Raro producto este para el cine español, con reminiscencias de "Psicosis" de Hichtcock, de "El carnicero" de Chabrol, y alusiones a Caperucita. Lo mejor es la puesta en escena y la fotografía, con ese minimalismo de proporciones tan pensadas y una luz tan precisa, y por supuesto la interpretación de Antonio de la Torre, el actor de moda. Sorprende ese registro tan distinto, sobre todo después de haberle visto en "La gran familia española". Después de una primera escena que nos pone en antecedentes, se crea una situación de tensión que se dilata hasta el desenlace. Quizás se haga a ratos un poco largo ese tira y afloja. Los ambientes están bien elegidos, con ese barrio antiguo de Granada tan sugerente,esos interiores vetustos y esas referencias a lo sagrado que permiten al autor hacer un acercamiento estético al barroco que acrecienta el morbo de las situaciones. El tema del psicópata ha sido bastante tratado ya en el cine, pero esta película no desmerece de otras del género.