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Voto de El Fauno:
5
4.9
1,510
Drama
Barbara Daly (Julianne Moore) entra a formar parte de la alta sociedad americana tras casarse con Brooks Baekeland (Stephen Dillane), heredero de una gran fortuna. Aunque es bella y elegante, a su marido le parece que no está a la altura de su nueva posición social. El nacimiento de Tony, su único hijo, desestabiliza más el matrimonio. Viéndose despreciado por su padre, Tony (Eddie Redmayne) crece estrechamente unido a su madre. Este ... [+]
27 de enero de 2008
32 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el primer momento en el que intenté informarme con mayor claridad acerca del último estreno de la siempre interesante Julianne Moore me sorprendió comprobar la enorme indiferencia hacia la última película de esta siempre interesante actriz. Contados carteles, ningún trailer, ningún teaser, alguna que otra crítica de alguna publicación americana, prácticamente ninguna reseña en las revistas especializadas más que unas cuantas líneas que dejaban pocas cosas en claro. En definitiva, total indiferencia. Lo primero que pensé fue que la razón seguramente se encontraría en que el ambicioso proyecto del director Tom Kalin seguramente al final había sido un completo desastre. Pero aún con esas expectativas no podía renunciar a ver a la siempre talentosa Moore en acción en uno de esos papeles de mujer de la década los 60 que tan bien sabía encarnar.
Al término del film, la conclusión que me quedó es que a pesar de que la película no era un completo desastre, sí que era tremendamente irregular y sórdida.
La historia, basada en hechos reales, se centra en una multimillonaria llamada Bárbara, una mujer caprichosa y solitaria, que desde que su hijo nace, va estrechando lazos con él de una manera cada vez mayor, dejando entrever una relación ambigua que confundirá el término de madre e hijo, por amante y mujer. Así con estos pocos datos uno ya se espera algo fuera de lo común, un material interesante que bien dirigido podría dar para una muy interesante película y aunque el resultado final no es ninguna obra maestra, tampoco es un engendro de los abismos.
La película de Kalin pretende resultar sugerente y mostrar sin tabúes las relaciones sexuales que se establecen entre una madre y su hijo homosexual. En ocasiones la excentricidad de la propuesta es tal que uno no puede más que arquear la ceja ante semejante panorama. Tampoco es que la película sea escatológica y muestre algo desagradable pero la moralidad de lo que muestra es muy cuestionable y la manera de plasmarla y de dirigirla de Kalin es, en ocasione, bastante desastrosa a nivel narrativo, saltando de una localización a otra sin previo aviso, confundiendo al espectador y dejándole sin saber donde esta ni que está sucediendo, haciendo que los personajes no paren de pronunciar nombres en francés que la mitad ni los entenderemos ni nos importarán.
Por otro lado, el director tampoco es capaz de hacer que sintamos empatía por sus criaturas, las cuales se mueven como figuras de cera en un entorno de la alta, altísima sociedad, esa de duques y príncipes, hablando francés y actuando como verdaderos pijos snobs, haciendo extremadamente difícil que nos impliquemos con ellos en la trama, y siendo meros testigos de una situación que la mayoría solucionaríamos de manera completamente diferente.
Al término del film, la conclusión que me quedó es que a pesar de que la película no era un completo desastre, sí que era tremendamente irregular y sórdida.
La historia, basada en hechos reales, se centra en una multimillonaria llamada Bárbara, una mujer caprichosa y solitaria, que desde que su hijo nace, va estrechando lazos con él de una manera cada vez mayor, dejando entrever una relación ambigua que confundirá el término de madre e hijo, por amante y mujer. Así con estos pocos datos uno ya se espera algo fuera de lo común, un material interesante que bien dirigido podría dar para una muy interesante película y aunque el resultado final no es ninguna obra maestra, tampoco es un engendro de los abismos.
La película de Kalin pretende resultar sugerente y mostrar sin tabúes las relaciones sexuales que se establecen entre una madre y su hijo homosexual. En ocasiones la excentricidad de la propuesta es tal que uno no puede más que arquear la ceja ante semejante panorama. Tampoco es que la película sea escatológica y muestre algo desagradable pero la moralidad de lo que muestra es muy cuestionable y la manera de plasmarla y de dirigirla de Kalin es, en ocasione, bastante desastrosa a nivel narrativo, saltando de una localización a otra sin previo aviso, confundiendo al espectador y dejándole sin saber donde esta ni que está sucediendo, haciendo que los personajes no paren de pronunciar nombres en francés que la mitad ni los entenderemos ni nos importarán.
Por otro lado, el director tampoco es capaz de hacer que sintamos empatía por sus criaturas, las cuales se mueven como figuras de cera en un entorno de la alta, altísima sociedad, esa de duques y príncipes, hablando francés y actuando como verdaderos pijos snobs, haciendo extremadamente difícil que nos impliquemos con ellos en la trama, y siendo meros testigos de una situación que la mayoría solucionaríamos de manera completamente diferente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Está claro que cuando vas al cine, los personajes con los que lidiarás no siempre actuarán como tu la harías, y eso es así, pero en el caso de “Savage Grace” Kalin dibuja a sus personajes de manera caótica y altiva, pretendiendo dar importancia a una historia de sexo y, supuestamente, amor, que en el fondo lo que a todos nos da por pensar, es que eran fantasías de un niño rico, trastornado por las presiones que la madre ejercía sobre él de la manera más brutal.
Julianne Moore dibuja a su personaje, Bárbara, según lo que el mismo rol le pide. Sobreactuación, como la misma Bárbara sería en el ámbito social, altivez, orgullo, mirada fría, sonrisa malvada. Un papel ligeramente distinto a las anterior mujeres de los 60 que ya encarnara anteriormente. Stephen Dillane como su marido, en ocasiones parece estar repitiendo el mismo papel que ya ejerciera en “Las Horas” y cumple de manera correcta. Eddie Redmayne haciendo de desafortunado hijo lo calca, especialmente por que resulta fácil imaginarse a un joven de esas características y rasgos como joven perteneciente a la alta sociedad. Por último los actores españoles presentes en el film, son meras marionetas de una historia de cartón piedra, que, aunque interesante en algunos aspectos, resulta un tremebundo fracaso como adaptación, tanto de una historia real como del libro en el que se basa escrito por Natalie Robins. Belen Rueda pone su simpática sonrisa y cumple sin más en los cuatro planos que le tocan, y Elena Anaya, como no podía ser de otra manera, ofrece su cuerpo a la cámara en una escena de cama con Eddie Redmayne. A continuación la veremos un par de veces más pero las palabras que dirá serán mínimas y todo se limitará a presencia y caritas.
A nivel técnico Kalin hace un trabajo encomiable, haciendo uso de una fotografía de Juan Miguel Azpiroz que se decanta por los blancos y cremas, con contrastes de rojo, de una banda sonora de Fernando Velázquez que resulta tremendamente eficaz y una grata sorpresa, ayudando a sustentar algunas escenas que sorprendentemente ganan mucho con el track que mantienen de fondo.
Sin duda, Kalin se excede en algunos aspectos de su película, confundiendo el atrevimiento con la sordidez. Solo la interesante mezcla de nacionalidades además del impoluto aspecto técnico y el buen trabajo actoral por parte de una siempre efectiva Moore, son los alicientes más destacados para ver esta interesante propuesta que se queda en eso: en interesante.
Lo mejor: Julianne Moore ejerciendo como siempre un trabajo interpretativo muy notable. Algunas secuencias que ganan mucho con la banda sonora. Un aspecto técnico muy cuidado
Lo peor: Una dirección caótica. Unos actores españoles totalmente desaprovechados. El matiz que adquiere la mezcla de nacionalidades se pierde en el doblaje. Kalin confunde atrevimiento con morbosidad y sordidez. Unos personajes que nunca consiguen empatizar con el espectador.
Julianne Moore dibuja a su personaje, Bárbara, según lo que el mismo rol le pide. Sobreactuación, como la misma Bárbara sería en el ámbito social, altivez, orgullo, mirada fría, sonrisa malvada. Un papel ligeramente distinto a las anterior mujeres de los 60 que ya encarnara anteriormente. Stephen Dillane como su marido, en ocasiones parece estar repitiendo el mismo papel que ya ejerciera en “Las Horas” y cumple de manera correcta. Eddie Redmayne haciendo de desafortunado hijo lo calca, especialmente por que resulta fácil imaginarse a un joven de esas características y rasgos como joven perteneciente a la alta sociedad. Por último los actores españoles presentes en el film, son meras marionetas de una historia de cartón piedra, que, aunque interesante en algunos aspectos, resulta un tremebundo fracaso como adaptación, tanto de una historia real como del libro en el que se basa escrito por Natalie Robins. Belen Rueda pone su simpática sonrisa y cumple sin más en los cuatro planos que le tocan, y Elena Anaya, como no podía ser de otra manera, ofrece su cuerpo a la cámara en una escena de cama con Eddie Redmayne. A continuación la veremos un par de veces más pero las palabras que dirá serán mínimas y todo se limitará a presencia y caritas.
A nivel técnico Kalin hace un trabajo encomiable, haciendo uso de una fotografía de Juan Miguel Azpiroz que se decanta por los blancos y cremas, con contrastes de rojo, de una banda sonora de Fernando Velázquez que resulta tremendamente eficaz y una grata sorpresa, ayudando a sustentar algunas escenas que sorprendentemente ganan mucho con el track que mantienen de fondo.
Sin duda, Kalin se excede en algunos aspectos de su película, confundiendo el atrevimiento con la sordidez. Solo la interesante mezcla de nacionalidades además del impoluto aspecto técnico y el buen trabajo actoral por parte de una siempre efectiva Moore, son los alicientes más destacados para ver esta interesante propuesta que se queda en eso: en interesante.
Lo mejor: Julianne Moore ejerciendo como siempre un trabajo interpretativo muy notable. Algunas secuencias que ganan mucho con la banda sonora. Un aspecto técnico muy cuidado
Lo peor: Una dirección caótica. Unos actores españoles totalmente desaprovechados. El matiz que adquiere la mezcla de nacionalidades se pierde en el doblaje. Kalin confunde atrevimiento con morbosidad y sordidez. Unos personajes que nunca consiguen empatizar con el espectador.