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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de juanandres:
9
Terror Nueva Inglaterra, 1630. Un matrimonio de colonos cristianos, con cinco hijos, vive cerca de un bosque que, según las creencias populares, está dominado por el mal. Cuando el hijo recién nacido desaparece y los cultivos no crecen, los miembros de la familia se rebelan los unos contra los otros: un mal sobrenatural les acecha en el bosque cercano. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es hermosa. Los escenarios naturales, la iluminación escasa, las actuaciones sobrias y los detalles muy cuidados, casi preciocistas. Todo está en perfecto equilibrio para que te sientas en la Nueva Inglaterra de 1630. Casi que puedes acariciar a Black Phillip y oler su pelaje.

Puedes sentir lo duro que era para una familia de colonos empezar desde cero, iniciar una nueva vida y enfrentarse a la naturaleza indómita e intimidante, en donde dios aún no es venerado.

Lo más impactante de la película es que tiene la capacidad de mostrarte cómo se vivía cuando dios era la autoridad suprema en cada aspecto de la existencia humana, eso que se conoce como "temor de dios". Cada palabra, acción, pensamiento o sentimiento debía reverenciarlo. Y este temor es omnipresente, convirtiendo a los personajes en esclavos de este miedo. Su existencia se hace amarga y paranoica; dios observa, vigila y castiga.

La película lo muestra muy bien al retratar a unos padres que nunca sonríen. La sonrisa es casi nula en Thomasin y Caleb, y está muy presente en los más chicos, Mercy y Jonas, que no por casualidad son los que tienen un pacto con Black Phillip. Divertirse es lascivo.

Además, permite reflexionar sobre lo que significaba disfrutar de la vida y sus placeres. Se puede ver como esta religiosa familia hace de su día a día un continuo de acciones que honren a dios mediante el esfuerzo, el sacrificio, el trabajo duro y constante. No hay espacio para el goce o el hedonismo. Por eso, es tan interesante, que el demonio tiente a Thomasin con algo mundano como saborear mantequilla o a Caleb con dar un beso.

Al final, Thomasin sonríe plenamente y siente que puede disfrutar de la vida cuando se hace bruja, cuando abandona la religión, emancipándose por decisión propia. Su futuro estaba destinado a ser esposa y madre, es decir, a servir a un hombre, a una familia y a un dios, pero opta por ser una mujer libre. Y aquí hay una clara referencia al empoderamiento femenino que hace que la película sea mucho más compleja e interesante.

El sabor que me deja The Witch es el de una propuesta visual deliciosa en la que se te muestra que la religión es un arma de control totalmente absurda e insana.
juanandres
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