El primer volumen me enganchó bastante tarde... recién en el momento cuando Joe entra a trabajar a la oficina donde Jerome reemplaza a su tío. En cambio el volumen II me tenía intrigada y se me desinfló cuando se mete en éste trabajo de cobradora y cuando conoce a la joven que será su sucesora. Por cierto, lo del lesbianismo no aporta absolutamente nada. Si se hubiese introducido como un intento desesperado de Joe por volver a sentir su sexualidad perdida lo entendería pero no. Es la chica la que se interesa por ella físicamente. Y que aclaren "Cuando llegó a la mayoría de edad", me parece una trampa para que Joe no deje de caernos bien.

Lo curioso es que la protagonista nunca es un personaje tan interesante, al menos no para mi. Es complejo sí, pero ante mis ojos no es más que una desequilibrada que jamás intentó curarse. Todo lo contrario. Que no deja de victimizarse exclamando que es una mala persona y que ha hecho cosas terribles sin que se note que se sienta culpable. A todo ésto tenemos a Seligman que no deja de hacerle cumplidos cosa que deje de autodespreciarse... lo que me lleva a otro punto. Lo que Von Trier hace con Seligman es una muestra de la redundancia de sus ideas. Nadie es bueno, todos estamos corrompidos y me parece que optó por la salida más fácil para cerrar la historia. De por sí, es raro aceptar el planteamiento de la película: un tipo encuentra a una mujer golpeada tirada en la calle, la lleva a su casa y se queda horas escuchando muy atentamente un relato de lo más sórdido sin apenas inmutarse y desvariando filosóficamente, sin embargo lo acepté... ahora bien, dame otro final. ¿Por qué cree él que ella querría tener sexo con él? A ese punto ella ya no podía acostarse con nadie... perdió su libido y ese fue su gran drama... ¿Acaso no escuchó el relato?. Aparentemente según entendí, su último orgasmo lo tuvo frotándose con los libros en la sesión de sadomasoquismo. La tortura no la hacía gozar.

Las intervenciones de Seligman me gustaron en las dos partes a excepción de sus reflexiones finales donde suelta una moralina de tintes feministas que a mi no me cuadran. Mucho menos llegados a ese punto donde ya no se trata de un deseo sexual exacerbado, sino de una persona que ha cometido hechos altamente cuestionables y que viniendo de un hombre son igual de cuestionables, por ejemplo: descuidar y posteriormente abandonar a un hijo. Defender a pervertidos/as que no llegan a consumar sus filias. ¿Los pedófilos merecen medallas?. Ojo, que al paso que vamos éste tipo de mensaje me parece peligroso.

Hay varios niños a lo largo del metraje si juntamos los dos filmes y yo me pregunto en qué estaban pensando los padres para autorizar a sus hijos a aparecer en una cinta como "Ninfomanía".