Dieciséis años después del fiasco final de El Retorno del Jedi, y veintidós del glorioso e inmortal estreno de La Guerra de las Galaxias, llegaba la verdadera Nueva Esperanza para los seguidores de la Saga. Los adultos jóvenes ansiaban ver la verdadera consagración de la Serie Galáctica, así como la verdadera reconducción de la misma por parte de Lucas. Sin embargo, asistimos a la muerte definitiva de la Serie Espacial. Lucas optó definitivamente por el mercadeo de muñecos, y por ofrecer un producto vacio, con personajes ridículos. Ni Darth Maul, el malvado villano pasaba de ser un sujeto maquillado para la ocasión sin espíritu ni carisma, tal como habían tenido sus antecesores de 1977 y 1980.
La culminación del despropósito fueron personajes como Jar Jar Binks, pretendido émulo del Chewbacca de antaño.
La exageración de los efectos especiales, ya generados por ordenador, sin orden ni concierto sentó aquí su primera y terrible base.
Absolutamente nada de este filme podía salvarse, ni tan siquiera una melodía pegadiza, que no era otra cosa que burda copia sintetizada de John Williams.
Los fanáticos no dimos crédito a aquello, y sentimos que el pasado glorioso de nuestra infancia había muerto definitivamente, y que nunca jamás volvería.