Tras mi reciente participación en el "Quién quiere ser millonario", tenía muchas ganas de ver esta oscarizada película. Sentía curiosidad por ver cómo el novelista y los directores habían conseguido hacer creíble que Jamal Malik, un chico pobre de buen corazón, pudiera dar respuesta a todas las preguntas recordando sus propias vivencias. Y, aunque algo tramposa en cuanto a la mecánica del concurso (ver spoiler), realmente acabas creyendo su versión cuando es interrogado por la policía.
Boyle ha sido un director inteligente. Nos trae el fenómeno "Bollywood" a Europa a través de un formato que seguro triunfará también: El concurso más famoso en todo el mundo, universal y cuyo funcionamiento prácticamente es conocido en cada rincón del planeta. Abusa en algunos momentos de un manejo mareante de la cámara y de música demasiado alta, pero en general "Slumdog Millionaire" es una notable película.
Pese a lo poco verosímil que resulta la historia al principio, podemos aceptarla teniendo en cuenta que siempre quedan vivencias de la infancia en tu interior, y aún más cuando ésta no ha sido fácil. Hay recuerdos imborrables a causa de experiencias decisivas, traumáticas o que dejan huella para el resto de tu vida. Que eso le ocurra a Jamal, por supuesto, no es casualidad para los que han de entregar la pasta. Afortunadamente, en España, ni Carlos Sobera ni Antonio Garrido (en mi caso) se comportan de un modo tan "borde" con los concursantes. Jocoso, irónico, sí; pero no hipócrita.
Y es que "Slumdog Millionaire" muestra la India para lo bueno y lo malo. Contemplamos su cultura, sus monumentos, sus costumbres religiosas; pero también la doble cara de la clase acomodada - que en el fondo rechaza a los pobres, como el presentador cuando presiente que Jamal va a ser tan rico como él -, el tráfico de niños y sus horripilantes métodos (escena dura), la corrupción y lo que el ser humano está dispuesto a hacer cuando no se tiene dinero (simbolizado en Selim, de un carácter completamente opuesto al de Jamal).
Por último, la película es romántica, aunque sustituye las muchas veces ñoñerías americanas por una alegoría del sacrificio y la fuerza del amor.