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Voto de Pedro:
8
7.0
23,060
Drama. Intriga
Francia, 1386. Narra el enfrentamiento entre el caballero Jean de Carrouges (Matt Damon) y el escudero Jacques LeGris (Adam Driver), al acusar el primero al segundo de abusar de su esposa, Marguerite de Carrouges (Jodie Comer). El Rey Carlos VI decide que la mejor forma de solucionar el conflicto es un duelo a muerte. El que gane será el poseedor de la verdad y, en caso de que venza LeGris, la esposa del caballero será quemada como castigo por falsas acusaciones. [+]
23 de diciembre de 2021
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia cuyo guión se basa en acontecimientos históricos de la Edad Media y que gira en torno a tres personajes principales: Jean de Carrouges, Jacques Le Gris y Marguerite de Carrouges; siendo un aliciente la interpretación intensa de los tres actores que los encarnan, respectivamente Matt Damon, Adam Driver y Jodie Comer. La narración se distribuye en tres capítulos, cada uno dedicado como protagonista a uno de los tres personajes, y que muestran los mismos acontecimientos vistos desde la perspectiva diferente de cada personaje.
Este perspectivismo no es algo completamente original, pero no deja de ser bastante atractivo cómo se desarrolla. De este modo el espectador aprecia cuál es la verdad de los hechos y cómo la misma puede ser distorsionada o vista de diferente forma según el contexto de cada personaje. En el segundo capítulo vemos detalles diferentes al primero, sin grandes variaciones pero suficientes para captar el modo de ser de cada individuo y sus motivaciones. En el tercer capítulo apreciamos el drama en toda su intensidad, comprendemos los hechos dentro de la sociedad que los envuelve, y tanto el firme guión adaptado firmado por Affleck, Damon y Holofcener como la concisa y buena realización de Scott toman partido por hacer que el espectador empatice con Marguerite, víctima no sólo de los sucesos sino de la propia sociedad en la que la mujer carecía de derechos.
El ensayo del crítico literario Eric Jager del que se adapta la historia documenta los acontecimientos que rodean el que fuese uno de los últimos juicios por combate en la historia de Francia. Hechos sobre los que no pocos han escrito, desde por ejemplo las Crónicas de Froissart o la Historia del rey franco Carlos VI hasta Diderot o Voltaire. Y finalmente esta película nos los recrea dejando testimonio de la forja de una heroína, donde no tiene desperdicio y es un resumen de sentimientos el bello plano final de Marguerite en el jardín.
Este perspectivismo no es algo completamente original, pero no deja de ser bastante atractivo cómo se desarrolla. De este modo el espectador aprecia cuál es la verdad de los hechos y cómo la misma puede ser distorsionada o vista de diferente forma según el contexto de cada personaje. En el segundo capítulo vemos detalles diferentes al primero, sin grandes variaciones pero suficientes para captar el modo de ser de cada individuo y sus motivaciones. En el tercer capítulo apreciamos el drama en toda su intensidad, comprendemos los hechos dentro de la sociedad que los envuelve, y tanto el firme guión adaptado firmado por Affleck, Damon y Holofcener como la concisa y buena realización de Scott toman partido por hacer que el espectador empatice con Marguerite, víctima no sólo de los sucesos sino de la propia sociedad en la que la mujer carecía de derechos.
El ensayo del crítico literario Eric Jager del que se adapta la historia documenta los acontecimientos que rodean el que fuese uno de los últimos juicios por combate en la historia de Francia. Hechos sobre los que no pocos han escrito, desde por ejemplo las Crónicas de Froissart o la Historia del rey franco Carlos VI hasta Diderot o Voltaire. Y finalmente esta película nos los recrea dejando testimonio de la forja de una heroína, donde no tiene desperdicio y es un resumen de sentimientos el bello plano final de Marguerite en el jardín.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Marguerite no sólo es víctima de una clara violación, sino que además lo es de la sociedad en representación de lo que era una mujer entonces: no más que una posesión del hombre. El violador no sólo era verdugo, sino que además la película muestra cómo el personaje se cree convencido que no lo es. La sociedad y forma de ser del personaje lo ha llevado a creerse lo que no es y a creerse dueño incluso de interpretar lo que sienten los demás por él como si fuese su verdad absoluta.
Las escenas de los interrogatorios a Marguerite e incluso las conversaciones con su esposo, donde no está exenta de que se dude de su palabra, dejan en evidencia el machismo social absoluto. Pero ella resiste, mantiene la verdad de los hechos y los expone con buenos argumentos. La película, que muestra también el egoísmo del esposo, no deja de mostrar no obstante sinceridad entre éste y su esposa, cuando ella le echa en cara que aun siendo noble poner en juego la vida por ella, su proceder era egoísta pues no estaba obrando por ella sino por el honor de él, hasta haber arriesgado la propia vida de ella al ocultarle inicialmente que el juicio por combate implicaría que si él perdía y moría, a ella la ejecutarían luego por considerar que acusó falsamente.
Queda sin embargo esa idea de haber impactado dentro tanto de su marido como de la propia sociedad y haberles hecho reflexionar. Jean en su ambigüedad final, parece admirar y valorar a su esposa por ella misma, y no son pocos, poderosos y entre el populacho, quienes se dan cuenta de que ambos, también ella, han terminado arriesgando su vida por defender una verdad que debido a la corrupción social de los poderosos y las influencias del acusado nunca hubiese triunfado en un tribunal. Por eso suenan fuertes los aplausos al final del combate cuando ambos salen victoriosos y el violador yace en tierra sin vida.
El bello plano final en el jardín es para la absoluta protagonista, que observa a su hijo pequeño dejando en la pantalla el poso de amor de una heroína que luchó por lo justo.
Las escenas de los interrogatorios a Marguerite e incluso las conversaciones con su esposo, donde no está exenta de que se dude de su palabra, dejan en evidencia el machismo social absoluto. Pero ella resiste, mantiene la verdad de los hechos y los expone con buenos argumentos. La película, que muestra también el egoísmo del esposo, no deja de mostrar no obstante sinceridad entre éste y su esposa, cuando ella le echa en cara que aun siendo noble poner en juego la vida por ella, su proceder era egoísta pues no estaba obrando por ella sino por el honor de él, hasta haber arriesgado la propia vida de ella al ocultarle inicialmente que el juicio por combate implicaría que si él perdía y moría, a ella la ejecutarían luego por considerar que acusó falsamente.
Queda sin embargo esa idea de haber impactado dentro tanto de su marido como de la propia sociedad y haberles hecho reflexionar. Jean en su ambigüedad final, parece admirar y valorar a su esposa por ella misma, y no son pocos, poderosos y entre el populacho, quienes se dan cuenta de que ambos, también ella, han terminado arriesgando su vida por defender una verdad que debido a la corrupción social de los poderosos y las influencias del acusado nunca hubiese triunfado en un tribunal. Por eso suenan fuertes los aplausos al final del combate cuando ambos salen victoriosos y el violador yace en tierra sin vida.
El bello plano final en el jardín es para la absoluta protagonista, que observa a su hijo pequeño dejando en la pantalla el poso de amor de una heroína que luchó por lo justo.