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Voto de Luis:
7
Voto de Luis:
7
5.0
59
14 de junio de 2020
14 de junio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mayoría de los films clásicos franceses de capa y espada son mediocres, con guiones tópicos faltos de estilo. Algunos, como "El Tulipán Negro", son una digna excepción. También lo es ésta adaptación de un folletín de Teófilo Gautier muy bien realizada por Pierre Gaspard-Huit. Tiene imaginación, excelentes secuencias de acción, sólidos diálogos y logra combinar el melodrama, la aventura y el humor con encantador equilibrio.
Se narra la historia con un tono premeditadamente ingenuo, pero los personajes poseen la suficiente complejidad como para resultar persuasivos dentro del género. El malvado (Gerard Barray) no lo es enteramente; el héroe (Jean Marais), a pesar de su nobleza excesiva, no cae en el ridículo. La inocente actriz (Geneviéve Grad) no resulta tonta, pues encarna con gran convicción su sufrido papel. Y las notas cómicas a cargo de Louis de Fünes, Philippe Noiret y Riccardo Garrone caen simpáticas.
Es un argumento que a ratos recuerda "Scaramouche", de George Sidney, guardando las distancias. No oculta su origen literario en cuanto a su espíritu declaradamente romántico, pero logra sorprendernos con imágenes de atractivo impacto, como el árbol derribado sobre un castillo para trepar a una ventana, la persecución a pie de los jinetes que raptan a la doncella o el combate del capitán con cinco asesinos con una espada de teatro.
Desde luego no posee la energía ni el ritmo de los buenos títulos de Hollywood, pero sí una artesanía muy profesional que no falla en las secuencias más espectaculares y una buena dirección de actores que hace creibles a los infantiles personajes.
Se narra la historia con un tono premeditadamente ingenuo, pero los personajes poseen la suficiente complejidad como para resultar persuasivos dentro del género. El malvado (Gerard Barray) no lo es enteramente; el héroe (Jean Marais), a pesar de su nobleza excesiva, no cae en el ridículo. La inocente actriz (Geneviéve Grad) no resulta tonta, pues encarna con gran convicción su sufrido papel. Y las notas cómicas a cargo de Louis de Fünes, Philippe Noiret y Riccardo Garrone caen simpáticas.
Es un argumento que a ratos recuerda "Scaramouche", de George Sidney, guardando las distancias. No oculta su origen literario en cuanto a su espíritu declaradamente romántico, pero logra sorprendernos con imágenes de atractivo impacto, como el árbol derribado sobre un castillo para trepar a una ventana, la persecución a pie de los jinetes que raptan a la doncella o el combate del capitán con cinco asesinos con una espada de teatro.
Desde luego no posee la energía ni el ritmo de los buenos títulos de Hollywood, pero sí una artesanía muy profesional que no falla en las secuencias más espectaculares y una buena dirección de actores que hace creibles a los infantiles personajes.