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España España · S/C de Tenerife // Madrid
Voto de El Fauno:
8
Drama. Romance Maurice (Peter O'Toole), Ian (Leslie Philips) y Donald (Richard Griffiths) son tres jubilados de cierta edad que se reúnen todos los días en su bar preferido para tomar una copa, lamentar la situación mundial e intercambiar comentarios. La edad ha ralentizado sus cuerpos pero no sus ágiles mentes. Ian, que es un poco maniático, espera ansioso la llegada de la hija adolescente de su sobrina, que viene a cuidarlo. Pero, cuando, por fin, ... [+]
29 de septiembre de 2007
12 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre tendemos a pensar que la gente mayor ya no siente, ya no vive, no llora, ni ríe, ya nos les importa nada ni nadie. Los jovenes solemos imponernos los prejuicios de que los ancianos, los viejos, sencillamente ya no piensan en nada fuera de su común cotidianeidad. Los definimos como seres previsibles, aburridos, sin ningún tipo de ambición, carentes de ilusiones, con muchos conocimientos que consideramos inutiles y apenas nos paramos a escuchar, sin pensar en sus multiples vidas tras su envejecido retrato presente, vidas en las que recorrieron mares tempestuosos de obstaculos vitales, conocieron mujeres, conocieron el amor, el dolor y la vida. Nunca nos paramos a pensar que tal vez también son personas que sigan sintiendo, que sigan amando y anhelando placer. Para algunos es casi inconcebible hablar con una persona mayor sobre temas tan "escabrosos" y parece que "antinaturales" (para como los plasma la sociedad de hoy) como es el sexo. Damos por sentado que ellos jamas lo conocieron o supieron de él, debido a la estricta moralidad de la época en la que vivieron. No nos damos cuenta que el amor es algo que se siente a cualquier edad, algo que se desea en cualquier época o dimensión; y el sexo es su cara oculta, su parte física. Algo de lo que el amante de nuestra "Venus" sabe más de lo que parece. Una afición ésta, que, aún en los últimos momentos de su existencia, sigue sin querer abandonar, especialemente en el mometo en el que conoce a una rebelde e ignorante jovencita que le reactivará los mecanismos más oxidados de su talentosa virtud para atraer.
Ver a Peter O,Toole encarnar con tanta maestría un papel que casi parece amoldarse a su personalidad es una delicia hasta para el más exigente de los cinéfilos. Su personaje va evolucionando desde una base puramente cómica hasta un fondo enormemente dramático. Descubrimos que, aparte de ser un "viejo verde" y regodearse en ello, es una persona consecuente, cínica, haciendo gala de un humor negro poco habitual en personas de su edad, y tambíen culto y conocedor del universo de las mujeres. La película practicamente le ofrece un recital interpretativo, consiguiendo componer un vivo retrato de la vejez, poético, hermoso y divertido, que hubiera sido merecidísimo ganador del Oscar al mejor Actor. Su parteniere en la ficción, la primeriza Jodie Whittaker, le secunda con naturalidad y soltura, sosteniendo muy notablemente sus escenas más íntimas y delicadas, muy especialmente cuando ambos aparecen en pantalla, dando lugar a numerosas escenas de una belleza, éstetica e interior, exquisita.
La representación de un amor platónico, de una especie de recordatorio y última oportunidad para degustar el fresco sabor de la efervescente juventud queda magnificamente plasmado, ya no sólo en la relación de O,Toole y Jodie...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
El Fauno
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