Como ya se ha dicho en otras críticas, en esta película todos los personajes son buenos, nadie se pelea, nadie trabaja, el único quehacer que los ocupa es mimarse, quererse, transcurrir su vida en ambientes impecables y teniendo hijos en el caso de las mujeres. Hay pocos diálogos y la trama es casi predecible, ya que entre gente que no hace nada, lo único inexorable que puede producir un cambio es la muerte. Incluso la buena actuación de las tres protagonistas femeninas principales no logra remontar toda esta "nadería".
Sin embargo, a pesar de lo comentado y de la excesiva longitud del film, no me aburrió. Este milagro fue posible porque la belleza de las imágenes y la magnífica música que las acompaña, hizo que dejara de lado el débil argumento y viera la película como si fuera un espectáculo de imagen y sonido. Vista con esta perspectiva vale la pena porque es un logro estético. Así, no recomiendo este film a los amantes del cine, pero sí a los que además del cine les gustan los cuadros y la música clásica.