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Voto de francosar:
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Documental
Voy tras los pasos de Isidro Velázquez, el último gauchillo alzado de la Argentina y, como la búsqueda del tiempo perdido siempre es errática, ¿voy realmente tras los pasos de ese fugitivo de la justicia burguesa? ¿O es que voy tras mis pasos, tras mi herencia? Viajo a Chaco, a Cuba, busco una película desaparecida, busco en archivos fílmicos cuerpos en movimientos que me devuelvan algo de lo que se fue muy temprano. ¿Qué busco? Busco ... [+]
1 de mayo de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corría el año 2016. En mi Córdoba natal, haciéndome un hueco entre mis ocupaciones, que en aquel entonces eran muchas, hago lo imposible para dirigirme al ante ultimo día de proyección de esta película en el famoso Cineclub, cuyo nombre no repetiré por las dudas, pero grandes actores peronistas del blanco y negro no hay tantos. Mucha gente. Estaba con algunas amigas, todas habían ido bajo mi influencia, el trailer y sinopsis de Cuatreros me había cautivado, y no soy alguien que se guarde mucho las cosas para sí.
Cuestión que a metros de la sala, a punto de ingresar, una de mis amigas se desmaya. En medio del caos y la confusión, logramos estabilizarla. Con entrada en mano, le digo al resto de mis amistades que aprovechen el dinero invertido y vean la cinta. Yo me encargaría de llevar a mi amiga a su casa o al hospital. Por suerte lo segundo no fue necesario, a las horas mi amiga estaba bien (lo del desmayo es algo habitual en ella al combinar estrés y mala alimentación).
Al día siguiente, con total inocencia y nada de dinero, me dirijo al Cineclub con mi entrada caduca, rogando una butaca para ver ésta película que tanto me interesaba. Por supuesto me fue negada. Ya sabemos cómo funcionan las instituciones si deben "regalar" un centésimo o afrontar una irregularidad.
Hoy, en plena pandemia mundial me despidieron de mi trabajo. Resulta que además es el día del trabajador, y como cereza de todo este momento, decido reproducir Cuatreros, de manera ilegal (descargada de vaya saber dios) en mi tele.
Cuestión que a metros de la sala, a punto de ingresar, una de mis amigas se desmaya. En medio del caos y la confusión, logramos estabilizarla. Con entrada en mano, le digo al resto de mis amistades que aprovechen el dinero invertido y vean la cinta. Yo me encargaría de llevar a mi amiga a su casa o al hospital. Por suerte lo segundo no fue necesario, a las horas mi amiga estaba bien (lo del desmayo es algo habitual en ella al combinar estrés y mala alimentación).
Al día siguiente, con total inocencia y nada de dinero, me dirijo al Cineclub con mi entrada caduca, rogando una butaca para ver ésta película que tanto me interesaba. Por supuesto me fue negada. Ya sabemos cómo funcionan las instituciones si deben "regalar" un centésimo o afrontar una irregularidad.
Hoy, en plena pandemia mundial me despidieron de mi trabajo. Resulta que además es el día del trabajador, y como cereza de todo este momento, decido reproducir Cuatreros, de manera ilegal (descargada de vaya saber dios) en mi tele.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
No se precisa escribir mucho. La poesía no se analiza, sólo hay que dejarse llevar.
Albertina te da la mano desde el primer segundo. Quizás por mi edad, quizás por mi inmadurez, me identifiqué con su hijo. Mis padres, de una generación similar a la de la directora, son los que tuvieron que hacerse cargo, los que recibieron el peso muerto de todos los desaparecidos, de todas las atrocidades. ¿Que hicieron con todo eso? No se. Mucho. Poco. ¿Insuficiente? Lo que pudieron. Como dice en un momento Carri, los tiempos cambiaron. Hoy no hay ejércitos de liberación, no hay guerrilleros. Y la insurrección se aprende ¿Cómo aprenderemos de nuestros padres muertos?
El hije le hecha la culpa al madre. Ya basta.
Con ésta película me sonreí, lagrimié y se me puso la piel de gallina. Me llené de ira y exploté de amor.
Gracias.
Albertina te da la mano desde el primer segundo. Quizás por mi edad, quizás por mi inmadurez, me identifiqué con su hijo. Mis padres, de una generación similar a la de la directora, son los que tuvieron que hacerse cargo, los que recibieron el peso muerto de todos los desaparecidos, de todas las atrocidades. ¿Que hicieron con todo eso? No se. Mucho. Poco. ¿Insuficiente? Lo que pudieron. Como dice en un momento Carri, los tiempos cambiaron. Hoy no hay ejércitos de liberación, no hay guerrilleros. Y la insurrección se aprende ¿Cómo aprenderemos de nuestros padres muertos?
El hije le hecha la culpa al madre. Ya basta.
Con ésta película me sonreí, lagrimié y se me puso la piel de gallina. Me llené de ira y exploté de amor.
Gracias.