud de escenas sexuales, con exhibición de vello púbico, y para darle una pátina de originalidad, cierta alusión al alguna especie de paranoia esquizoide (no se explica muy bien) ¿que pinta en todo esto el personaje de Agostine?

Nada que justifique la proliferación de nominaciones a los premios César, ni a la Palma de oro, que en justicia, al menos para mi entendimiento, se quedaron en eso : Nominaciones.
Para pasar el rato sin más.