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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
6
Bélico. Drama Guerra de Vietnam. Recién incorporado a su pelotón, en la jungla vietnamita, el soldado Eriksson (Michael J. Fox) es testigo de un crimen brutal cometido por sus compañeros. Incapaz de permanecer al margen, se enfrentará al resto del pelotón, pero sobre todo al sargento Tony Meserve (Sean Penn), un hombre enérgico y carismático pero desquiciado por el horror y la brutalidad de la guerra. (FILMAFFINITY)
23 de noviembre de 2020
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La tibieza del protagonista de Casualties of War (1989), dirigida por Brian De Palma y basada en un supuesto caso real, es la puerta de entrada de un mundo de horror y muerte para una desgraciada campesina vietnamita que durante la guerra resulta ser el objeto macabro de entretenimiento de un regimiento de soldados.

Por Nicolás Bianchi

Una atrocidad no puede justificar otra atrocidad. Ni ojo por ojo ni diente por diente, los hombres civilizados no deberían cobrarse el dolor con aberraciones porque eso los convierte, justamente, en lo que quieren exorcizar. En la búsqueda de la corrección permanente, el protagonista de Casualties of War, Eriksson (Michael J. Fox) resulta de una tibieza exasperante y demócrata. Hay daños que no se pueden remediar por más marcial que sea la justicia.

Vietnam es un horror. Jóvenes estadounidenses recién salidos de la adolescencia se encuentran con armas automáticas en las manos en medio de un calor pegajoso y una humedad insoportable, rodeados de mosquitos, víboras tropicales y vietcongs que los quieren matar. Los vietnamitas del norte tienen su causa nacional como estandarte. Los estadounidenses son los invasores. No hay un colonizador bueno posible. No se puede destruir una aldea campesina, un modo de vida, con buenos modales.

En ese lodazal de la guerra el personaje más simpático del regimiento, Brown (Erik King), recibe un balazo cuando la tropa está en un momento de descanso en una aldea campesina que hasta ese momento parecía amigable. Pero por la jungla y las plantaciones arroceras hay túneles y pasadizos que solo los locales conocen. El sopor de la tarde se rompe por un tiro que hiere malamente al querido camarada.

Sin descanso ni recreo posible el regimiento que conduce el jovencísimo sargento Meserve (Sean Penn) intenta vivir una noche de ocio en algo que se parezca a una ciudad pero las órdenes son claras: nadie puede salir del regimiento, es peligroso, la ciudad es de los vietnamitas que combaten por su libertad. A la frustración por la guerra, el tedio de la selva vietnamita y el rencor por el camarada caído se suma la imposibilidad del descargo sexual en un prostíbulo.

Entonces Meserve decide que el plan del regimiento que comanda para esa noche será aproximarse a la aldea campesina más cercana, secuestrar a la mujer más linda que encuentren y descargar en ella todas las frustraciones. El regimiento está integrado por el idiota Hatcher (John C. Reilly), el cobarde Díaz (John Leguizamo) y el sádico Clark (Don Harvey), además del tibio Eriksson y el general desencajado que interpreta Penn.

El núcleo central de la película es una larga cesión de tortura contra la joven vietnamita en la que está en pugna las posiciones de los distintos soldados con respecto a qué hacer con ella. Con el correr de las horas todo empeora. Cuando Eriksson tiene la posibilidad de salvarla, al menos, de una muerte que ya parece segura desiste porque teme ser considerado como un desertor. Quizás no para la justicia militar, si es que eso existe, pero tal actitud lo convierte en cómplice, por más que no haya participado, en apariencia, en las violaciones.

Por momentos De Palma le da un tono ensoñador a la película, como si a Eriksson le costara recordar con exactitud lo que ocurrió. No hay dudas del talento del director con la cámara, y aquí hay más tomas que lo prueban, aunque por momentos la historia redunde en golpes bajos y efectistas. El calvario de la joven vietnamita se expone con demasiada crudeza. A la hora de resolver la cuestión, por más basado en algo real que esté el relato, Casualties of War adolece del mismo problema que su protagonista. Parece saber qué es lo correcto pero queda a mitad de camino, matiza en exceso lo sucedido, cae en la tibieza de sostener que el problema son los soldados explotados por la circunstancia y no la crueldad que habita en ellos.
El Golo Cine
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