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Voto de Pakilo:
8

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7.2
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Drama
Carlos es un joven que tiene desde niño fijación por el cine. Ahora, casado con Ana, ha conseguido convertir su afición en un medio de vida al convertirse en reportero gráfico. Pero el mismo día que comienza la Guerra Civil ocurre algo que le hace renegar de las cámaras para siempre. (FILMAFFINITY)
13 de noviembre de 2013
13 de noviembre de 2013
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘’Vida en sombras’’ es un largometraje español de 1948 dirigido por el realizador catalán Lorenzo Llobet-Gràcia. Narra la historia de Carlos, un niño que siempre estuvo fascinado por el cine pero sufre una pérdida que le hace separarse de éste, aunque finalmente logra sobreponerse y termina siendo director de cine. La historia tiene tintes autobiográficos del propio Llobet-Gràcia. Esta y otras características hacen de esta una obra personalísima, de una gran creatividad e innovación, podríamos hablar incluso de cine de autor, porque además estamos ante una película independiente realizada con poco presupuesto. Sufrió numerosos problemas de crédito durante la producción, por lo que el propio Llobet-Gràcia y su familia tuvieron que invertir una cantidad considerable de dinero, lo que los dejó prácticamente en la ruina. Además la película fue censurada por el régimen y no se estrenó hasta la 1953, exhibiéndose en muy pocos cines y siendo un total fracaso de crítica y público. Esto hizo que tanto la productora, P.C. Castilla Films; como el director Llobet-Gràcia no volvieran a realizar una película jamás.
Asistimos primero a la niñez de Carlos, donde aparece junto a su mejor amigo en el cine del barrio. Conocemos también a Ana, que es una niña amiga de los dos.
En estas primeras escenas ya podemos darnos cuenta de los sutiles movimientos de cámara, los planos adelantados a su época, el mimo que pone el director es tal que nos hace sentir también a nosotros esa pasión por el cine que siente Carlos e, intuimos, el propio Llobet-Gràcia, pues desde pequeño éste también estuvo maravillado por el séptimo arte.
Llega la república, lo que se nos muestra con un sencillo pero efectivo plano metafórico en que una mano retira un crucifijo de la pared para colgar en su lugar el famoso cuadro de la República junto al león sosteniendo la balanza de la justicia, con la bandera tricolor de fondo. Pasamos de aquí a una escena con Carlos y Ana, ya adultos, en el cine. Carlos se le declara a Ana mientras ven ‘’Romeo y Julieta’’, por lo que de nuevo el cine está presente, como en todos los momentos clave de la película.
Se casan, y vemos luego que Carlos ha seguido interesándose por el cine y es reportero gráfico. Estalla la Guerra Civil española, de lo cual nos enteramos por unas escenas en las que Carlos y Ana escuchan la radio en su casa. Lo que era una cena feliz entre los dos se convierte de pronto en una situación tensa. Cabe destacar que en la radio se habla catalán, lo que era algo muy mal visto en una dictadura que fue marcadamente anticatalanista. Además hablan de golpe de estado y de sublevación en lugar de ‘’glorioso alzamiento’’, una de las cosas que explica la severidad de los censores con este film.
Carlos sale a filmar la guerra. Vemos mediante un muy bien llevado a cabo plano-secuencia (algo inusual en ese lugar y época, donde los planos secuencia solían ser fijos o con movimientos mínimos de cámara) cómo Ana lo despide preocupada en la ventana.
Llobet-Gràcia nos muestra la guerra en una secuencia en la que se produce un tiroteo. Una vez terminada la lucha, Carlos filma el campo de batalla, dramatizando la grabación al filmar detalles líricos como un barril agujereado por las balas que se ‘’desangra’’; y no duda incluso en modificar el escenario para hacerlo más ‘’cinematográfico’’, extendiendo una alfombra sobre el suelo donde se encuentran los caídos. Carlos está ‘’rodando’’ una película y edita los elementos igual que lo haría un director de cine, en lugar de limitarse simplemente a documentar visualmente lo ocurrido.
Al llegar a casa se encuentra con un panorama desolador: Ana ha muerto. Desde entonces la personalidad de Carlos cambia totalmente, se vuelve más taciturno y solitario y abandona su cámara. Se siente culpable de la muerte de su mujer y esto le origina un trauma que lo mantiene alejado tanto del cine como de cualquier forma de audiovisual. Y si bien desde que se sustituye el crucifijo por el cuadro de la república todas las cosas van bien para Carlos y Ana hasta que ella muere, ahora lo que suena es el himno actual de España (el mismo que durante el franquismo), en una escena en la que Carlos aparece compungido mientras visita la tumba de Ana.
Asistimos primero a la niñez de Carlos, donde aparece junto a su mejor amigo en el cine del barrio. Conocemos también a Ana, que es una niña amiga de los dos.
En estas primeras escenas ya podemos darnos cuenta de los sutiles movimientos de cámara, los planos adelantados a su época, el mimo que pone el director es tal que nos hace sentir también a nosotros esa pasión por el cine que siente Carlos e, intuimos, el propio Llobet-Gràcia, pues desde pequeño éste también estuvo maravillado por el séptimo arte.
Llega la república, lo que se nos muestra con un sencillo pero efectivo plano metafórico en que una mano retira un crucifijo de la pared para colgar en su lugar el famoso cuadro de la República junto al león sosteniendo la balanza de la justicia, con la bandera tricolor de fondo. Pasamos de aquí a una escena con Carlos y Ana, ya adultos, en el cine. Carlos se le declara a Ana mientras ven ‘’Romeo y Julieta’’, por lo que de nuevo el cine está presente, como en todos los momentos clave de la película.
Se casan, y vemos luego que Carlos ha seguido interesándose por el cine y es reportero gráfico. Estalla la Guerra Civil española, de lo cual nos enteramos por unas escenas en las que Carlos y Ana escuchan la radio en su casa. Lo que era una cena feliz entre los dos se convierte de pronto en una situación tensa. Cabe destacar que en la radio se habla catalán, lo que era algo muy mal visto en una dictadura que fue marcadamente anticatalanista. Además hablan de golpe de estado y de sublevación en lugar de ‘’glorioso alzamiento’’, una de las cosas que explica la severidad de los censores con este film.
Carlos sale a filmar la guerra. Vemos mediante un muy bien llevado a cabo plano-secuencia (algo inusual en ese lugar y época, donde los planos secuencia solían ser fijos o con movimientos mínimos de cámara) cómo Ana lo despide preocupada en la ventana.
Llobet-Gràcia nos muestra la guerra en una secuencia en la que se produce un tiroteo. Una vez terminada la lucha, Carlos filma el campo de batalla, dramatizando la grabación al filmar detalles líricos como un barril agujereado por las balas que se ‘’desangra’’; y no duda incluso en modificar el escenario para hacerlo más ‘’cinematográfico’’, extendiendo una alfombra sobre el suelo donde se encuentran los caídos. Carlos está ‘’rodando’’ una película y edita los elementos igual que lo haría un director de cine, en lugar de limitarse simplemente a documentar visualmente lo ocurrido.
Al llegar a casa se encuentra con un panorama desolador: Ana ha muerto. Desde entonces la personalidad de Carlos cambia totalmente, se vuelve más taciturno y solitario y abandona su cámara. Se siente culpable de la muerte de su mujer y esto le origina un trauma que lo mantiene alejado tanto del cine como de cualquier forma de audiovisual. Y si bien desde que se sustituye el crucifijo por el cuadro de la república todas las cosas van bien para Carlos y Ana hasta que ella muere, ahora lo que suena es el himno actual de España (el mismo que durante el franquismo), en una escena en la que Carlos aparece compungido mientras visita la tumba de Ana.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Así anda Carlos, que ha mantenido la amistad con su amigo de la infancia, el que busca animarle pero no encuentra el modo; hasta que un día Carlos accede a acompañarle al cine a ver ‘’Rebeca’’ de Hitchcock. Es allí, en el cine (pieza clave en esta obra), donde Carlos purga sus demonios: se ve reflejado en ese Laurence Olivier que ha perdido a su esposa y no sabe cómo reemplazarla; además al igual que él se siente culpable de su muerte. En el cénit de ‘’Rebeca’’ se produce también el cénit de ‘’Vida en sombras’’ , cuando Olivier cuenta a la joven Joan Fontaine cómo perdió a su esposa y por fin se libra de la pesada carga del secreto, en ese justo momento se entrelazan las dos historias y Carlos sale del cine mientras oímos a Joan decirle a Olivier ‘’Pero no la asesinaste, fue un accidente’’. Esta frase, esta película, sirven para que por fin Carlos asuma la muerte de su esposa a la vez que lo reconcilia con el propio cine, que aparece como una tabla de salvación.
Finalmente Carlos vuelve de nuevo a coger su cámara, revisiona vídeos caseros donde aparece con Ana, y tras ello, mira la foto y ésta, una imagen fija, se convierte en una imagen en movimiento donde Ana sonríe a Carlos, en la escena final de redención de Carlos.
Carlos acepta entonces la propuesta de su amigo de dirigir una película y se pone manos a la obra. Finalmente, la estrena con éxito y se convierte en una gran promesa del cine español.
No olvida aun así a Ana, pues Carlos la sigue visitando el aniversario de su muerte en el cementerio.
El final es de una brillantez absoluta: asistimos a los primeros compases de ‘’Vida en sombra’’ (un fotógrafo inmortalizando a un matrimonio) pero comprobamos con un plano más abierto esta vez que no es más que una película que rueda el propio Carlos, siendo esto algo totalmente innovador ya que el cine dentro del cine era algo inexistente en aquella época.
La historia de ‘’Vida en sombras’’ es triste. Es un espécimen único: innovadora, original, creativa, personal, artística, diferente a todo lo que se hacía en su época y se haría durante muchos años en España. Lástima que Llobet-Gràcia no corriera la misma suerte que su personaje Carlos Vidal, y en lugar de considerarlo una de las grandes promesas de nuestro cine lo condenaran al olvido, al ostracismo, a la ruina y (lo que es malo no sólo para él sino para todo el cine español -lo que pudo haber sido y no fue…-) a no volver a hacer jamás una película.
Finalmente Carlos vuelve de nuevo a coger su cámara, revisiona vídeos caseros donde aparece con Ana, y tras ello, mira la foto y ésta, una imagen fija, se convierte en una imagen en movimiento donde Ana sonríe a Carlos, en la escena final de redención de Carlos.
Carlos acepta entonces la propuesta de su amigo de dirigir una película y se pone manos a la obra. Finalmente, la estrena con éxito y se convierte en una gran promesa del cine español.
No olvida aun así a Ana, pues Carlos la sigue visitando el aniversario de su muerte en el cementerio.
El final es de una brillantez absoluta: asistimos a los primeros compases de ‘’Vida en sombra’’ (un fotógrafo inmortalizando a un matrimonio) pero comprobamos con un plano más abierto esta vez que no es más que una película que rueda el propio Carlos, siendo esto algo totalmente innovador ya que el cine dentro del cine era algo inexistente en aquella época.
La historia de ‘’Vida en sombras’’ es triste. Es un espécimen único: innovadora, original, creativa, personal, artística, diferente a todo lo que se hacía en su época y se haría durante muchos años en España. Lástima que Llobet-Gràcia no corriera la misma suerte que su personaje Carlos Vidal, y en lugar de considerarlo una de las grandes promesas de nuestro cine lo condenaran al olvido, al ostracismo, a la ruina y (lo que es malo no sólo para él sino para todo el cine español -lo que pudo haber sido y no fue…-) a no volver a hacer jamás una película.